Café Le Caravelle

Café a la antigua.
Tiene una barra.
Una maquina de expresso.
Pedis café en la caja, te lo dan en la barra.
Mucho mas rico que la basura de starbucks!

Fue gracias al folleto de los Cafés Notables –que distribuye la Dirección de Patrimonio de la ciudad-​, que conocí este lugar.
Es un honor sentarse a la barra de este bar, porque se respira historia.
Sirven café exclusivamente en la barra, y dice el empleado más antiguo –que hace 42 años trabaja ahí-​, que eso lo distingue de los otros cafés porteños, donde siempre te tenés que sentar en mesas.
Y como los mozos siempre hacen compañía, es refugio de solitarios.
La especialidad es el café con espuma de leche rebosante y canela en polvo, servido en esa vajilla tan característica con el logotipo del bar, en un azul hermoso.
Me cuentan los mozos que en sus mejores épocas servían 5000 cafés a diario, los días en que el Cine Arizona presentaba un estreno.
Ahora los tiempos cambiaron, pero sigue siendo una parada obligada si andás por Lavalle clavarte un cafecito en La Caravelle. Haceme caso…