Garage Bar

Feo. Fuimos una noche alrededor de las 3 de la mañana y como es enorme se notaba la falta de clientes. La mesera nos ofreció una carta muy pobre, tenían cerveza de las baratas que son intomables. No hubo forma de remarla porque como dije, la carta era muy acotada (una sola carilla). Una lástima porque está bien ambientado, simulando un callejón, con luminarias acorde y un auto viejo en exhibición.

Anoche soñé que volvía a Garage Bar.
Llegamos temprano a ver una obra de teatro en la que actuaba una amiga. Teníamos ganas de tomar algo y justo en frente había unas chicas que nos invitaron a pasar. El acceso es por un pasillo largo y ancho (ancho como para que pase un auto), y la verdad que no te imaginás lo que te vas a encontrar al final. Cuestión que al final había un galpón GIGANTE con varias mesitas bajas, sillones super cómodos, mesas de pool y metegoles, una barra antigua y un auto iluminado por un néón con la firma de Fangio. Siendo de Balcarce, me sentí como en casa.
El lugar es super amplio, hay mucho espacio libre, el techo está lejísimos y con las vereditas y faroles que tiene adentro, parece que en realidad estás afuera. El tema es que con la poca cantidad de muebles que tiene parece medio vacío, pero al mismo tiempo, esto hace que sea super tranquilo y que se pueda hablar sin gritar.
Llegamos y lo primero que vimos fue una fila laaaarga de pizzas en un costado. Estábamos tentados de agarrar porque alto hambre, pero nos dijeron que eran del Pub Crawl que pasa por ahí. Nos sentamos en uno de los livings que tenían armados y nos trajeron la carta. Es bastante reducida, tiene pizzas y hamburguesas más que nada, creo que unas picadas también y el resto son tragos, vino y cerveza. Pedimos una birra.
La atención es muy buena y los precios son bastante baratos, sin duda una buena opción si estás en la zona.

Me gustaría ponerle más estrellas. Quizás vuelva cuando no haya eventos y lo disfrute un poco más.
EL LUGAR
Es un gran galponcito. Seguro que si nunca pasaste por ahí, ni se te ocurriría entrar. Pero una vez atravesado el pasillo aparece una estación antigua que parece sacada de un libro viejo. Ladrillo a la vista, carteles de néón, dos hornos de barro en la entrada, muchas mesas y sillones y una gran barra al fondo.
Rústico, sencillo pero cómodo. Entra mucha gente, lo cual lo hace ideal para grupos o eventos.
EL SERVICIO
Una vez más, los chicos nos atendieron súper bien PERO no sé cómo es el servicio fuera del evento Pub Crawl. En lo que respecta servir cerveza (que era gratis) y vinito (también gratis) estuvo muy bien.
Volveré para darle más detalles a esta reseña, porque el lugar era muy lindo y parecía valer la pena.

El espacio de este bar es enorme. Enorme posta. Es, tal cual su nombre lo indica, un ex garage, ambientado como uno antiguo, con modelos de autos viejos y posters del lugar cuando funcionaba como garage. Las paredes son de ladrillo y el piso de cemento, hay unas mesas de pool y una barra.
Recomendado para ir con muchos amigos pero solo en verano ya que, al ser tan grande y tener techos tan altos, en invierno puede sentirse bastante frío. La música que pasan de fondo es variada (comercial dance, indie rock, reggaeton…)
En cuanto a lo que podes consumir, tenes una carta no muy extensa que incluye cervezas, tragos, pizzas, hamburguesas, alguna que otra tapa. La cerveza que nos sirvieron muy floja: Nos la sirvieron en una jarra, y parecía aguada y no muy fría. La pizza estaba bien, y el trago ok (con 0 presentación, pero rico). Las hamburguesas se veían buenas.
Es un lugar tranquilo para ir sin muchas pretensiones y pasarla bien con un numeroso grupo.

Me encanto este lugar, es casi perfecto, fui un jueves después de un día largo de laburo y de casualidad lo encontré. A primera vista ya lo ame, la estética antigua, sus dos barras, el bar ADENTRO DEL BAR!, los sillones súper cómodos y la luz justa hacen una combinación ideal. Además cuenta con un pool y un metegol !
La carta para comer no es muy amplia, pedidos unas papas al horno con panceta y cheddar que no sobresalían, pero nos sorprendieron para bien con la hamburgesa de la casa y el sándwich de pollo.
Fue una grata experiencia, les falta mejorar cosas, cuando nos fuimos el lugar se fue llenando y los dos mozos no daban abasto.
Vayan, no se van a arrepentir!

Eran las 2:30 am. Estaba en pijama, metida en la cama. Me suena el celular: un amigo diciendo «levantate y vení ya al bar en el que acabo de entrar». Me cambié y fui (porque nunca se le dice que no a una cerveza a las 2 de la mañana). El garage pasa casi-​totalmente desapercibido por fuera. En una calle de San Telmo, de esas que sólo transitamos los que vivimos acá, sinuosa y pequeña, se encuentra este lugar. Por fuera es simplemente un pasillo empedrado con un par de mesas. Pasás un telón (sí, un telón) y te encontrás con un set de película.
El lugar es más que amplio. Muchas mesas y sillones, dos mesas de pool y un metegol. No termina ahí: un auto adentro del lugar, la firma de Fangio en la pared con néón. SPOILER: Hay un bar ADENTRO del bar. Hay veredas en el bar. Hay faroles. No voy a decir nada más. Sólo voy a decir que es mi nuevo Central Perks.
Podés comer platos simples (hay una pequeña parrillita; yo sólo probé las hamburguesas). Tienen tragos, poca variedad de cervezas y poca variedad de vinos. Hace poco probé el trago del bar: «Garage punch». Muy rico, muy frío (esto tiene caracter de importancia por lo que explicaré en breve). Los precios no son PARA NADA caros. Para nada. Es que, al fin y al cabo, es un bar para juntarte con amigos, pasarla bien, reírse un rato y relajarse, olvidándote del afuera. También creo que la poca variedad tiene que ver con que es bastante nuevo. Todavía no es conocido (y yo agradezco un poco eso ya que nunca tengo que esperar mucho para jugar al pool, como ocurre en otros bares del barrio). Primero supo ser un garage (todo tiene sentido ahora, ¿no?), luego un salón para eventos privados y ahora lo atienden unos chicos que, a mi opinión, tienen la mejor onda comparado con quien te podés llegar a encontrar algunas cuadras a la redonda.
Ahora bien, las contras: cuando hace calorcito es divino pero cuando hace frío, hace mucho frío. Su estructura lo condena, es pura lógica: es un garage, enorme, con el techo altísimo y sí, hace frío. Después de media botella de vino yo no lo sentí más pero lo dejo a criterio de cada uno. A la música del lugar le tengo mucha fe: al principio la selección era bastante mala y con las semanas fue mejorando. De todas formas, en ese aspecto todavía le falta una vuelta de tuerca. No deja de ser uno de mis nuevos lugares favoritos.