La situación por la que caí en esta parrillita de barrio fue la siguiente. Sábado al mediodía nos juntamos a jugar un partido de fútbol mixto con mis compañeros de trabajo. Después de correr tras las pelota a pleno sol en este semiveranito porteño y de necesitar un pulmotor el hambre nos atacó y dijimos _¡Vamos a comer un choripán! Caminamos por la zona y terminamos en la Parrilla Los Abuelos 10 personas… transformando el simple choripán en: 2 parrilladas completas, papas fritas, papas a la provenzal, dos ensaladas mixtas, una gaseosa grande, varias cervezas, un vino, seis flanes caseros con dulce de leche, un helado, un panqueque con dulce de leche y un panqueque al rhun. Todo por cien pesos cada uno(éramos 10). La verdad que era tarde y en la parrillita no se esperaban que cayera tanta gente de golpe, pero nos atendieron rápido; super predispuestos ante nosotros que no parábamos de atacar la panera mientras le poníamos chimi o salsa criolla. La moza estuvo de diez. Una panzada post partidito de fútbol que nos dejó pipones y con ganas de juntarse de nuevo a comer más que con ganas de jugar!