El Imparcial

Fuimos a cenar con mi novio un martes, ya que andábamos por la zona, y nos sorprendió que el restaurante estuviera bastante lleno.
Desde que llegamos, la atención del mozo que nos tocó fue excelente, muy amable y atento, recomendando platos y viendo que no nos faltara nada.
Para cenar pedimos una porción de rabas, era muy abundante, y estaban muy tiernas, pero para mi gusto les faltaban dorarse un poco. Después pedimos una porción de paella para dos, que estaba buenísima, pero no pudimos terminarla, ya que era muy abundante (comen 3 tranquilamente). Por suerte nos dejaron llevarnos lo que sobró ;)
No es un lugar barato, tampoco es tan caro considerando que comimos mariscos, gastamos aproximadamente $ 300 por persona.
Se puede pagar con tarjeta de crédito!

Montserrat y particularmente esta zona están llenos de viejos bodegones españoles. Como trabajo muy cerca, en mi caso, son opciones para almorzar cuando tengo ganas de salir. Bien español son menús de tres pasos, ni caros ni baratos. Tiene muchas opciones de entrada, plato y postre y la comida es buena y abundante. Mi única objeción es que es demasiado abundante. Es imposible comer médidamente cuando la entrada es un plato que rebalsa de rabas. Para darse un gusto cada tanto es muy buena opción.
La carta normal es carísima.
Las mesas están bien separadas y la atención es adecuada, nada del otro mundo.
Tienen un salón separado cerrado que está muy bueno para un grupo grande.

Hace varios años que vivo en el barrio y no sabía que estaba repleto de restaurantes españoles! El Imparcial me encantó.
Con más de 150 años de historia, cocinan como en la verdadera España.
La atención de los mozos es muy buena, aunque el día que fui yo (miércoles por la noche) un poco lenta. De repente se llenó el lugar (era noche de partido de futbol) y había solo 2 mozos para el sector.
Todos los platos son abundantes (nos llevamos lo que sobró) y con verdadero toque casero; la tortilla a la española estaba en el punto justo entre jugosa y seca, me enamoré de cada bocado! Además, esa noche pedimos un pescado con salsa de nuez que fue un verdadero descubrimiento.
Me recomendaron mucho que pruebe el puchero, así que volveré por ello!

Que decir del imparcial un lugar que como saben, se le dice el restaurant más antiguo de buenos aires, sin embargo siendo que nació en 1860 a mi, siendo franco, no me cierra la idea.
Pero pasemos a la parte de la ambientación, el lugar es muy lindo, con la arquitectura de época y su interior renovado pero que mantiene su elegancia con cuadros y adornos alusivos a España.
La comida, bastante buena, aunque por el precio quizás uno esperaría un poco mas.
Por ejemplo jamón español las dos veces que fui no tenían, y el nacional no es nada del otro mundo lejos el del pucara (independencia y viel) es mucho mas rico.
Algunas recomendaciones:
La cazuela de pulpo estaba bien preparado, bien condimentado (muy buena salsa) pero no tenía ningún rasgo distintivo que la hiciera mejor que otro mesón español.
Las gambas al ajillo eran ricas pero la salsa no es tan buena como las de Pedro 94(Pedro goyena al 94)
Si van a comer pescados no pidan ni gran Paraná ni salmón rosado Grille, porque lo hacen muy seco y sin sabor a nada.
Por otro lado el congrio a la margarita es un plato muy recomendable entre los pescados.
En fin, me falta explorar mucho de la carta pero al menos lo que probé no resalta, creo que hay otros lugares que preparan sus platos con mas amor, y eso siempre se nota.

El Imparcial es uno de los restaurantes de comida española más antiguos y conocidos de la Ciudad de Buenos Aires. A pesar de eso es la primera vez que lo visito (usualmente elegimos El Globo que está justo enfrente o Plaza Asturias a una cuadra). Tiene gran fama por sus pucheros entre otras especialidades; conviene llegar temprano para no tener que esperar por una mesa ya que suele ser bastante concurrido (especialmente por gente mayor). La decoración es bastante clásica y sobria aunque algo deslucida y quedada en el tiempo para mi gusto. En cuanto al servicio cabe destacar la muy buena atención. Algunos mozos parecen mas cordiales y cálidos que otros pero son muy correctos y eficientes. Pedimos una porción de rabas como entrada y estaban en su punto justo, bien tiernas. Como plato principal dos porciones de arroz a la valenciana para compartir entre tres personas, según la recomendación del mesero cada porción es abundante y se puede compartir. No estaba desacertado ya que las dos porciones alcanzaron muy bien. El arroz azafranado estaba sabroso aunque condimentado bastante suave, para paladares más exigentes quizás pueda resultar desabrido. El pollo que acompañà la preparación viene en pequeños trozos y no nos tocaron precisamente las partes más carnosas del ave. En mi caso prefiero más el arroz que el pollo asi que ese detalle no me molestó demasiado. A tener en cuenta que el mismo es cocinado con la piel (quizás no a todos les agrade esa particularidad). En cuanto a los precios: son bastante elevados! Por ejemplo la porción de rabas está alrededor de $ 135 y cada porción de arroz a la valenciana $ 170. Entre 3 personas gastamos $ 741 en total (1 porc. rabas, 2 porc. arroz a la valenciana, 1 vino de la casa, 1 agua con gas, 1 gaseosa y 3 cafés). No estoy segura de que la relación calidad-​precio satisfaga a todo el mundo pero creo que vale la pena realizar el gasto aunque sea una vez para darse el gusto de conocer un clásico como El Imparcial.

