Café Vinilo

Un lugar sencillo y descontructurado para disfrutar de un buen concierto de musica en vivo.
A pirmera vista pasa desapercibido, es visto desde afuera una casona que mediante un pasillo entrar a la boleteria y/​o tienda de discos. Luego hay una especie de patio donde se puede fumar, hacer sobremesa antes o despues del concierto. y de aqui se entra a la sala/​club nocturno/​restaurante. Esta es una sala amplia y de techo alto con muy buena acustica.
Se crea un ambiente muy bueno pq todos los que van son seguidores de los cantantes o bandas que tocan en el, la mayoria son ajenas a los circuitos comerciales, asi que es mas probable ver propuestas nuevas y bastantes interesantes en el, he oido jazz, funk y fusion las veces que he ido.
Ademas el lugar esta diseñado para que disfrutes de la musica y puedes tomar y comar algo, la idea es que disfrutes en un ambiente distendido y puedas compartir con amigos, parejas, grupos mas grande, etc… es una buena opcion para hacer una salida diferente y muy agradable

Es mi lugar favorito por sobre cualquiera.
La primera vez que fui fue la mejor de todas, lamentablemente cambiaron el menu y no pude encontrar la misma calidad la ultima vez que fui.
El ambiente es perfecto y hermoso. Lo único malo es que está ubicado en un lugar un poco escondido y difícil a la hora de llegar y de irse. La mejor parte es el patio interno que tienen pero colapsa de gente cuando va a comenzar o termina un recital.
Otra cosa un poco molesta son los horarios extraños que manejan.
Pero mas allá de eso es un lugar que adoro.
Lo recomiendo.

Vine por primera vez a Café Vinilo a ver a Luna Monti y Juan Quintero, y el momento fue mágico. Café Vinilo tiene mucho que ver en esa magia que se vive al ver un espectáculo musical cuando se está en un espacio íntimo, cómodo y además con una acústica buenísima.
Tiene unas mesitas para poder sentarse a escuchar y a la vez degustar un vinito o una cerveza y picotear. Música, bebida y comida… qué más se puede pedir? Que los artistas sean buenos? Acá realmente vas a irte complacido.
La agenda incluye artistas locales e internacionales, generalmente del ambiente que podríamos llamar «under» y no tanto, pero de ese grupo de maravillosos talentos que se sienten a gusto con la cercanía del público.
Además de contar con un restaurante, tienen un sector de venta de discos ;)
Lo interesante: tienen beneficios para quienes desean formar parte del Club Vinilo. Por una cuota mensual tenés acceso libre a todos los eventos, y descuentos en el restaurante y la disquería.
Amo Café Vinilo por la oferta artística de excelencia!

Especial para los melómanos!
Lo positivo: Lo intimo del lugar.
Lo negativo: Hay pocas meseras para la cantidad de mesas.
Lo recomendado: Un vinito nunca viene mal.
Volveré!

Café Vinilo es un agradable y simpático sitio en Palermo que funciona como bar/​restaurant, pero principalmente como sala de eventos y recitales, dónde generalmente se puede ir a ver a distintos músicos nacionales como internacionales, ya que tienen una interesante y variada agenda.
El lugar en sí es bastante chico, pero sumamente agradable y se destaca por tener muy buena acústica, en tanto que el salón tiene unas cuantas mesitas para ver cómodamente cualquier show.
Algo a favor de este lugar es que mientras presencias un recital podes pedirte una cervecita, café o algo de comer y los precios –dentro de todo– son bastante accesibles. En fin, aguante estos lugares que de seguro son los mejores para ir a escuchar música: Íntimos, copados y cómodos.

Conozco Café Vinilo hace 3 años y ya fui tres veces. Es tradición que alguna banda que me guste justo toque allí.
Siempre fui a la sala de los shows que aceptan reservas, así que genial. Hay que tener en cuenta que si compras las entradas desde un link independiente (como por ejemplo alternativa teatral) las reservas las podes hacer ya eligiendo la mesa y en cambio, reservando vía mail con el Café sólo tienen en cuenta tu reserva, depende cuánto antes llegues al show para reservar lo que hay/​queda.
En cuanto al restaurant de adelante nunca fui a probar nada, ni a mirar la carta. Si sé que es lindo y tienen un tocadiscos en excelente estado y la decoración es muy linda. Tiene todo el estilo hipster.
Lo que si probé en la sala de shows la primera vez que fui (2013) fue un apple crumble exquisito (si, casi 1 am y yo me pedí uno porque una pizarra justo lo ofrecía) y fue la única vez en mi vida (en toda Argentina) que me lo sirvieron con la bocha de helado de crema americana. El resto de la carta son tragos, pizzas y picadas; en mi opinión a un poco caro pero quizás este bueno. Tienen una onda vegana también.
Lo único negativo es que sólo trabajan con efectivo.

