Museo de Arte Español Enrique Larreta

El museo Larreta es un edifcio que fue casa del escritor Enrique Larreta. Si bien su nacionalidad era argentina, fue un gran aficionado y divulgador del arte y la literatura española. El edificio está ubicado en el barrio de Belgrano, a pocas cuadras de Avenida Cabildo, lo cual lo hace sumamente accesible. Tiene un estilo arquitectónico colonial, muy clásico, tanto por fuera como por dentro.
La colección, como su nombre lo indica, es de arte español. Desde obras medievales hasta obras del siglo XX. La decoración y los muebles son de época, lo que los hace parte de la muestra. No es para nada el estilo artístico que me gusta, pero vale la pena visitarlo por el edificio en sí y por lo más hermoso que tiene: el jardín. Un jardín enorme, precioso, lleno de plantas y hermosamente mantenido. Es sin duda uno de los lugares imperdibles de la ciudad.
Ofrecen visitas guiadas de la colección permanente y cada tanto hay muestras itinerantes de artistas plásticos contemporáneos locales. La entrada es baratísima y como todo museo, hay un día que es gratis.
si no te gustan los museos, al menos visitalo para disfrutar un rato de ese jardín precioso.

Museo representando cultura española, y especialmente «la vida en Belgrano un siglo atras», con toda la desmesura que eso conlleva. Eso sí, hermoso e imperdible jardín, gran pulmón verde en plena urbe.

«que va a jugar bien si nacio a la vuelta de mi casa…»
Tipica frase porteña para despreciar lo bueno que es cercano.
Cuando entre al Larreta me acorde de esta frase, hace ocho años que vivo a tres cuadras y nunca habia entrado! Es gratis, y es cerca, no debe valer la pena…
Nones, es gratis, y esta muy bien puesto, con las colecciones permanentes y con las eventuales, ademas de la belleza de sus jardines que te conecta directamente al Croque Madame de vuelta de Obligado.
Tiene ademas un teatro que se especializa en obras infantiles (la mayoria dirigida por el grupo de Hector Presa, La Galera Encantada
Es a la vuelta de mi casa, y esta muy bueno!

Claramente éste museo se divide en dos, y no sólo porque tiene dos partes –la casa y el patio-​, sino porque parecen dos mundos diferentes en uno. Por un lado, está la casa del escritor Enrique Larreta (podría decirse mansión colonial?), en la que se presentan exposiciones temporarias de diversos artistas (la primera vez que fui había una muestra sobre Dalí, no con obras originales, sino basada en su obra), además de la colección permanente que está compuesta en su gran mayoria por esculturas y pinturas de los períodos renacentista y barroco, además del mobiliario y artes decorativas propios de la época. En el museo se desarrollan también diferentes actividades de forma regular entre las que podés encontrar cursos, talleres y charlas que abarcan distintas temáticas aunque siempre relacionadas con el arte, lógicamente. También ofrecen actividades y obras de teatro para niños durante las vacaciones de invierno, y los fines de semana se realizan visitas guiadas para todo público tanto en el interior del museo, como en sus jardines. Los jardines… el otro lado del museo. Entrar al jardín andaluz del museo es como entrar a otro mundo, el cuál no te podés imaginar cuando lo ves desde afuera… está bien, no te digo que no escuchás naaada del ruido que proviene de la avenida, pero casi. Si te podés sentar bien en el medio casi que lográs abstraerte del ruido de la ciudad por un rato. Por eso es que me parecen tan útiles y saludables éstos espacios verdes en medio de la ciudad, podés ir y desconectarte, leer, escribir, escuchar música o cualquier cosa que te sirva para relajar, sobretodo si como yo, vas en el break del laburo (motivo por el cuál voy bastante seguido).
En el jardín se exhibe una amplia variedad de árboles y diversos tipos de vegetación con su correspondiente señalización para que puedas conocer un poco más al respecto, si es que te interesa la botánica. Para entrar te cobran una especie de bono/​entrada que cuesta $ 10 (precio actual, hasta hace poco costaba $ 5), salvo los jueves que es gratis (aunque ahora en época de vacaciones de invierno no están cobrando para entrar, supongo que después se terminará). Si andás por la zona, es mil veces mejor opción parar un rato en el patio del museo que en la plaza que está enfrente… para tener en cuenta.

