Azema Exotic Bistró

El mejor restaurante de Buenos Aires, sin duda mi preferido. Cada plato es inigualable.

Simplemente increible. La comida es un 10, especialmente en todo lo que es currys, la especialidad del chef Paul., aunque toda la carta es impecable. La atención es un lujo y tenes a Paul Azema en persona dando recomendaciones y explicando los platos. Hay varios niveles de picante para cada plato, uno puede elegir a su gusto. El volcan es de los mejores que he probado. Excelente relacion precio calidad.

Mis primeras 5 estrellas van para Azema, al que asistí por mi cumpleaños.
Llegó el momento más esperado! el del al cena, y fuimos todos para AZEMA, estuvimos muy a gusto y comimos increíble, muy buena elección, es un lugar particular e único.
Todos los platos estaban buenos así que no tengo una recomendación en particular, todo tiene tanto sabor y está tan bien equilibrado que no podes salir mas contento.
El dueño Paul, siempre está atendiendo y realmente la atención es muy buena, explica todo lo que necesites saber y hasta arma platos que quizás no están en la carta.
Vale la pena!

This place is glorious. Out of the center of Palermo land Azema stand nearly alone, next to a few other restaurants and even though it is nearby many bars, you don’t feel like you are in the middle of a chaotic and bustling city.
A beautiful dining room that sweeps you off of the streets of Palermo and into a delicious food paradise. Paul, the French chef is always around to the tables to help explain the menu, answer questions, and just give cooking tips. Such a nice guy who you can tell loves what he does.
No matter what you order it will be scrumptious. The menu has lots of asian touches, some spicy and others not, lots of unique flavors and really special stuff you won’t find in many other restaurants. The prices aren’t bad at all for the quality and care that goes into the food here. The postres are also fabulous.
The only bad side is that you have to pay cash, I wish they would take a credit card!
This is a great place for special dinners out, you will be taken care of and will leave more than satisfied, plus around the corner you can go out for drinks!

Impecable la atención de Paul Azema. Quien se toma el tiempo de explicar cada plato. Para no perderse el paté, el navarin de cordero y el curry rojo de langostinos. Incluso Paul ajusta el picante al gusto del comensal. Platos franceses y asiáticos.
Muy bueno el clafoutis de pera y la tarta de crème brûlée.
Es necesario ir temprano porque después de las 22 hs no queda ni un lugar.
Paul es un caballero y suele invitar un espumante.

La verdad que este lugar es excelente. Reservamos para las 21 hs. Creo que es el horario justo, porque después se empieza a llenar.
Paul Azema tomaba los pedidos y respondía dudas. No se si siempre es así, pero esta vez parece que estrenaban carta ese día, entonces el chef se encargaba de explicar.
El ambiente está muy bien. La decoración puede parecer heterogénea pero para mi tiene que ver con esa onda «colonias francesas». Como un lugar en Francia donde hay objetos e imágenes de diferentes lugares del globo, fruto del coleccionismo.
La comida es espectacular y llegó rápido. En las fotos pongo cada cosa
Pedimos entrada:
Samosas vegetarianos con chutney de peras ($ 75), un tipo de empanada medio hindú con una salsita con peras apenas picantes. Muy, muy bueno.
Paté Creole ($ 90), que es como una más rellena de cerdo y pollo. La masa es medio dulzona y realmente es uno de los platos más memorables. De esos que te quedan por siempre en la memoria.
Luego, de principal:
Conejo al chardonnay ($ 175). La salsita en la que viene es excelente. Un plato de estilo francés.
Curry rojo de langostinos y pescado ($ 178). Viene con una torre de arroz al lado para agregarle al curry. Paul te pregunta el nivel de picante. Yo le pedí apenas y lo respetaron. Estaba justo como quería. Este es un plato bien de estilo sudeste asiático. Lo único radio es que la cola de la langostinos teníà la carcasa sin sacar. Chino pasaba con todos supuse que era a propósito, pero al principio no lo noté entre toda la sala y mordí esa cosa dura.
Tomamos agua y limonada.
De postre:
Manzanas caramelizadas con helado de canela ($ 60). Espectacular. Tengo entendido que el helado lo hacen ahí mismo.
Cubierto: $ 28.
Lo único malo es que no tienen tarjeta de crédito. Una tendencia más bien molesta.
Pero para todo el resto el lugar es muy muy bueno, sin ser tan prohibitivo. No es barato, pero para alguna ocasión especial está muy bien

Excellent food at a good price. We had two different types of curries, both of which were fantastic, and amongst some of the best food we sampled in Buenos Aires. The service was very accommodating and friendly as well. If we are back in Palermo we will be sure to return.

Azema Exotic Bistró fue creado por el francés Jean Paul Azema y es un lugar buenísimo para ir a probar cosas nuevas si estamos cansados de la carta que se ofrece siempre en los lugares de moda.
El mencionado dueño trata de plasmar en sus platos la comida que afortunadamente pudo probar en sus viajes por alrededor del mundo. Es por eso que la comida que se ofrece es una fusión de la cocina creole (típicas de las colonias francesas ubicadas sobre el Océano Índico), cocina del sudeste asiático y por supuesto la francesa. Es todo muy sabroso, especiado y picante, de esos sabores que te quedan vibrando en el paladar por un buen tiempo. Lo que tiene de bueno, es que ofrece distintos niveles de picante para aquellos a los que no les gusta o no están acostumbrados y van de a poco.
La comida es exquisita. El paté creole es excelente. Es una especie de tartita de pollo y cerdo con verduras. Los nems, son como unos arrolladitos rellenos, y las samosas, ‘empanadas’ indias triangulares, también gustan. Pero después viene el plato principal… Y ahí el masala de cordero se lleva los premios. Es cordero con condimentos. Es así, todo bien condimentado, todo exótico como anticipa el nombre del restó. Hay una barra con tragos muy ricos. Los postres no se destacan.
El lugar está repleto de fotografías colgadas en las paredes y las mesas están sobre un largo sillón apoyado en la pared. El piso también es lindo, parece un tablero de damas blanco y negro.
Jean Paul suele estar presente y charla con los clientes, tomándose el tiempo de explicar qué es cada plato. (Lo cual además de buen anfitrión, resulta útil porque algunos nombres de los platos no tenía idea lo que eran)