Café a la gorra

Si estás en la zona de Plaza San Martín, Bco. Nación, Facultad de Derecho o Paseo Caseros y tenés poco tiempo, esta es una buena opción.
En mi caso, sólo tengo media hora entre clase y clase para tomar un cafecito, así que con mis compañeras lo visitamos bastante seguido.
El salón no tiene muchas mesas, lo que hace que el ambiente sea bien tranquilo. Sin embargo, el patio está algo desaprovechado, tiene apenas tres mesitas y como quitaron el piso tipo «deck» que había cuando allí funcionaba el viejo Clarkes Irish Bar, las mesas son algo inestables. Ya veremos qué sucede con un clima un poco más favorecedor.
La moza/​encargada del café es súper amable y rápida.
El café no es nada extraordinario pero NUNCA me lo han servido quemado. Al cortado nunca le falta esa adorable espumita! (Salvo contadas excepciones, es una costumbre que los bares del centro están perdiendo). Las medialunas siempre calentitas y los criollos, fresquitos. No he visto que tengan pastelería ni nada similar.
Si bien nunca usé la modalidad «a la gorra», me parece que la relación precio-​calidad es muy buena.
Queda especialmente recomendado para ansiosos! (como quien suscribe)

Me invitó mi amigo y socio a desayunalmorzar ahí, y si bien había opciones de menú, me clavé un desayuno light que cumplía: café con leche, dos tostadas de pan integral, abundante queso crema untable, mermelada de naranja y opción de vasito de exprimido naranja (que no pedí).
Estaba lleno el interior y terminamos cómodos en el patio, menos ruido y sólo 3 mesas. El piso está medio flojo, es piedra picada y si la mesa no apoya bien se mueve mucho. Si no es un dia caluroso resulta muy húmedo y fresco, pero se banca para algo exprés. Había un viejo asqueroso que fumaba a dos manos, masticaba la lengua y escupía bajo la mesa, me le enojé, pero no es culpa del negocio, más bien de la mala educación de dicho individuo y la diversidad sociocultural que permite el bar, justamente, de café a la gorra. Nada de que preocuparse.
Me comentaban que también ahí funciona un hostel. El wifi andaba a media máquina, pero andaba, sí pediría que hagan una clave más fácil por que sino…
No se que tan a la gorra seguirá siendo, nosotros pedimos la cuenta y nos dijeron «es tanto», igual que en la competencia, ni más ni menos. ¿Volvería? Me gusta probar otras opciones, pero no es malo.

Café a la Gorra está en el centro de la ciudad y propone una modalidad de café realmente innovadora para la ciudad. Según el propio dueño «está pensado para no perder esa costumbre tan cordobesa de parar 5 minutos a tomar un café solo o con un amigo, pero con la novedad de que al precio del café lo pone el cliente, paga lo que él quiera, paga 2 pesos, 5 pesos, 10 pesos lo que tenga lo que pueda pueda para que no pierda esas ganas de tomar el café esa costumbre»
Convengamos que el cafecito hoy en día está un poco caro, no ponerle precio al café en un bar en el centro es realmente algo insólito, El mismo dueño del local me comenta que la sorpresa suele ser mayor cuando la gente no sabe de esta modalidad y pregunta cuánto es el café y se chocan con la respuesta de que al precio lo ponen ellos.
Aplaudo esta iniciativa con la esperanza de que más lugares en la ciudad se sumen a esta genial idea.