Josephina’s Coffee

Este café/​restaurant está en una de las partes más lindas de Recoleta (y en una triple esquina donde siempre me pierdo jajaja)
Nunca había ido, pero hace unos días, Moliere estaba lleno, y terminamos acá (es a una cuadra). Y que buena sorpresa!
Excelente atención, precios normales, comida rica y tienen varias mesas en la vereda, ya que están en una especie de placita, así que pudimos estar con Fidel (mi perro).
Si viven por acá o están por la zona, se los súper recomiendo, más aún en cuanto las noches se ponen más cálidas y son ideales para comer al aire libre!

La esquina se presta para un café como este. Las mesas afuera siempre están pobladas, y los dos salones (uno a cada lado de la mini cuadra) son muy concurridos también.
Pasé varias veces y nunca entré por prejuiciosa. Lo veía como un lugar caro, con café medio pelo y tostados demasiado finitos. Pero es lindo y me queda cerca, por lo que valíà la pena darle una oportunidad.
Si bien es un lugar típico de la zona, el local está aggiornado y es agradable para pasar el rato. Me pedí un licuado y un tostado y las dos cosas estaban muy bien. El tostado es particularmente rico, con mucho relleno y tostado pero no quemado.
Vi que tienen ofertas de mediodía con precios bastante razonables para la zona. Será cuestión de probar.

Lindo café, siempre está lleno, me gusta su ubicación, podés estar afuera y de todos modos no te pasan los autos por la oreja! adentro no es muy grande pero es cómodo el lugar, la gente tranquila,“mayor”, el ambiente perfecto para charlar u observar a la gente pasar sin que te molesten. Mi pedido muy simple y básico: café, jugo de naranja, mediaslunas y tostado. Rico! Fresco y buena atención.Un poquito caro, pero volvería.(No saqué fotos xq no tenía espacio en el celu)

Este café es perfecto para el barrio en el que esta, muy pintoresco, caro, lleno de gente mayor de 50, y ofrece únicamente cosas de buena calidad.
Acá vengo a tomar un cafecito con mi mama y su perra. Este lugar es para venir a hacer eso.
Igual este café no se limita solo a salidas de cafecito, tiene opciones de desayuno muy completas, menú de almuerzo bastante accesible en relación a otras opciones de la zona, y es el lugar para sentarse en las mesitas de afuera a leer el diario esperando a que alguien pase a saludar. Hasta los perros se conocen entre ellos en Josephines.
La parte mas concurrida es la de afuera, pero el salón de adentro esta muy bien puesto también. El lugar esta dividido en dos ahora porque se ampliaron, y con esta ampliación y todo se sigue llenando.
Consejo: ir a desayunar y pedirse mediaslunas de grasa, a pesar de desentonar con la coquetería del barrio, estas son muy ricas.

Aparte de ser un lugar genial porque se llama igual que yo (?), Josephina’s tiene de particularidad la opulencia: hay dos locales, uno en cada esquina de una plazoleta sencilla, ¿el motivo? uno de ellos es para fumadores, y otro no. De otro mundo.
Como no fumo, solo puedo hablar de dicho local (aunque dudo que cambie en algo) Es un café para una reunión rápida por la zona, es lindo, silencioso y con café y masitas ricas. Aunque no tiene muchas más opciones siempre está muy concurrido por la gente del barrio, ya sea los que se reunen por trabajo o amigas de siempre que se juntan a charlar.
Está bueno, queda a mano y la atención es rápida. Razones suficientes para pasarse.

Este café está en una de las esquinas más simpáticas de Buenos Aires: esquina en 45°, plazoleta con fuente, un poco de césped. El lugar está repartido en dos locales, uno en cada extremo de la super-​ochaba y tiene mesas adentro y en la misma plazoleta, y es muy espacioso y luminoso. El público habitual son los vecinos del barrio: señoras que juntan con sus amigas a tomar un buena desayuno, con tortas y masas finas, o adultos que buscan tomar un café de buena calidad. charlando de negocios o asuntos familiares. La atención es excelente, los mozos te tratan realmente como un duque. Es relativamente caro, en especial si se usan las mesas de afuera.
También es un buen plan, por ejemplo, para regalarle a tu vieja un buen desayuno en su cumpleaños, o para invitarla a tu novia –si son un poco más grandes– a merendar para festejar algo sencillo.