El Vecindario

Enfilé para El Vecindario a ver a las Pérez Correa, un dúo de payasitas locas que me hacen estallar! (Voy a tratar de no referirme al show porque no puedo ser objetiva cuando alguien me hace llorar de la risa.)
Supuestamente tenía hecha reserva, así que traté de ser puntual. Llegamos y nos recibe un mozo que amablemente me buscó en la lista de reservas, Y YO NO ESTABA! Mi cara debe haber rozado el pánico porque con mucha calma me dijo: no hay problema! Seguro encontramos una mesa!
Y así fue, nos encontró una mesa en primera fila, con lo que podíamos re contra re mil disfrutar las monerías de las payasitas.
Prontamente nos trajeron el menú. Apenas dos hojitas abrochadas con algunas variedades de pizzas y tablas o papas para picotear, peeeero con Boj en versión pinta o jarra!
Jarrita de Irish Red y media pizza de vegetales para compartir, fue la elección.
Nos trajeron un vaso tipo chupito con maní y la cerveza, y empezó el espectáculo.
La pizza vino bastante rápido, considerando que tuvimos un apagón eléctrico en el medio, aunque las chicas continuaron con el chou. Besito pa’ los pibes de Epec! Realmente, quedé sorprendida porque, si bien la pizza no era de masa casera, tampoco era una prepizza chota. Todo lo contrario! Buena altura, buen piso, queso en proporción y abundantes verduritas (de tipo grilladas).
Lo único que voy a criticar de este lugar es la ubicación de las mesas. Muy encimadas! Lo que generaba que no te pudieras mover sin hacer un flor de quilombo y TODO el mundo se enterará.
No obstante, me gusta mucho esta sala. Traen artistas muuy interesantes y por costos relativamente bajos o, como anoche, que era a la gorra-​.
Aprovechen, damas y caballeros y dense una vueltita cuando puedan!

El vecindario es el nuevo «La Fabrica Cultural» pero mucho mas lindo y cómodo.
Desde la ultima vez que había venido mejoro un montón. Cuando fui la primera vez no hacia mucho que había abierto y le faltaban cosas.
Ahora tiene un montón de mesas, mas decoración, plantas por todos lados, un entrepiso.
La parte para ver las bandas es super cómoda, tenes mesas abajo y algunas en el entrepiso, el escenario es bajito asi que ves bien de todos lados y se escucha bien.
Pedimos unas rabas anoche y estaban muuuuuuuuy ricas, eran muchas, grandotas, y con una salsa de maoynesa, limon y no me acuerdo que mas.
Es un lindo lugar para venir a ver bandas.

Es un bar cultural en barrio Güemes, sobre Cañada, a 1 cuadra de la Av. Pueyrredón.
Es uno de mis bares preferidos en Córdoba, primeramente por su aire casero, en el sentido de lo familiar, de lo común. Aparte, no hay un fin de semana que no haya música, recitales en vivo, de músicos emergentes o ya más conocidos, siempre hay lugar para lo musical en El Vecindario.
Se puede chequear la agitada agenda en el Facebook! Siempre suben alguna información de los artistas que se presentan cada noche. A veces, bastante seguido, hay 2 shows por noche, o un banda a la hora de la cena y una fiesta a partir de la medianoche. Porque en El Vecindario hacen fiestas de todo muy seguido! La última fue la de la Primavera,
Desde hace unos meses se hace religiosamente todos los jueves la JAM de jazz ($ 30) «Es lo que hay», que tradicionalmente se presentaba en Club Belle Epoque; con el genial, grandísimo, enorme bajista de Sur Oculto (banda que también recomiendo)
También hay otro evento semanal, pero no ya en lo musical: se hace todos los domingos una feria de alimentos naturales, anti-​transgénicos.
Re co men da do!

Este es un espacio cultural en el cual se llevan a cabo varias actividades, desde talleres, hasta eventos musicales, ferias artesanales, teatros, ciclos etc. El lugar es agradable. La primera imagen impacta a la imaginación: un espacio que sin definirse en un estilo cerrado y acabado, más bien nos sugiere distintas estéticas, desde un incipiente aire balcánico, hasta una estancia más barrial (más común encontrar en las urbes latinoamericanas) que de hecho hace referencia a su nombre: «El Vecindario» La noche que fui tocaba «Los Nenes Bian», fui a cubrir el evento y registrar, lo cual me permitió acercarme hasta el escenario y observar la estructura del mismo. Una estructura simple de fierro revestida con una alfombra roja que hacía de piso. Desde yo estaba se podía observar en el segundo piso, como en el balcón del galpón, estaba el iluminador, abajo al fondo los sonidistas que con destreza manejaban una maqueta de botoncitos de colores. Esa parte la consideré muy bien manejada, de todas formas la sensación de encierro es algo que yo no puedo pasar por algo, y eso fue lo que me pasó en el Vecindario. Mucha gente, poco oxígeno. Por el resto es un lugar recomendable, con una decoración que llama a la vista, con una barra con precios aceptables, y siempre la gente que le pone toda la onda al lugar.

