Las Mil y Una Noches

Las Mil y una Noches es un pequeño local de comida árabe ubicado sobre la calle Talcahuano a pocos metros de la avenida Corrientes. Es atendido por sus dueños que son egipcios y eso se nota en los platos que son exquisitos. Si bien la carta es acotada y los platos no muy grandes e ideales para llevar y comer al paso, el local cuenta con mesas donde te atienden y se puede comer con comodidad. Se destaca el Shawarma, Fatay, Hummus, Falafel, niños envueltos y otras delicias. Tienen combos que incluyen dos platos a precios razonables. Ideal para comer algo rico, sano y escapar a la tentación pizzera de la zona. No venden alcohol.

No hemos quedado satisfecho con el shawarma pero la verdad es porque fue tan rico que pareció poco, que en verdad lo era. Los dueños son egipcios y te atienden muy bien.

Fue una grata sorpresa. La idea era comer algo en the Sandwich Bar (local que quedaba al lado) pero cuando llegamos nos encontramos con que estaba cerrado. Así fue que terminamos comiendo en este lugar. Pedimos hummus y dos shawarmas, uno de pollo y otro de carne. Las porciones no son tan abundantes pero sí correctas y la comida es rica. Buena relación precio-​calidad. Volvería.

Varias veces, tomando el 39 en la vereda de enfrente (dato: pasa el 39, y está a pocos metros de Av. Corrientes en su zona más teatral), Adri me dijo que teníamos que ir a comer allí, porque la comida era muy rica. Y llegó el día. Fuimos a buscar comida porque la llevamos para la casa.
El lugar es pequeño, entrarán veinte personas o treinta sentadas en mesitas. Todo simple, algunas decoraciones del estilo árabe, música árabe, y un pequeño mostrador.
La verdad es que no recuerdo exactamente el nombre de lo que comí, porque no domino aún la nomenclatura de la cocina árabe: creo que era shawarma de carne, y era RIQUÍSIMO. También pedí un fatay de queso (ricotta+cabra creo) y también era muy rico.
El precio es ideal, y la comida sale rápido (de acuerdo también a la complejidad de lo que se pida, claro), estando abierto todo el día es una gran opción para alimentarse bien y barato.

Inmigrantes egipcios abrieron este local de comida árabe hace relativamente poco tiempo. Siempre que compré fue comida para llevar. Las porciones de shawarma son muy ricas pero medio chicas. Los niños envueltos están muy bien. Alguna vez pedí musaka y si bien no estaba mal tampoco era destacable.
El local es más bien chico y tiene algunos detalles de ambientación medio oriental. La gente del otro lado del mostrador es muy simpática y amable.
Tiene unos combos de almuerzo en los que no ahorrás mucha plata. Es un poco más barto que comprar las cosas por separado nomás.
Es una muy buena adición a la oferta de la zona para almorzar en Tribunales y variar un poco de los sandwiches/​ensaladas/​pizzas.
No me vuelve loco ni vendría todos los días pero cada tanto vuelvo porque la comida es rica.

La comida es deliciosa, económica, casera, el lugar ideal para ir a cenar, uno de mis lugares favoritos, el falafel es de lo mejor, altamente recomendable, buen ambiente, música arabe, el local es atendido por los dueños quienes son muy amables.

Este es uno de esos lugares que tienen vida propia: Los dueños son muy amables, le ponen cariño al servicio y al menú — que por demás tiene precios muy razonables-​. Es sin duda uno de mis favoritos del centro y una de los mejores lugares de comida arabe que conozco en Buenos Aires.

La comida es rica; el shawarma es rico, no grasoso y la porción es relativamente grande.
Tienen 4 combos a precios de menos de 100 pesos (increíble pero cierto), pedí el combo shawarma y fatay. Ademas compre una porción de niños envueltos (la versión de carne, no la vegetariana)
El shawarma y el fatay estuvieron deliciosos. El típico sabor de la comida árabe bien hecha, pero los envueltitos no estaban ricos, solo estaban correctos. Estaban calentitos asi que eso hizo que pudiera terminarlos.
Regresaré porque tienen muchas otras opciones. Tienen una heladera con porciones ya listas para llevar de arroces y postres.
La atención es muy linda, los dueños y todos los trabajadores son árabes, así que por eso la comida sabe tan rica; no son versiones argentinizadas.
Volveré y veremos si añadimos una estrellita mas.

La comida es rica y son porciones aceptables. El lugar es ameno, el único punto negativo que vi, fue que la música estaba muy alta y cada vez que entraba un cliente la apagaban de golpe, lo que hacía que se cortara la atmósfera del lugar.