Café francés es para mi un lugar donde merendar o desayunar. Aunque en su carta también ofrecen pizzas y cervezas. Tienen una carta especial de té con muchas variedades, podes comprarlos en hebras y llevar a tu casa. Recomiendo que prueben los eclairs y las empanaditas de manzana que son riquisimos El lugar es amplio y la atención es súper amable.
Alejandro L.
Rating des Ortes: 4 Córdoba, Argentina
Ya desde la puerta tiene buena presencia, y eso que abrió en la semana pasada, todo ordenado y listo(nada de gente acomodando cosas, de obras, nada, im-pe-ca-ble!). El dueño, un nativo francés, parisino de nacimiento y(próximamente) cordobés por adopción, que ya está acá hace medio año junto con su novia(cordobesa ella) y han emprendido juntos este camino. La carta reducida, nada de páginas y páginas de opciones: han optimizado la variedad a una combinación del gusto argentino y la gastronomía-pastelería francesa que ofrecen. No era cuestión de poner bibliotecas enteras y enciclopedias que hay sobre la cocina de ese país, creo yo, la que más aportó a la tecnología de los alimentos, el gusto y el variado recetario básico de todo chef. Respecto de las opciones para desayunar se destacan los cafés expresso, chocolate, té; yo probé una muy bien preparada la lágrima: se distingue el café y la leche, sin ser uno ni el otro, ni caer en el típico café con leche aguado que pretende ser lágrima. Es que algunos baristas deberían de rendir de nuevo«leche chocolatada en la merienda», no aprendieron siquiera eso en su infancia. Como decía, en este caso, Café Francés, excelente. De pastelería tienen croissant, algo así como«la media luna verdadera, original, the mom of medialunas»: nada de producto supercongelado de franquicia, nada de un poco de grasa dulce, ni siquiera«la cadena de mejores medialunas del país»(que eran ricas, hoy son un McDonald’s de facturas), se le acerca a los talones: MEDIALUNASPOSTAS, FRANCESAS! A demás de unos bastoncitos(que probó quien me acompañaba), con cubierta de chocolate, bien típico. Después ofrece pasteles, sanguches, ensaladas, algo más de gastronomía francesa, pero cumple con lo que promete: café, pastelería, especialidades de francia, pero en pleno barrio General Paz, a dos cuadras del Centro Cívico, y a un precio realmente más que accesible(menos a las cafeterías masivas de franquicia que ganaron un enemigo hace mucho, con las facturas de plástico, hoy lo confirmo). Estoy esperando volver, sentarme a conversar con el dueño, que con su francoespañol te lee la carta, recomienda, te saluda con un bonjour, te tira un wí, y te corrige muy amablemente la pronunciación de «croigsant», toda una bella experiencia para volver y comprobar que es posible ofrecer calidad, calidez, experiencia positiva.