Pocos lugares como este en Córdoba.
Ubicado en pleno Güemes, El Vecindario se presenta como una opción amplia, donde podes convertirlo vos en bar, en boliche, en lugar donde escuchar una banda en vivo.
Hace poco cumplí años y no quería organizar nada. Una amiga lo hizo por mí, y ella decidió que este sea el lugar de encuentro y de festejo.
Fui, sin conocer absolutamente nada más que la dirección. Había estado en contacto con los chicos de la barra, y me hicieron promo de cumple: un vaso de litro de fernét de regalo, y entrada libre para mí y para un invitado. El resto de la gente que estuviera en mi lista de cumple, tenía que abonar $ 40 para entrar, siendo que la entrada general está a $ 50. No estuve de acuerdo con tan poca diferencia de descuento, pero fue la única opción que me dieron.
Nos sentamos en una mesa, arriba. El lugar no estaba preparado para nosotros, parecía como si no les hubiera avisado, claramente no nos esperaban. Tuvimos que comenzar a rejuntar mesas nosotros, los mozos no nos atendieron.
Cuando ya nos cansamos de estar ahi, pasamos a la siguiente habitación de este lugar, y sorpresa! Vemos un escenario, un lugar amplísimo, una banda tocando.
Invitaron a músicos locales, uno tras otro. La gente bailaba, el lugar se llenó.
Se transformó en una especie de boliche, pero resistiendo un poco más a la frialdad que suele haber en los mismo.
Recomendado si tocan bandas que te gustan.

Conocí este centro cultural por mi cuñado abogado que este año se le dio por ser artista y empezó teatro.
Mi invitó a verlo actuar en lo que llaman «El Picadero». Se trata de un escenario abierto a donde artistas se presentan a la gorra los últimos domingos de cada mes a las 20hs.
En esa ocasión, además de descubrir la faceta actoral del novio de mi hermana en una improvisación (lo cual fue muy gracioso), pude ver tocar a una banda y otro grupo de teatro presentó otra obra.
El Vecindario tiene unas mesas en la entrada, al aire libre y con vista a la Cañada, y por dentro tiene dos pisos.
La comida del lugar es muy rica y ofrecen una buena variedad, aunque demoraron bastante en atendernos y en traernos el pedido.
El bar está muy lindo, pero los baños dejan mucho que desear.
Por otra parte, de día saben armar una feria en el que se pueden encontrar dulces, macetas, agendas, etc.

El Vecindario, es un espacio cultural que resulta amigable a la vista desde un comienzo. Con unas cuantas sillas bien distribuidas en el ingreso, ya es una invitación a tomar y comer algo rico cuando el clima acompaña. De lo contrario, se tiene la opción de entrar al local y descubrir un clima cálido y acogedor donde prima la madera.
Pd. con una carta variada y completa, doy fe que todo es rico y abundante.
Y existe otra alternativa: unos pasos más allá, se encuentra un salón armado como un café concert con unas cuantas mesas que rodean a un importante escenario. El mismo, está muy bien equipado e incluso se integra con una pantalla que los artistas cuando están en escena pueden utilizar.
En El Vecindario, el arte, el trabajo colectivo, la autogestión y la concientización son los protagonistas. Es por ello que allí se llevan a cabo diversas actividades y eventos.
Entre las actividades diurnas, se destacan las ferias americanas y las exposiciones de toda clase de objetos reciclados para el cuidado del medio ambiente. Entre las nocturnas, puedo mencionar los ciclos: Jam Es lo que hay en el que predomina la música, el Picadero con escenario abierto y las Veladas Cuasiliterarias que combinan la literatura con cuestiones circenses y de café concert.
Todos y cada uno de ellos, valen la pena conocer.

EL Vecindario
El Vecindario es un bar ubicado en la cañada, cerca de la zona de paseo de las artes. Es un espacio donde tocan músicos en vivo, con distintos estilos musicales.
Antes, además de ser un bar, se dictaban distintos talleres culturales y artísticos, pero lamentablemente hoy no continúan con esas actividades.
La Cañada es una zona con varios bares y gente dando vueltas, aunque durante los días de la semana disminuye el movimiento e ir sola no me hizo sentir muy tranquila.
La primera vez que fui era un jueves, me dieron ganas de salir sola y sabía que tocaba una banda de jazz.
La banda se llama «Es lo que Hay», hace 10 años toca todos los jueves su ciclo Jam de Jazz, invitan siempre otros músicos ó bandas a tocar con ellos. Lo han hecho en distintos bares y pubs de Córdoba. Hace poco empezaron a tocar en El Vecindario.
El Bar tiene una entrada con mesas afuera, que en verano deben ser ideales para tomar algo al aire libre.
Tienen carta de comidas muy variadas, pero fui tarde y no probé ningún plato. Las bebidas están a buen precio.
Una vez que entras, hay una antesala con mesitas para tomar algo bajo techo, muy espacioso y cómodo.
La entrada para ver a la banda estaba a muy buen precio ($ 30) teniendo en cuenta lo buena que era la banda, que tocaba en lo que seríà la pista (no en el escenario). Había poca gente, se generó un clima muy lindo. Unos grandes músicos, en especial el baterista (tocaba con los ojos cerrados!!!) y el bajista (una velocidad en los dedos increíble!!!). Tocaron temas clásicos de jazz y temas de rock nacional o internacional en versión jazz, un lujo!
El Vecindario es una gran opción para un jueves por la noche, sola, con pareja ó con amigos! Pero un detalle, empieza un poco tarde (1 a.m. aproximadamente) y termina al rededor de las 4 a.m., mejor si al otro día no hay que levantarse muy temprano!