Me gustó mucho la onda del lugar. Es un pequeño (no tan pequeño) teatro y espacio de arte que mezcla esos café concert de mesitas para ver un show. Tienen en la parte de enfrente directamente un bar y restaurante que está separado del sector de entradas y shows que está atrás–
En el medio tiene un patiecito donde la gente suele esperar entrar a ver al artista y aprovechar a fumar algo.
El teatro en sí es lindo, bastante cómodo. Con mesas de a 4 personas donde podés pedir algo para comer y tomar mientras ves a los artistas.
La verdad es que los precios re baratos. 2 Fernet 75 pesos. 1 pizzeta y una cerveza 90 pesos y cosas así.
Para esto amamos a los hippies, los precios van bien.
En definitiva, un gol, digamos. Si tu banda amiga toca ahí, andá sin miedo.

Una de las grandes joyas del barrio. Música en vivo los 7 días de la semana y casi siempre de primer nivel. La sala de los shows es grande y cómoda; las veces que vi bandas ahi sonó siempre bien y siempre estuvimos bien atendidos. La parte que es restaurant está un poco mas abajo del promedio, pero el énfasis de la propuesta esta en los shows y la música. Si te cansaste de ir a bares de Jazz o de que te sorprenda una banda de salsa en el lugar más inesperado, Vinilo es el hogar de la música popular porteña.

Un lugar muy lindo para ir a comer una picada por la tarde (cuando entrás parece que salieras del barrio, tiene una onda muy copada) y por las noches siempre hay espectáculos y ciclos interesantes de música en vivo.
Es increíble la buena selección de artistas que tocan en el lugar… el fin de semana de carnaval no lo podía creer, fui de casualidad y estaba tocando una banda misionera con Ramón Ayala! la leyenda viviente cantante de folklore de misiones. Fue un verdadero lujo poder tenerlo ahí en vivo y en un lugar tan cómodo e íntimo.
El lugar tiene un muy buen sonido y es destacable lo bien que tratan a los artistas y la importancia que le dan a que todo el mundo esté a gusto.
En cuanto a la comida, lo más copado es pedirse una buena picada, cerveza o vino y después algún trago. También tienen cosas ricas de pastelería hechos en el lugar como los muffins de coco y chocolate blanco que estaban buenísimos.
Hay eventos de lunes a domingo. ¡No dudes en pasar aluna vez!

Lo conocí una vez que hicieron una serie de recitales por el aniversario de la muerte de Luis Alberto Spinetta. Tiene una parte de restaurant adelante, un patio y después la parte del escenario, que también tiene cocina. Sigue la línea de los lugares de música que incluyen comer y tomar algo rico en un ambiente tranquilo, con poca gente y donde se escucha bien. Un muy buen plan que, si está bien logrado como en este caso, genera serios adeptos. Vi a unas de mis bandas preferidas acá –Ensamble Chancho a Cuerda-​tomando una cerveza con papas y fui muy feliz. Café Vinilo suele tener en cartel lo que se llama «música contemporánea», donde se fusionan varios géneros. Recomiendo entrar a la página a principio de mes para saber qué va a haber y agendarse con tiempo los recitales.

Lo conocí durante el festival de jazz de la Ciudad del 2011 y me enamoré. El lugar es perfecto para escuchar música en vivo no solo por lo bello que es sino porque tiene un sonido muy bueno a pesar de no estar acustizado profesionalmente. Es muy buena la oferta de espectáculos musicales internacionales que tienen: abundan bandas de jazz y música alternativa. Hace unas pocas semanas estuvo María Comas tocando allí y no podía imaginarmela en otro lugar que no fuera Café Vinilo.
La distribución del público es en mesitas un tanto chicas (si vas en pareja está bien) que recuerdan los viejos espectáculos de varieté.
La comida no sobresale, pero hay buenas opciones de picada. Para acompañar, las copas de vino están a un buen precio y hay variedad de marcas.
Las entradas a los espectáculos siempre varían, pero en general no me parecen caras dado el nivel de shows que hay.

En Vinilo vi por primera vez una banda de fados en Buenos Aires, música típica portuguesa que no se encuentra tan facil en los escenarios porteños. Con eso solo se anotó un punto conmigo pero además la acústica del salón es muy buena y la comida riquísima. En Vinilo vi algunos de mis músicos preferidos como a Adrian Iaies y a Pablo Ziegler y Raúl Barboza.
El lugar está compuesto por el café al frente y el salón atrás, separado por un pasillo. Todas las veces que fui estuve en el salón que tiene unas mesas quizás demasiado chicas y unas sillas no tan cómodas, pero compensa con una vista del escenario perfecta desde todos los puntos.
La comida es sencilla, sandwichs, tapas, hamburguesas, pero se destaca el pan que usan en todos los casos. Lo que más me gusta es el servicio porque tratan notoriamente de no molestar ni hacer ruido cuando hay un músico en el escenario y eso me hace mucha diferencia con otros lugares por el estilo.