Fuimos a Monserrat buscando una buena paella y terminamos en El Imparcial.
El lugar es bien tradicional en el barrio y se come bien.
Fuimos un día de semana a la noche y había poca gente para la cantidad de mesas que tienen así que la atención fue rápida. El mozo cordial, aunque algo desatento pero supo responder nuestras dudas y recomendar bien…
La paella (por eso fuimos) estaba muy rica, muuuuchos frutos de mar y poco pollo (punto a favor). La porción es para compartir entre 2 o hasta 3. Nosotros eramos 2 y sobró ¼ aprox que nos envolvieron para llevar…
El precio por persona aprox son $ 170 (julio 2014 USD 8.15)
Recomendable.

Hace 10 años me fuí solo a recorrer Europa.
Arme una valija, mi cámara de fotos de rollos, que antigüedad y me fui.
El país donde mas tiempo pasé, fué España.
Tengo parientes que todavía viven y que en esa época se encargaron de retener en la península Ibérica, que suerte.
Una de las cosas que mi estomago y alma guardamos en un sitio especial, es la comida.
Me acuerdo y se me cierran los dedos de los pies, como un orgasmo que uno podia pagar sin culpa.
La comida es el factor que te lleva a ese momento.
Me acuerdo ir de tapas o comer en cazuela en un restaurant madrileño de 160 años.
Cuando quiero acercarme a ese momento sin tomarme un avión, me voy al Imparcial.
Mi esposa conoce al actual dueño así es que siempre terminamos pagando menos de lo que deberíamos.
La verdad es que la calidad de la comida es excelente.
Adoro sus rabas, super-​hiper-​recontra-​mega crispies.
Las mesas son grandes y estas a un kilometro de tu comensal vecino.
Podes ver algún partido si lo pasan por tele.
La atmósfera es gallega, absoluta, mayolicas, cuadros de corridas de toros, rejas y arañas de hierro negro.

El Imparcial es un tradicional y prestigioso restaurant español de la Ciudad de Buenos Aires, fundado en 1860 en la antigua calle Victoria (hoy Hipólito Yrigoyen). Ubicado desde 1933 en Hipólito Yrigoyen y Salta, conserva aún la fisonomía de los típicos restaurants españoles, decorado con mayólicas, óleos, hierro forjado y boisserie.
El menú está compuesto de exquisitos platos típicos de la cocina española tales como jamón crudo serrano español, puchero a la española, callos a la madrileña, tabla de mariscos (mi preferido), calamaretis fritos, gambas al ajillo, paella a la valenciana y pulpo a la española (otro de mis preferidos). De postre recomiendo las típicas natillas.
Los mozos son muy cordiales y atentos y están siempre dispuestos a aconsejar a sus clientes en todo lo que a menú se refiere. Personalidades de todos los ámbitos de la cultura nacional e internacional comieron en sus salones.
Un buen lugar para ir a comer y sobre todo para los descendientes de españoles recordar sus raíces, por lo menos en cuanto a gastronomía y ambientación se refiere.

El Imparcial fue declarado la «primera casa de comida de Buenos Aires», y eso se deja ver en el estilo (o no estilo) y el clima de bodegón. La decoración es errática, con mucho de español, pero mucho de cualquier cosa también, y eso a mí particularmente, me encanta.
La comida es increíble. Todos los platos que probé me encantaron, pero no hay duda de que la especialidad es todo aquello que lleve mariscos. Algo que me parece genial es que hay muchos platos que los sirven directamente en la sartén en la que la preparan y eso ayuda a que no se pierda el calor. Algo que hay que tener en cuenta a la hora de pedir es que muchos de los platos son súper abundantes, como para pedir de a dos. Consúltenselo a los mozos, que como buenos mozos a la vieja usanza, la tienen re clara.
Lo único que le encuentro reprochable son los precios: la platos son de primera calidad, la atención es muy buena, pero no deja de ser un bodegón, y en su afán por conquistar al público turista, en el último tiempo se les fue un poco la mano.