El Quinto

Fuimos a cenar en la noche del sábado, con las esperanzas de conocer nuevos sabores dentro de la gastronomía asiática y lamentablemente, no cumplimos con nuestras expectativas.
La primera impresión, es el salón que esta conformada por dos mesas que ocupan el largo del lugar, con la modalidad de mesa comunitaria, con toda la incomodidad que eso significa. Si uno toma un café no hay drama pero si estas cenando y la persona que tenes al lado necesita salir, básicamente se tienen que mover todas las personas que estén sentadas.
Ademas de estas mesas comunitarias uno se puede sentar en la barra de la cocina, que uno puede ver todo lo que hacen los chef o en la barra de tragos, donde la barman, Melisa (aka Meli Manhattan) se ocupa de la coctelería del lugar. O también, hay mesas contra la pared, del estilo sillón contra la pared y silla en el pasillo.
La propuesta gastronómica empieza con entradas con diferentes tintes asiáticos, yo probé el Bao de cerdo, que son unos sanguchitos con pan chino que se están poniendo de moda en la ciudad, super ricos, por plato vienen dos Bao pequeños. Ademas pedimos el ceviche de salmón con mango y snacks de batata frita, personalmente prefiero un ceviche tradicional. Las entradas rondan los $ 130.
Los platos principales se dividen entre platos asiaticos como Yakitori (brochettes) o platos mas tradicionales con fideos de arroz que van desde los $ 180. La otra parte de la carta es el sushi, que en su mayoría son rolls, con un estilo muy innovador, nosotros pedimos un mix de sushi y sashimi (12 piezas) y sumamos el okinawa, que es un roll de cerdo al miso (8 piezas), ambas por un valor de $ 210 y $ 175 respectivamente.
El momento que me causo mucha gracia fue cuando pedimos postre, la carta tiene 2 opciones y no tenían disponible una de ellas, dejando solo como postre «frutas de estación» ¿realmente, tenes 2 opciones y encima te falta 1?
No soy del tipo no vuelvo más, sino volveré en el futuro para ver si mejoraron.

Hay algo de este lugar que llama mucho la atención. Fuimos a comer un jueves con reserva. Primer error: cuando reservé no me comentaron la disposición del salón y me ofrecieron lugar en la barra de sushi. Muy moderno, muy cool, Pero hay mucha gente a la que no le gusta comer así, y eso lo tendrían que prever. Carta acotada pero buena: algunas entradas clásicas (wonton, dumplings, chicken wings, ceviche), principales: yakitori, chaw fan, varios rolls que vienen de a 8, una tabla de sushi/​sashimi de 12 piezas, y dos postres.
Pedimos de entrada: los wonton (ravioles fritos rellenos de pescado, vienen 5, muy bien servido y súper sabrosos) y los langostinos gritos que estaban bien de punto, jugosos pero no tenían mucho gusto. De principal pedimos la tabla de sushi: 4 rolls, 2 makis, sashimi, bien presentada y muy buena variedad de pescados. El otro principal que pedimos fue el chaw fan que de gusto estaba genial, era abundante pero el pollo no me gustó. De todas formas, le pregunté al mozo y me dijo que para uno estaba bien, y la realidad es que era un bowl enorme y nos podría haber asesorado mejor, ya que habíamos pedido dos entradas.
Lo bueno: la carta, platos clásicos asiáticos. La calidad, excelente. La rapidez: todo lo que pedimos vino rápido (si bien es un +, error del mozo traer la entrada antes que el trago). Buena variedad de tragos, no tan exóticos, pero modernos. Happy hour hasta las 21:00hs. Tiene vino por copa
Lo malo: el servicio empezó muy bien y luego bajó mucho. Tardaron en traer la cuenta, se la teclamé dos veces y no me trajeron el segundo trago del happy hour.

Dejate llevar por los sabores. Un lugar ameno, decoración simple, original y única. Comimos 2 entradas y 1 plato principal para dos personas. Estuvo exquisito todo, decidimos sentarnos en la mesa larga que esta pegada a la cocina donde el show de cada uno de los integrantes hace que te quedes haciendo más que sobremesa. Es una experiencia culinaria. La atención es muy buena. Me gustaría darle grandes aplausos al chef Gonzalo Sacot, no sólo por la creación divina de platos, sino también por su agradable atención y porque nos hizo degustar un plato de cortesía de buena onda que es. Eso vayan vayan y no dejen de ir.
No es más barato pero no me pareció sacado los precios y juro pero re juro que vale la pena cada centavo. Es sólo efectivo. ¡A disfrutar de este gran lugar!

Todos los caminos Umami conducen a El Quinto.
Fusión Asiática & sushi de la mano de expertos Nippones.
Una carta que viaja por todos los sabores y texturas dejando un paladar gachimaya felizmente saciado.
Baos, dumplings, pad Thai, sushi, yakitori y ceviche son las especialidades del Quinto #第
Happy hour con una carta de coctelería creada por Pablo Piñata y comandada por Meli Manhattan.