Es hermoso este museo se nota que es una casa lo que mas llamo la atencion es el enorme jardin que tiene mucho verde por todos lados es muy relajante te desconectas de todo .
Este lugar es perfecto para leer algun libro o simplemente descansar.

Este museo si que me sorprendió. Lo conocí con la excusa de la Noche de los Museos y cubrió ampliamente y mas de lo que me imaginaba.
Había pasado miles de veces por la puerta y yo sin entrar.
La casa tiene una gran colección de muebles y armas que se pueden encontrar en varias de las salas.
Entre las cosas que mas me impactaron están: el cuadro de Larreta pintado en París, Francia; y el retablo en honor a Santa Ana, que es impactante por los detalles y el brillo, que según explicaron corresponde a un diseño gótico.
Otro de los puntos destacados del museo es el Jardín Andaluz, que pude recorrer de noche y me recordó a los típicos jardines de películas de época.
La galería con esas cerámicas, que me hicieron recordar a la clásica serie «El Zorro».
Y muy lindo cerrar el recorrido por el parque y descubrir un ombú de cientos de años.

El museo posee una colección de obras que abarcan desde el medioevo hasta principios del siglo XX y un jardín de estilo andaluz que cuenta con un ejemplar de ginkgo biloba y una centenaria glicina.
También se dictan en el museo cursos, conferencias y seminarios.
La casa, de arquitectura neocolonial, fue la residencia del escritor argentino Enrique Larreta, cultor de la literatura y el arte español.
El museo por dentro no es grande, aunque impactan las obras y los muebles de época, sin duda, la joya es el jardín, ideal para ir a tomar mates o hacer «pic-​nic» en el medio de belgrano.

Pocas relaciones unen tanto al hombre con la naturaleza como la del jardinero con su jardín. Y fue atraída por esa propuesta que me acerqué al Museo de Arte Español Enrique Larreta a disfrutar de una visita guiada por sus jardines. El paseo dura una hora y media y se organiza el primer sábado de cada mes, a las 15 y 17 h. Así lo leí en Twitter y me fui para Belgrano sin demasiadas expectativas. Pero claro, nunca imaginé que me iba a conectar con uno de los viajes más hermosos que tuve la suerte de hacer: Marruecos.
Con una entrada de sólo $ 5 se accede a recorrer el museo y a participar de la visita guiada que lleva adelante su jardinero y que más que una caminata entre plantas es una clase de historia y botánica. Escondido entre murallas, el jardín fue ideado por el matrimonio Larreta a principios del siglo pasado luego de recorrer el sur de España. Está basado en un diseño hispano musulmán y sorprende por su belleza y por el perfecto estado de sus canteros y plantas.
Fue siguiendo la hipnótica visita que descubrí que la palmera del patio de mi casa es oriunda de la isla del Java, que la palabra azulejo proviene del color azul del piso de las fuentes de agua y que los musulmanes saben de hospitalidad y jardines. «Atrás de esa glicina centenaria está la avenida Juramento», dijo el guía, y recién entonces me di cuenta que hacía casi dos horas que me había abstraído de Buenos Aires y me había conectado con el perfume dulce de los azhares, el ombú que parecía el baobab que dibujaba El Principito y con la belleza de las flores rojo bermellón de la Estrella Federal.
Cuando terminó la visita me quedé charlando sobre historia y lingüística con el guía un rato más, un hombre apasionado por su trabajo, con un amor infinito por sus plantas y con la paz de quiénes trabajan en contacto con el verde de las hojas y el olor de la tierra que se pega en las manos.
Quizás uno de los paseos más lindos que tuve la oportunidad de hacer en la Ciudad de Buenos Aires. Dicen que hay que volver una vez por estación para conocer el color de sus glicinas, la presencia imponente del ginkgo biloba y la caricia del sol que se cuela entra la copa de las paltas y los gomeros. No se lo pierdan, El Bosco los espera en El jardín de las delicias.

Si trabajas por Belgrano, y querés escapar del ruido de Cabildo por un rato, lo ideal es ir al Museo Larreta para relajarse en su jardín andaluz. Parece el escenario de una película de época o de un libro de Jane Austen.
La casa que pertenecía al escritor Enrique Larreta puede recorrerse y todos los meses se exponen muestras dedicadas al arte español.
Los jueves la entrada es gratis, los demás días, 5 pesos.

