Cepa Salteña

Las empanadas son amor hecho comida. Comprá exacto lo que pienses comer porque si compras de más no vas a poder parar de comer.
La estética del lugar es acorde aunque no de mis preferidas. El precio razonable y tienen envío.

El fin de semana pasado, caminaba por el centro sin rumbo e inmersa en una nube de pensamientos anudados. De repente, me conquistó el canto de una guitarra y así fue que descubrí Cepa Salteña.
Dentro de un local chiquito, me encontré con una pequeña Salta. Cada detalle del lugar fue pensado para transportarte al norte de Argentina sin que tengas que pagar pasaje: los manteles, las macetitas con cactus, los instrumentos musicales, las artesanías, y claro está, la comida. Dicen que las empanadas son las mejores. Dicen también que a pesar de que pasan y pasan los años, nunca cambia su sabor. Y también se dice que todo es debido a una valiente abuela que salió a vender empanadas hace muchos años en un semáforo de Villa Cabrera. Gracias a su magia culinaria y su trabajo sin pausa, logró ahorrar unos pesos y con la ayuda de otros familiares, abrió un local para cada uno de sus hijos. Y todo esto que dicen, lo confirma su nieto, dueño de Cepa Salteña.
Al mediodía durante la semana, no son pocos los que se sientan en sus mesas para disfrutar de un desayuno criollo. Pero lo recomendable es ir los fines de semana, cuando Salta La Linda se pone el mejor vestido y los músicos con sus guitarras, la invitan a bailar.