Buddhaba

Fuimos para hacer un break a la tarde, muy lindo lugar. La decoración en el sector interior es bastante vibrante y «de moda». Nosotros nos sentamos afuera en una esquinita preciosa, abajo de unas sombrillas a comer unos carlitos y recargar pilas. La verdad que me encantó. Era un sector súper íntimo.
La atención de la moza fue buena, estábamos medios recluidos así que por ahí tardaba un poquito más pero nada no tolerable. Aceptan tarjetas pero sólo de AMEX y Mastercard, dato para tener en cuenta.
Los precios son razonables, aunque el tostado traía sólo 4 trianguilitos (sí, por eso tiene una estrella menos… seguimos en la saga de «no sabemos como hace un tostado, aparentemente»).
Recomendable el té en hebras!

Estaba aburrida en casa, no sabia que hacer y me fui al Barrio Chino, después del tipico paseo recorriendo los bazares, llegó la hora de comer algo. Ya habia venido a este lugar con amigas hacia unos años y volví a elegirlo.
El lugar es hermoso, con amplia variedad de lugares donde ubicarse, como jardin, interiores de la casa, terraza y demás, te da el lugar indicado para tomar algo relajado y distendido.
No soy muy adepta a la comida ni dulces chinos, asi que solo opté por tomar una limonada mientras mis amigos tomaban té. El servicio y la atención es excelente, las presentaciones de la pasteleria te hacen agua la boca. Da para ir a tomar el té con alguna amiga y charlar,

Muy lindo lugar. Pero cuando fui la atención fue bastante mala (tardaron en venir a atender y traer el pedido) las tortas no me gustaron, como con un sabor artificial y a base de gelatina.

No era la primera opción. Estábamos entre este y Lotus, que queda enfrente, pero la larga espera para comer en el segundo, nos obligó a cruzar la calle y conocer Buddhaba. La experiencia estuvo bien!
El lugar tiene una decoración sencilla, al estilo oriental, con un buda que «vigila» el salón.
La atención fue muy buena. El mozo nos iba guiando con el menú, nos iba haciendo alguna recomendación y hasta nos dijo cuantos platos pedir para no zarparnos ni quedarnos cortos.
Éramos cinco (dos hombres y tres mujeres que no eran de muy buen comer), y nos indicó con tres platos íbamos a estar bien. Pedimos cuatro para probar un poco de todo, y comimos lo justo y necesario. Nadie se fue lleno, pero si satisfechos.
Pedimos: Diosa de Lotus (hongos salteados con verduras), Amante Celoso (cerdo en salsa agridulce), Fusión de mar (salteado de arroz y mariscos) y un Jimbaran Bay (lomo salteado con papas y tomates).
Los precios? Mmmm… No eran lo mejor. $ 240 por persona con propina, pidiendo una sola bebida y sin postre.
Y repito, la comida alcanzó justa.
Las porciones de torta rondan los $ 75.
Al finalizar el almuerzo, la casa invitó con unas masitas y té verde con jazmín.

Buena opción dentro del Barrio Chino para probar platos orientales no tan típicos. Es decir, no hay chow fan ni chow mein, la carta es acotada pero los platos me parecieron originales. Probé un arroz con camarones y kanikama que venía envuelto en huevo, tipo omelette. Muy rico. Luego de la comida, ofrecieron un té de jazmín de cortesía. El lugar es una casa, que además tiene una galería de arte (como fui de noche estaba cerrada). Linda ambientación con lámparas rojas, un Buda y cuadros orientales. La atención fue buena, lo único que justo estaban suspendidas las tarjetas.

Situado en el barrio chino, posee una variedad de tés interesante. ¿El resto? Sinceramente olvidable. Comimos un par de porciones de torta un poco insulsas.

Si estas por el Barrio Chino y querés tomar un té con algo rico éste es el lugar. Tiene una decoración muy linda y las tortas son re ricas. Ideal para ir con una amiga o pareja.

Es mi primera vez en este restorant tipo casa, tiene para comer afuera o adentro, yo preferi adentro muy lindo el decorado y las luces bajas, hay mesas con sillas de 2, 4 hasta 6 sillas.
La atencion buena, tiene wifi que anda barbaro.
El plato que pedi muy abundante un sabor exquisito una mezcla de sabores unico.
En la entrada hay una señora que es la que cobra muy amable me ayudo a sacar algunas fotos.
Volveria para seguir probando otros platos.

En el marco del barrio chino, donde quizás hace un tiempo predomina más el marketing que lo auténtico, la oferta de Buddahba no destaca.
El jardín estaba cerrado y sólo ofrecian la carta de confitería, que es muy escueta y, salvo por una o dos cosas, no difiere de una carta de no-​barrio-​chino.
En resumen, fui en busca de una experiencia «muy china» y no fue lo que encontré.
¿Volvería?
Probablemente no, habiendo tanta oferta, y tan buenos lugares en los alrededores, Buddahba no sería mi primer opción.

Es un lugar en el que todos los detalles estan cuidados. Tiene un patio hermoso en el primer piso, lo recomiendo.

BuddhaBA ofrece una experiencia única para el paladar porteño.
Ubicado en la linda zona de Belgrano, entre Arribeños y Olazábal, este restaurante de comida oriental no solo ofrece una alternativa para el paladar porteño sino que también un lugar diferente para visitar y conocer.
El recinto cuenta con una galería de arte, afuera con un jardín oriental y también tienen un salón donde sirven el té con hermosas flores. Esto todo esta en una antigua casona típica de la zona.
Cuentan con una carta con opciones de las más variadas de la culinaria vietnamita, tailandesa, nipona y china. Entre algunos de sus platos destacados se encuentra un salteado al wok japonés que tiene mariscos y es un deleite para el paladar.
Es una buena opción de domingo durante el día para apreciar el lugar después de almorzar.

Si te gusta tomar el té hay que bucear por todas las opciones y en el Barrio Chino en el Barrio de Belgrano me encontré hace años con una excelente propuesta que me encanta!
Es una antigua casa, con techo de tejas a dos aguas, pero la magia comienza cuando cruzas el umbral. Hay dos sectores bien definidos uno de ellos con características minimalistas, decorado con cañas y macetas de cemento.
Pero el salón principal es el que más me gusta, sus paredes están pintadas de rojo intenso y decorado con alegorías y jarrones.
Las chicas que atienden son super amables y dispuestas a colaborar para que hagas tu mejor elección. Me encanta el Té Rojo Yunnan y raíz de Jengibre; pero recomiendo en cada estadía probar las diferentes opciones.
Me encanto el lugar y quise ir con mi hermana, no le gusta el té pero eso no fue un impedimento ya que también ofrecen café y sus variantes. Lo que si no podes perderte es una porción de las excelentes tortas que sirven.
Es un lugar para ir con tiempo, la esencia que te transmite es un momento de paz y de compartir con quien te acompañe o una excelente ocasión para un encuentro con uno mismo.
En la planta superior hay armada una galería de arte, suelen exponer obras de artistas de la colectividad.