Bar di Luigi

Nos costó encontrarlo. El Bar di Luigi está en el pasaje Fernández 82, pero se llega a él por la calle Buenos Aires, porque es justo el pasaje termina en una simpática escalerita peatonal. Así y todo, abrimos el portón blanco y entramos.
Convocados por un aviso de que se estrenaba carta, nos acercamos a probar lo nuevo. El dueño del bar, Rodrigo, nos contó que el fuerte de «Luigi» son los tragos con aperitivos y con ingredientes caseros, como los almíbares de distintos sabores con los que se pueden combinar bebidas.
Para arrancar pedimos un garibaldi y un negroni. No terminamos de pronunciar esos tragos tan de moda que colmamos el «sueño hipster» de la noche con la llegada de un frasco como vaso, adornado con una hojita de menta.
¿A ustedes les gustan los frascos como vaso? A mí al comienzo no me gustaban, pero ahora, ya los acepté y me resultan simpáticos.
Para comer pedimos una hamburguesa con salsa barbacoa y panceta, que llegó con papitas de copetín, al igual que los tacos de pollo y palta que, además, trajeron un inolvidable ali oli para untar. La comida estuvo muy bien, abundante y a buen precio, al igual que los tragos, que ocupan la mayor parte de la carta.
El lugar es pequeño y acogedor, con poca luz .
Publiquè fotos en mi blog

Il Bar di Luigi como me gusta decirle es un bar como dice su nombre que poco se parece al resto que hay en Córdoba, este genera otras sensaciones, lo principal es que el anfitrión del lugar es su propio dueño algo que en los bares es casi una marca registrada y una señal de confianza. El bar no es un bar de moda, no es de esos que tiene un estilo el cual fue pensado para atraer gente o para parecerse a otro o para generar tal o cual cosa, no nada que ver. El bar es una vieja casona transformada en lo que es hoy con mucho esfuerzo y laburo.
Ofrece a mi criterio uno de los mejores ambientes, me encanta el estilo y además una barra súper completa con un muy buen bartender que nos puede ofrecer una gran variedad de tragos, desde clásicos hasta cocktelería de autor. Nada mejor que acercarse a una barra y decirle al bartender como te sentís o más o menos que es lo que queres y dejarlo que te sorprenda, seguro que en Luigi le van a acertar y te vas a ir con una sonrisa. Bar altamente recomendado, para salir de los bares más normales y conocer algo nuevo y diferente.

Este lugar me produce muchas cosas por conocerlo desde antes que fuese un bar.
Comenzó en un pequeño local sobre la principal arteria de Barrio Güemes, la transitada Belgrano, era muy pequeño pero ya sabíamos que íbamos a tomar los mejores aperitivos de la ciudad.
Esta certeza la generaban sus dueños, dos de los principales barmans de la ciudad, y verdaderos amantes de la cocktelería.
Ahora, mudados a una casa medio escondida, sigue conservando ese espíritu íntimo cercano, un bar con buena música y mesas pobladas de gente charlando en torno a una copa.
Se vive la cocketelería, podés acercarte a una barra grande y generosa que está ubicada en el ambiente principal y pedir que el barman te sorprenda con algún brevaje. O podés irte al patiecito, donde podés fumar, o a algunas de las habitaciones en el piso de arriba.
Un lugar cálido y cómodo, lejos del ruido de una arteria principal y con una atención óptima.

«El Luiggi», como le dicen los habitúes del lugar, es un barcito muy chiquito pero acogedor. Abre sus puertas de miércoles a sábados.
Escondido en un pasaje medio oscuro de Nueva Córdoba, con ninguna cartelería rimbombante que llame la atención y armado en una casa con recovecos y espacios medio laberínticos. Luiggi es un lugar para gente conocida, donde podés caer solo o con amigos, tomarte unos tragos increíbles y escuchar buena música.
Lo mejor: La barra en el patio, ahí, si sos fumador, te podés instalar a tomar un buen campari y quedarte hasta altas horas de la noche (cierra cuando se va el último de los clientes). Además tenes a mano unos videojuegos medio noventosos para jugarte algún que otro partidito.
La comida es buena y no falla si salís a picar algo. Lo más elogiado: la coctelería.
Luiggi es atendido por su propio dueño, lo que le da al lugar un aire de familiaridad y buena onda.
Hay que tener en cuenta que el lugar es chico y el mejor de los espacios para ubicarse es el patio. Así que si conseguís una mesita ahí o te sentás en la barra, seguro la pasas genial.

Escondido en un pasajito de Nueva Córdoba está uno de los mejores lugares para tomar vermú de la ciudad.
Atendido por su dueño, un bartender (no sé si es el término apropiado) que profesa amor por los aperitivos, Bar di Luigi es el tipo de lugar al que una amante de beber y los bares como yo desearía poder llamar segundo hogar :)
La atención es muy cálida, los tragos infinitamente ricos y la barra bien provista.
Recomiendo negroni, pero la verdad que es muy probable que lo que se pida, esté muy bien preparado.
Hay patiecito para salir a fumar e incluso podés pedirte un trago mientras, porque tenés un lado de la barra que da afuera.
Hace mucho que no como nada ahí pero la comida solía estar bastante bien, teniendo en cuenta que es un bar.

Muy bien bar de tragos! Atendido por su propio dueño. Los mejores Tragos de Córdoba. Gran variedad y hablan inglés para los extranjeros.
Tienen algunas mesas adentro y un patio techado con calefacción para invierno y fumadores.
Los precios son buenos, no es lo más económico pero tampoco caro para la buena calidad de los tragos.
Un lugar muy pequeño en el centro de la ciudad que recomiendo visitar.