Maná

Definitivamente el mejor lugar de comida judía y europea. Todo es delicioso y fresco. Mención especial para los varenikes, ñoquis con goulash y todos sus calentitos. De primera!
Sin dudas vale lo que cuesta. La relación precio-​calidad es imbatible, y saben asesorarte muy bien respecto a cantidades.
Un lugar imperdible

El otro día hice cena de año nuevo judío en mi casa (por primera vez) y tuve que comprar algunas cosas que siempre compraba mi mamá y yo no tenía idea: harina de matzá, krein y todo eso que si son judíos ya conocen.
Encontré acá en Unilocal un lugar llamado Open Kosher en la zona judía de Belgrano pero estaba cerrado porque era feriado justamente por el año nuevo. Pregunté en twitter si alguien conocía algún lugar abierto y recibí muchas respuestas de que fuera a Maná. Y sí, Maná estaba abierto en feriado, lo cual ya es una gran ventaja.
Maná es una especie de rotisería /​almacén de productos judíos. La única contra es que es cara, pero tiene todo lo que uno necesita. Compré harina de matzá, matzá y el krein casero que tienen es riquísimo (un poco picante, pero así es como me gusta a mí). De hecho el krein que venden en Valenti envasado (no recuerdo la marca) es (aún) más caro y no tiene gusto a nada.
No compré nada más, pero tenía mucha pinta el pastrón. Un cliente se llevó un pedazo grande (no en fetas, entero) para hacer al horno y el vendedor le recomendó cómo hacerlo. Me tentó muchísimo para ir otra vez.
Maná ya es mi lugar preferido para comprar cosas judías. Si no le puse cinco estrellas es sólo porque es caro. Pero quizás todos los lugares de comida judía lo sean.

Todo lo que probé en Maná me parece riquísimo y eso que yo, sobre todo con este tipo de comida, soy de paladar exigente.
La dieta merece ser abandonada con sus bohios y empanaditas de queso, que son casi tan buenos como los de mi abuela judía. Los varenikes y los sandiwichitos de pastrón también son muy buenos.
Caution: hay knishes de papa y knishes de ricota, a no confundirse porque los de ricota definitivamente no van.

Maná es una local de comida judía que conozco desde chica ya que mi abuela solía comprar algunas cosas ya preparadas para las fiestas.
Cuentan con una variedad de comida tradicional, fiambres, quesos, panes, masas y tortas caseras. Tienen horarios especiales para las fiestas judías pero sabé que va mucha mucha gente, así que hay que esperar bastante.
Lo que más me gusta de este lugar son los kniches de papa, los boios de verdura, el goulash y los varenikes. Pero todo es delicioso. También hay comidas no judías como pollo al horno y milanesas.
La panadería es excelente, todo rico: trenza salada, dulce, pletzale y las rosquitas con sésamos, entre otras cosas. Respecto a la repostería también tienen mucha variedad. Recomiendo el strudel de manzana, IMPERDIBLE!

Si vamos a probar, probamos todo. Y dentro de todo está la comida judía, por supuesto.
Bendita sea esta panadería magistral ubicada en pleno Belgrano que ofrece especialidades de la colectividad. Maná es una casa de comidas liderada por la familia Gerstenhaber que se especializan en lo que ellos saben y lo hacen muy bien: los mejores varenikes que he probado están aquí, el gefilte fish no se queda atrás y tampoco lo hacen los kibbe. También tienen otros platos típicos de esta cultura como los kniches, kneidalaj, jrein rojo y blanco y kreplaj entre otros. Venden dentro de la parte de fiambrería un pastrón casero que me caigo muerta. Y en la sección panadería ofrecen las trenzas, pletzalej y la famosa matzá. Hay platos árabes y postres variados.
Pero para los que van más por la onda tradicional ‘girame una mila’, calma: también hay! Ensaladas varias, milanesas, pollo al horno, pastel de papa, etc.
Para las festividades ofrecen un servicio de catering y abren las puertas en horarios especiales para que puedan disfrutar sus servicios.
Aquí fue donde me inicié en la maravillosa comida judía y por eso amo este lugar tan rico