Méli Mélo

El un café con onda parisina, bien boulangerie. Hay que animarse a las facturas con mucha manteca, chocolate o al pan de queso. El café està ok. El lugar es muy lindo y estético. ¡Excelente atención!

Increíble el latte. Lugar tranquilo, ideal para desayunar o merendar. Para almorzar recomendable el croque madame.

El ambiente es lindo y se aprecia aún más en un barrio con tan pocas opciones. Y la tercera estrella es por eso. La atención cumple. Para la comida, hagamos párrafo aparte.
Pedimos una jarra de limonada, un sándwich de cerdo y uno de salmón. Ambos venían acompañados con papas ¿fritas?. La limonada riquísima. El sándwich de cerdo lo abrí para ver si de verdad tenía cerdo. El de salmón muy bueno. Las papas incomibles, con gusto a recalentadas y fea consistencia. El 50 – 50 no me convence. Lo dulce tenía buena pinta pero no creo que vuelva.

Amazing pastry and a good coffee. The lemonade was the best I have ever tried. We had 2 coffees, one lemonade, one croissant with ham & cheese, one pain au choco and one éclair and we spent AR$ 191, a fair price.

En base a mi primer y única experiencia, recomiendo mucho este lugar. Vine para la hora del té y pedí un menú de desayuno /​merienda con yogur, granola y frutas acompañado con un té. Las porciones son abundantes, de buen sabor y con precios adecuados. Me quedé con ganas de probar la pastelería que, aunque no muy variada, tenía muy buena pinta.

Pase con el colectivo, lo vi y decidi que tenía que ir. El local está muy lindo puesto, una decoración sencilla pero muy linda. Tiene dos pisos así que no te asustes si ves que no hay lugar en la planta baja. Cuando te atienden te ponen un mantelito de papel que es hermoso con todas figuritas francesas simpatiquisimas.
Para comer hay bastante variedad de dulce y de salado. Tienen muchos budines, cuadraditos, tortas y tartas. Yo probé la tarta de limón que estaba espectacular. Si en cambio estas buscando comer algo salado tienen muchos sándwiches (que son muy abundantes).
Para tomar el café es Illy, tienen tes de distintas variedades, jugos y limonadas.
La atención me pareció excelente, super atentos y pendientes de lo que necesitabamos. El precio me pareció bien considerando la calidad y la zona. Sin duda volvería y recomiendo que lo conozcan si todavía no lo hicieron.

Voy a hablar bajito porque quiero que sea casi un secreto. Vivo muy cerca y todos los días paso por la puerta así que vi hasta la construcción del edificio. Desde antes de la inauguración ya me tenía intrigada ese local chico, blanco y sin mucha información. Abrió y se convirtió en mi cafecito del barrio. Es de estilo francés, muy sencillo, sin adornos innecesarios ni promesas de vida de campiña. La dueña está seguido dando vueltas, aconsejando y siempre con una sonrisa, detalle, para mí, no menor. La atención es buena, principalmente del personal en el mostrador. Atienden desde el desayuno hasta la tardecita. Ellos mismos lo dicen: «Es un Bistrot, una Boulangerie, una Pâtisserie». Hay de todo un poco. Sirven las típicas cosas que se buscan en un lugar francés y todo riquísimo. Además se puede comprar para llevar. No quiero terminar esta reseña sin antes manifestar mi amor por su croissant de almendras.

Oh la la! Pasé por este lugar de pura casualidad buscando un infame Starbucks para hacer tiempo y tomar algo calentito. Iba a seguir caminando cuando vi la decoración tan parisina, sencilla pero con mucha onda. En la vidriera se veían unos pain au chocolat increíbles y unos croissant aux amandes que prometían muchísimo. Pero cuando vi la carta me vi en un grave aprieto, no sólo tenían la típica patisserie tan de moda ahora sino que tenían distintas tartas típicas mucha variedad de viennoisserie, café illy (oh si), limonadas y otras bebidas, y algunos platos más elaborados para el mediodía. Al ver esto puse marcha atrás a comer un croissant o un pain au chocolat y pedimos una tarte tatin (típica tarta invertida de manzanas caramelizadas) y una tarta de chocolate que resultó ser increíblemente rica y súper bomba, con un ganache de chocolate delicioso y una masa perfecta. Obviamente que volveré para probar todo lo que tengan en la carta porque realmente me enamoré de la calidad de sus platos

Bonjour! El lugar es nuevo en el barrio de bajo Belgrano y vengo desde que inauguró, ellos dicen que son un bistrot, una boulangerie, una pâtisserie, un puente imaginario entre Buenos Aires y París; y su nombre MÉLI MELÓ se traduce como «UN POCO DE TODO» en francés y eso es lo que mas los define. La decoración, la música suave y la carta te hace sentir en otro lugar, ¿París quizás? supongo que es la idea.
En cuanto a la carta tiene una gran variedad: desayunos (riquísimos croissants, huevos revueltos, tostadas, budines) entre budines tienen el carrot cake y ni titubeen en probar el pain au chocolat. Riquísimos!
Para almorzar tienen sándwiches (recomiendo el CROQUE MADAM: jamón, queso gruyère, un hermoso y jugoso huevo) quichés, tablas de quesos variados y tienen plato del día (entrada, plato principal, postre o café y agua mineral) precio de esto último: $ 145 (nada mal)
Para tomar tienen cerveza Sol, Heineken o copa de vino. Sin alcohol la infaltable limonada (puede ser vaso o jarra)
La dueña anda dando vueltas y muy atenta y preocupada por los comensales.
En cuanto a la comodidad tienen barras por si venís solo (tienen muchos enchufes ósea que para trabajar con tu laptop es ideal y buen WIFI) mesas comunitarias y sillones en la parte de arriba.
LO ÚNICO negativo es que a la carta le falta mis favoritas FRENCH TOAST ya se lo dije a la camarera, espero que pronto las agreguen a la variada carta que tienen. Cruzo los dedos.