De Olivas i Lustres

Lugar con una decoración retro hermosa. Original la presentación de los platos y se come muy bien. Tienen descuento con Club La Nación.

Este mes fui a llevar a una amiga que queria conocer yo ya habia ido el año pasado fuimos con un voucher esta de mas decir que nos super llenamos los precios de bebidas se pagan aparte precios accesibles estuvo todo entretenido rico buenísima atencion de los chicos sacando que las sopa chef y la de.apio.mucho no me. gustaron pero. lo demás exelente lugar acogedor tranquilo se. puede hablar sin escuchar barullo un rico vino tinto santa julia malbec recomiendo para acompañar a este rico tapeo
Vamos a volver pronto

Este lugar es en muchos aspectos como volver a la niñez.
Tiene una decoración muy extraña, pero en muchas de las repisas te encontrás con juguetes de los que tenian con tus hnos cdo. eran chiquitos, tipo play móvil o las tortugas ninjas.
En otras paredes ves ollas de las viejasss!
Las sillas para sentarse son cómodas y antiguas.
Todo en ese lugar e fantástico!
Suelo ir de. tapas con. mis amigas y no tiene desperdicio!
Si queres volver a la. niñez no t lo pierdas!!!

Me encantó este lugar, tanto por la comida como por la ambientacion super original. Fuimos a festejar un cumpleaños con un grupo de amigos y la pasamos genial. El tapeo fue muy bueno, lamentablemnte no tengo otra referencia de tapas como para comparar.
Los mozos super atentos y saben indicarte como pedir para que nadie se quede con hambre.
No recuerdo como fueron los precios pero calculo que no se deben haber zarpado sino lo recordaria. Super recomendable para ir con amigos y sobretodo para reirse de la decoracion de los baños!

Este lugar tiene una ambientación que me encanta. Unas puertas enormes de madera lo separan de la calle, y en el interior la decoración es divina, una mezcla de estilos que encanta, uno no puede dejar de mirar todo.
Las veces que fuimos pedimos el tapeo de catorce platos en siete pasos y la verdad siempre estuvo perfecto. Presentan los platos en piezas de cerámica y tarritos, pinchos, vasos de vidrio. Es muy original. La carta es reducida pero creo que si van a este lugar no vale la pena pedir otra cosa que no sea el tapeo, que siempre es divertido. Al principio pensás que va a ser todo escaso pero la verdad es que siempre terminamos satisfechos.
La atención es siempre muy buena, los mozos son muy amables. Un punto en contra es que las tarjetas están suspendidas hace varios meses

El lugar es interesante, una decoración super kitsch, muy llamativa y con una onda un poco marina. Fui hace bastante tiempo y la experiencia no fue de lo mejor.
Lo principal fue la eternidad que tardaron en atendernos, años para traer el menú, años para traer la comida, años para traer un agua que pedimos, años para traer la cuenta.
La comida no era del otro mundo y los platos más bien escasos de cantidad. No fue la peor de las experiencias que tuve, pero tampoco volví. En Enfundá la Mandolina me fue un poco mejor.

De Olivas i Lustres es un restaurante que se especializa en ofrecer tapeos. Siempre tiene una opción de 14 tapas en 7 pasos que va variando cada tanto, en la que probás distintos platos pequeños.
En general están bien, aunque nada te vuela la cabeza. Pero es una opción interesante para ir a degustar y probar distintas cosas. Cada paso es bien explicado por quien te atiende.
El ambiente es divertido, se nota que quisieron ponerle onda, pero por momentos parece medio cocoliche estilo «uh, encontré este objeto inservible y no sé qué hacer con él, así que lo agrego a la decoración del restaurante».
Tienen siempre varios descuentos, así que averigüen antes de ir porque –si bien no está mal-​, no vale la pena pagar el precio completo.

De la misma saga «Desenfundá la Mandolina,» «Y Dale Perejil al Toro»… De Olivas i Lustres se propone como un restaurante con cocina «de autor» (el término siempre me parece pretencioso pero bueno así se estila).
Este restaurante en particular se focaliza en el tapeo y ofrece posibles pasos como para ir probando la comida.
El lugar es lindo. Me acuerdo que me llamaron mucho la atención la cantidad de sillas variadas que había (aunque algunas igual se veían un poco incómodas), la iluminación es tenue ideal como para una cita romántica.
También tienen unas mesas de madera grandes como para grupos.
Este restaurante está un poco alejado de la típica zona de tránsito gastronómico entonces suele tener como una atmósfera de intimidad especial. Bueno, al menos a mi me genera eso.
Vayamos a lo importante, la comida. Y… qué decir. Ni guau ni mal. Está bien. Hay propuestas ricas como las aceitunas rebozadas, los ceviches, y las mezclas entre lo crocante y suave a la vez. El tema es que las porciones en el tapeo son mínimas– con un diseño increíble pero mínimas.
Destacaría principalmente de este lugar la puesta. Sinceramente los platos están trabajados y presentados con mucho amor. Pero el amor no me llena la panza… así que no sé si vuelvo.