Espacio Memoria y Derechos Humanos

Me animo a esta reseña con emoción y un poco de conmoción, como cada vez que entro al Espacio Memoria y Derechos Humanos. O mejor dicho, cada vez que, después de los primeros pasos, recuerdo que estoy entrado a la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), y todo lo que sucedió allí.
Casi en el escape de la ciudad, se encuentra ubicado sobre la Av. Del Libertador, funcionando a la fecha únicamente el ingreso por esta avenida, siendo que tuviera en una época uno por la Av. Comodoro Martín Rivadavia. Para empezar por lo más suave, es una zona un tanto desértica en cuanto a servicios, pero podemos encontrar un super chino a media cuadra, un Starbucks en la esquina, un Megatlón en el mismo lugar, varias parrillitas por la zona, y un Banco Patagonia a la vuelta. Además, junto al Megatlón, está el club Defensores de Belgrano.
Ahora sí, dentro del predio, actualmente funcionan múltiples instituciones y órganos del Estado Nacional, después de una cesión parcial realizada por el Gobierno de la Ciudad hace unos años. Entre ellos encontramos: el Archivo Nacional de la Memoria, el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, la Casa por la Identidad (Abuelas de Plaza de Mayo),
(producción de contenidos televisivos y multimediales educativos como Pakapaka y Canal Encuentro), el Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, 30 000 compañeros presentes (Familiares de Detenidos y desaparecidos por razones políticas), el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi — Madres de Plaza de Mayo), Salón Pañuelos Blancos, Casa por la militancia (H.I.J.O.S.), Casa Nuestros Hijos (Madres de Plaza de Mayo — Línea fundadora), y la Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas Desaparecidas. Todas estas instituciones promueven actividades culturales, educativas, de entretenimiento y gastronomía, tanto para adultos como para chicos; así como el funcionamiento de órganos del Estado Nacional orientados y especializados en los temas de memoria, verdad y justicia.
Asimismo, la otra cara de su funcionamiento implica el pasado del espacio, y para los que vamos habitualmente por motivos muy lejanos (en mi caso, para cursar una maestría sobre derechos humanos), suele ser motivo de reflexión y de emoción cada vez que uno cruza la puerta de entrada. El espacio fue uno de los mayores Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio del país que funcionó entre 1976 y 1983. Su causa judicial (la tercera, iniciada en 2012) es una de las más grandes, al punto de conocerse como «Megacausa ESMA», ya que importa a 789 víctimas y 63 imputados. Esto evidencia el altísimo nivel de funcionamiento de este Centro Clandestino, lo que además se referencia y ratifica a cada paso por el espacio, con las distintas publicaciones que hay cada unos 30 o 50 metros, contando la historia de múltiples víctimas, de todos los sexos y edades. Más fuerte aún resulta la visita guiada histórica, que requiere de valentía por la crudeza de la historia que relatan los guías, no sólo comentando el funcionamiento original de cada área que se visita durante el proceso militar, sino las violaciones de derechos humanos y delitos cometidos en cada una de ellas. Dura aproximadamente 3 horas, y se puede inscribir a
o llamando al 4704 – 7538.
Sin embargo, no es lo único que trata de mantener en la memoria el espacio, sino otras violaciones de derechos humanos del Estado, como por ejemplo el caso de Walter Bulacio y el de Omar Carrasco. A cada paso que uno realiza hay un retrato y un relato. Hay un sueño trunco y un abuso del poder, tanto durante períodos de dictadura, como democráticos. Y difícilmente uno pueda mantenerse inerte a ellos.
Personalmente, le recomiendo a todos los Unilocalers acercarse alguna vez a realizar la visita guiada de uno de los espacios más (terriblemente) importantes de nuestra historia reciente. Más allá de la posición política o ideológica, es bueno conocer qué pasa cuando alguien cree que tiene la verdad, y además tiene el acceso al poder y al terror sobre la sociedad. Porque todos podemos ser los que opinemos lo contrario el día de mañana, y nunca más puede volver a suceder.
Finalmente, las 3 estrellas no es por posición política, ni mucho menos porque no me parezca esencial lo que están haciendo por reconfigurar un espacio de mucho dolor y tristeza, sino por el estado en el que se encuentran la mayor parte de las instalaciones después de 8 años de trabajo. Ojalá pongan realmente fondos y foco en renovarlas y terminar todas las obras que siguen haciendo a paso de tortuga desde hace mucho tiempo.