Para algunos Belgrano, «es un país».
Se dice esto, los vecinos de mas edad, porque realmente, Belgrano tiene todo.
Tiene un barrio Chino, tiene plazas, tiene dos estaciones de tren, cinco complejos de cine, escuelas, comercios, embajadas, clubes y museos.
Uno de esos museos fue el domicilio del escritor argentino Enrique Larreta (1873 – 1961). El interior de este museo está ambientado como un palacio del renacimiento.
Con un frondoso jardín, hoy instalado un café Croque Madame en cual se disfruta en plenitud.
Este jardín de aire Andaluz, se puede visitar con un guía los primeros sábados de cada mes entre las 15 y las 17hs, se suspende por lluvia.
Hice dibujo de chico.
El museo ademas de albergar pinturas, armas, mobiliario de época, es un centro cultural, donde se dictan charlas, hay exposiciones y espectáculos.

Museo que me encanta pero sufre de las mismas desgracias de varios museos municipales. La casa está divina, la colección es interesante y es muy lindo ver muchos de los cuartos que se encuentran en sus condiciones originales. O sea, museológicamente está todo bien hecho, los artículos tienen cartelitos con información, todo está visible y en buen estado.
El problema está afuera, en el jardín de inspiración morisca que solía ser uno de los atractivos más llamativos del lugar. Todo está en un estado border. Los arbustos que generan ese trazado laberíntico, típico de este tipo de jardín, están podados y correctos, como para que se pueda caminar por los senderos. Ahora, lo que pasa adentro de cada cantero es cuestión de la naturaleza y creo que ningún ser humano quiso entrometerse. Básicamente hay yuyos y gatos, nada más. Algunas plantas todavía conservan los cartelitos que indican a que especie pertenecen, pero es evidente que si siguen ahí es por pura casualidad, ya que se nota a la legua que tienen más de 20 años ahí (si no más).
Los elementos decorativos que hay en el jardín están, también, medio dejados a su suerte. La galería que hay en el fondo fue pintada de nuevo, eso lo destaco. Pero el resto de las estatuas, fuentes, bancos, etc.; no están limpias, están rotas… no sé, todo tiene aspecto de abandonado o cuidado sólo lo mínimo. La última vez que fui (diciembre del 2013) estaba cerrado el acceso a una fuente con bancos al rededor y parecía que la estaban arreglando. Espero que así haya sido, porque la verdad es una pena que un lugar tan lindo y único en Buenos Aires se eche a perder.

A pocos metros del caos de Jurabildo, el Museo Larreta ofrece una dosis de calma y tranquilidad en pleno Belgrano.
Se trata de una casona del silgo XIX que durante principios de siglo XX fue habitada por el escritor español Enrique Larreta. Él se dedicó a ambientarla con pinturas, muebles y esculturas de la época renacentista española.
Para mí, igual, lo que más se destaca es su bello jardín: un oasis que te aleja de todo el kilombo porteño. Tiene un ombu enorme, varios caminitos y banquitos donde sentarte y disfrutar la tarde. Pasar por la esquina de ahí ya tiene su encanto, ya que la enredadera aflora hacia la calle con un aroma increíble.

La vieja casona fue la mansión de Enrique Larreta, un escritor Español. Su obra más famosas «La Gloria de Don Ramiro».
En el museo se podrán encontrar mobiliario típico de la época, y la ambientación lo acompaña perfectamente. En una de las habitaciones, esta aun armada la capilla de la casa con un retablo original.
Alrededor de la casa se desarrolla un jardín maravilloso, en el cual convive vegetación con esculturas en forma armoniosa. Al tomar la visita guiada uno se puede informar acerca de la construcción del mismo ya que hay especies que se trajeron desde España por orden de Don Larreta.
Otro detalle a tener en cuenta, es la actividad cultural que plantean. Tiene algunas salas preparadas para muestras ocasionales, a finales de 2013 nos sorprendieron con originales de Salvador Dalí. Lo malo es que hay que estar atentos para enterarse ya que la publicidad es poca y si no estas suscrito a su newsletter o pasas por la puerta no te enteras.
Antes o después de visitar el museo, a partir de hace unos meses se puede disfrutar de una exquisita merienda en el fondo de sus jardín, ya que se concesionó un sector que se transformo en confitería.