Lo de Abelardo

Lo de Abelardo tiene una muy buena calidad de comida, pero la verdad me resulta un poco caro considerando que es una parrilla de barrio sin nada muy extravagante. Por esa plata yo esperaría un poco más.

No sé qué platos tiene este lugar porque para mí es un lugar para pedir parrilladas y no mucho más. Las parrilladas están bien, en los últimos días (Diciembre 2015) subieron un poco los precios, pero no creo que sean muy distintos a una parrila de barrio como esta. Las porciones de pollo son de lo mejor, el vacío pierde un poco de puntos, achuras bastante bien. Las ensaldas son self-​service. Venden gaseosas de litro. Y el flan casero: 8 puntos.

Caímos. Íbamos a otro lugar con muy buenas reseñas acá pero había un evento. Consulto Unilocal y aparecía este lugar con reseñas decentes.
Pedimos un lomo al champignon con papas españolas para compartir que comimos por turnos (uno tiene que sostener el bebé xD)
Lo bueno: estaba rico, era abundante, había poca gente y gastamos poco.
No me flashó, pero está bien.

«Lo de Abelardo» es una parrillita que está a la vuelta de la Facultad de Filosofía y Letras, en una esquina. Hay mesitas muy juntas adentro y varias afuera. Los días mas concurridos son los viernes a la noche y los findes. Durante la semana hay promociones al mediodía, venden gaseosas grandes, también vino y cerveza. Son atentos atendiendo y rápidos para traer la comida (si no hay mucha gente). Es un lugar de barrio, ideal para un día post facultad o para las no ganas de cocinar un sábado al mediodia (tienen abierto hasta las cuatro de la tarde aproximadamente); los precios son acordes a lo que se sirve. También se puede pedir para llevar!
Ps: el choripan con papas fritas es un gol de media cancha.

La verdad no me gusta hacer reseñas malas, implican que hubo un desperdicio de dinero, de alimentos… pero son necesarias para prevenir a otros comensales.
No pidan entraña en lo de Abelardo, un pedazo de caucho hubiese sido igual, las mozas desastre total. Y el precio… vergonzoso.

Abelardo es una tipica parrilla porteña o parrillonga (sin ser despectivo) de esas que tienen ambiente a bodegon: gaseosas de litro, poco espacio en el salon y mucho humo ya que cocinan a la vista de todos. Si queres evitar el humo se puede comer en unas mesas sobre la vereda donde transita gente y palomas. Desde que abrio la sucursal sobre pedro goyena, se encarecio un poco todo pero no defrauda a la hora de comer un asadazo.

Mi papá llamaba «la parrillita secreta», a «Lo de Abelardo». Porque la descubrimos apenas se inauguró, en una calle no muy transitada, y parecía escondida. Su carne era lo más, por eso nos parecía una especie de tesoro guardado.
Recuerdo que por un poco más de pesos te daban una bandejita de plástico y vos te podías servir toda la variedad de ensalada que te entre allí. Entonces con mi mamá apretujábamos y apretujábamos, poníamos arroz y huevo abajo, lo más pesado, y después mete lechuga y tomate. Cuando la servíamos no podíamos creer todo lo que había entrado.
Luego, en mi adolescencia, en el camino desde el Excelsior a la Redonda, el club en donde teníamos educación fisíca, quedaba de paso Lo de Abelardo y nos clavábamos un chori con salsa criolla. Todos los lunes y miércoles.
Ahora la calidad bajó un poco, lo mejor siguen siendo las tiritas de asado con papas fritas. Se ve que le ve bien porque puso otra sucursal en Pedro Goyena.

Abelardo es el filósofo y teólogo francés del Medioevo, conocido por haber mantenido un amorío con Eloísa, monja apasionada por lo que puede leerse en el epistolario que llegó hasta nuestros días. Pero del Abelardo que hablamos ahora es otro, el dueño de la parrilla que está a la vuelta de Puán, la sede de Filosofía y Letras de la UBA. Aunque, en realidad, nadie sabe si es el dueño que se llama Abelardo o, en realidad, se llama José Antonio (?) pero es fan de Abelardo el filósofo. Miterio.
El fuerte de Lo de Abelardo son las carnes, por lo general sabrosas y cocidas en el punto justo, a veces más duras y un poco demasiado tostadas, siempre a buen precio. Pero lo mejor de Abelardo no es su parrilla sino su impostergable y sin embargo jamás concretada separación con su señora esposa: una pelea y una andanada constante de insultos.
Tener en cuenta las minutas que llevan a domicilio, el sandwich de milanesa completo en particular. Lo de Abelardo es el lugar donde comer obligatoriamente si se es puanner, pero no donde llevar a un extranjero a conocer la carne argentina. Está bien para lo que ofrece, no pidamos más.

A la vuelta de la Facultad de Filosofía y Letras, en la esquina de Jose Bonifacio y Hortiguera, se encuentra esta parrilla pequeña pero poderosa que te prepara todo a la vista. Y con mirar ya casi no se necesita el menú, que redunda en carnes y algunas ensaladas para acompañar, que también están a la vista. Lo ideal acá son las parrilladas para compartir por grupo de amigos, así se amortiguan gastos y se disfruta más.
El lugar es frecuentado por los cercanos profesores y estudiantes, pero no es el único público, es muy solicitado en el barrio y suele llenarse. Otra tentación es comprar para llevar, con atención bastante rápida y amistosa, te suelen ofrecer promociones improvisadas en el momento (¡a veces te regalan porciones de fritas!).
Tiene otra sucursal sobre Pedro Goyena, a solo dos cuadras, con un estilo un poco menos tradicional, y más opciones en cafetería.