El Espacio Memoria y Derechos Humanos funciona donde antes estaba la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), predio perteneciente a la Marina y en donde funcionó uno de los Centros Clandestinos de Detención más emblemáticos de la dictadura militar que manejó el país entre 1976 y 1983. Se calcula que alrededor de 5 mil personas fueron asesinadas ahí.
A partir del año 2007, la ESMA fue desocupada por la Marina y cedida para la creación de un Espacio Memoria y Derechos Humanos en el que funcionan distintos organismos de DDHH, un museo, centros culturales y demás.
Hoy en el predio de Libertador están las Abuelas de Plaza de Mayo, el Archivo Nacional de la Memoria, el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos de la UNESCO, el portal EDUC. AR y varias asociaciones más.
Se organizan ciclos de cine, charlas y por supuesto una visita guiada por lo que fue el centro de tortura más terrible de la dictadura. Para cualquiera que necesite investigar o conocer esa parte de la historia argentina, la ex ESMA es un lugar insoslayable para visitar.

El Espacio Memoria y Derechos Humanos no es un espacio cualquiera que conjuga distintas instituciones culturales. Se ubica en lo que antes era la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) que a su vez funcionó como un centro clandestino de detención y tortura durante la última dictadura militar.
En 2007 se le quitó este predio a la Marina para refuncionalizarlo, es decir, usar las mismas instalaciones pero con otro fin. Esto generó muchos debates porque varias personas consideraban que tomar un lugar con esta historia y agregarle algo distinto podía opacar el horror de los crímenes allí cometidos. Se eligió otra postura y actualmente hay diversas instituciones funcionando en este espacio, como canal Encuentro, el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti y Abuelas de Plaza de Mayo, entre otras.
Para mí la ex ESMA tiene mucho más valor de esta manera y está más integrada a la vida y a la memoria de las personas que si fuera solamente un museo. Así como funciona ahora se puede ir a ver exposiciones, escuchar conferencias, participar de talleres y millones de otras actividades. Si fuera simplemente un lugar quieto de conmemoración, muchas menos personas irían a verlo.
Cultural, histórico, social, el Espacio tiene un poco de todo.

Hay mucho que decir sobre el Espacio Memoria. Lo principal para mí es que todos deberían conocerlo. Este lugar tiene dos grandes facetas: una es la histórica, la otra, la actual. Sobre la parte histórica lo más recomendable es hacer la visita guiada. Es un recorrido fuerte y movilizador, donde te llevan a recorrer lo que fue el centro clandestino de detención de la ESMA, donde tuvieron cautivos a los desaparecidos. Yo ya la hice dos veces y la recomiendo muchísimo, porque no es lo mismo escuchar la historia que estar ahí, ver todo y sentir todo. Las visitas son de martes a sábados y hay que reservar un lugar con anticipación por teléfono o por mail.
Por otra parte, en la actualidad se realizan múltiples actividades que no tienen que ver con la temática histórica (bajo la idea de llenar de vida ese lugar que tuvo tanta muerte). Se hacen ciclos de cine bajo las estrellas (el predio es enorme y tienen varios lugares donde proyectar películas), recitales, muestras de fotografía, charlas y cursos varios. Siempre se puede visitar la página para estar al tanto de la última información. Yo recomiendo conocer este lugar desde sus dos caras para poder llegar a conocerlo bien.