Habibi

La comida es DETESTABLE, acabo de ordenar un delivery de este lugar,
ordene 2 shawarmas que llegaron en menos de 30 minutos (lo único rescatable de la experiencia ya que fue tal cual lo dijeron). Lo peor fue la carne de los Shawarmas toda estaba repleta de nervios, semi cocida, el pan pita estaba tan mojado que no podía despegarse del papel envoltorio. La peor experiencia… CERO

Me encanta las comidas de este lugar, desde el shawarma, hasta el keppe frito y al horno o las hojas de parra.
el lugar esta ambientado muy bien, se llena bastante ya que no tiene un local muy amplio.
Es uno de los mejores lugares a mi criterio para comer una comida bien condimentada con los sabores del medio oriente!

Caro, feo y escaso: el plan de Habibi es ese y salvo que sea el último árabe en la ciudad y yo me esté muriendo por un bocado de Tabule no voy a volver a ese antro. ¿Vieron esos lugares donde parece que comida étnica significara «todos los platos saben igual»? Bueno, Habibi. Definitivamente si quieren ir que sea bajo su propio riesgo, porque mi consejo es ir al Banco Rojo, que queda a la vuelta, y comer un kebbab de dorapa. La vas a pasar mucho mejor.

Habibi es un restaurant de comida árabe al que pedía mucho delivery cuando vivía en San Telmo. Lo que más me gusta es la «hamburguesa árabe», empezando con el nombre que es graciosísimo. Es una hamburguesa casera riquísima, super especiada, en pan árabe con lechuga, tomate, cebolla y una salsa blanca parecida al ranch. En vez de papas fritas viene con ensalada tabule. La hamburguesa es enorme, riquísima y de buena calidad.
Además tienen varios platos del repertorio de restaurantes árabes: niños envueltos, shawarma, morrones o papas rellenas, falafel, keppes, etc. En general son muy buenos los platos pero noté que a veces el relleno es el mismo para una cosa y la otra. Una suerte de mezcla de arroz con carne picada y especias que aparece repetido tal cual en varios platos. Ahí hay que ponerle un poquito más de onda.
Para ir a comer recomiendo que sea en un día de semana poco concurrido, no tanto porque se llena, si no porque el local es un poco cerrado y cuando hay mucha gente se pone muy ruidoso. El lugar está ambientado con elementos árabes –el dueño viene de algún lado del Cercano Oriente y viaja seguido, lo escuché decir una vez-​, hay un narguile en cada mesa, arañas y empapelado acorde.
En San Telmo fue de mis lugares preferidos para pedir comida durante mucho tiempo.