Loca Ella

Nunca me gustó demasiado este lugar, por lo general todas las veces que fuí fue porque tuve algún cumpleaños o tocaba la banda de algún amigo.
La verdad la onda del lugar no me termina de cerrar, siempre fué conocido como un lugar para gente más grande y que por lo general se nota que salen en busca de algún hueso o pareja, por lo que están todos como en actitud de levante medio desesperado.
El lugar estéticamente también es medio extraño para ser boliche, mucha madera, es bastante grande, tiene dos pisos y algunas mesas para sentarse a comer unas pizzas. Nunca me quedé hasta muy tarde pero supongo que corren las mesas al entrar la noche porque este lugar siempre está colmado de gente. La música tiene un poco de rock y también música un poco más vieja.
En el primer piso, apenas ingresás al boliche hay una zona que suelen usar como escenario donde tocan bandas de rock o de otros géneros musicales. No lo recomiendo demasiado si querés ir a un lugar tranquilo.

Loca Ella es un lugar que supo ser buena onda cuando tenía otros dueños. Siempre había propuestas de bandas en vivo, noches de Karaōke y dos pisos para disfrutar, uno con terraza para salir y tener la vista de la Cañada. Hubo un año que fui en reiteradas oportunidades y siempre tuve un gran trato por parte de sus dueños. Gente buena onda con toda una clientela habitué que los elegía un finde tras otro.
Incluso, festejé en el lugar mi cumpleaños ese año, que en verdad, salió excelente. Armamos un gran grupo de gente de cerca de 40 personas y nos ubicaron en la mesas de arriba. Puedo decir que prácticamente la planta de arriba era para nosotros. Ahí disfrutamos de unas buenas pizzas con muchas cervezas y unos cuantos champagne para brindar. Cuando fue avanzando la noche entre algunos tragos y baldes de fernet se armó un gran Karaōke del que participamos y se prendieron casi todos los que me acompañaban. En verdad pasamos una gran noche y lo mejor de todo es que todo fue un regalo, asi que me fui sin pagar un solo peso.

Loca ella es un lugar nocturno que a través de los años fue mutando, yo he ido desde que era un lugar muy romántico para parejas, después cuando se caracterizaba por los acústicos y hasta hoy que es un boliche, en el que por lo general el publico ronda los 45años algunos más, algunos menos pero por ahí anda, es un público que disfruta de la efervescencia del lugar como de la efervescencia de las burbujas de champagne que se consumen en el lugar, que por lo que vi es el coctel preferido por todos. Gusta y mucho para este público que sale a reventar la noche y llena el lugar hasta que ya no se puede caminar, ni llegar a la barra ni nada, al son de la música cachengue de los 80 y 90 la gente no para de bailar y de sociabilizar (zona de levante) el que no este preparado para esto que ni vaya, para ir en grupo anda, no como para ser habitué, pero en un años quien te dice.

Llegue a este lugar tiempo atrás ya que un amigo tenía una banda, y se presentaban aquí. El lugar estaba bueno, tenía un primer piso con balcón del cual se podía mirar al escenario, el sonido estaba bien, todos los etc, bien.
Recientemente volví a ir a este lugar, y de solo entrar me di cuenta que algunas cosas habían cambiado, y no precisamente para bien.
Por empezar el público al que apuntaba, había subido el promedio de edad en al menos dos décadas. Por lo que sin ser tan joven, rápidamente me sentí sapo de otro pozo.
A medida que transcurrían las horas, y el lugar se «iba poniendo», el lugar se iba acabando. De repente estaba abarrotado de gente y seguían entrando, por suerte nos dejaron salir a un espacio que tiene al lado de la vereda como para respirar un poco.
En cuanto a la comida y los tragos, no están mal, pero tampoco es algo que sobresalga.
Otro tema a tener en cuenta, es que pasada la 1 am, encontrar lugar en la calle es prácticamente imposible, y tal vez lo tengas que dejar a varias cuadras.
En definitiva… creo que no volveré a ir, al menos en los próximos 10 años

Loca Ella es un resabio de lo que alguna vez supo ser cuando era propiedad de los antiguos dueños. Si bien se mantiene el asunto de la música en vivo, no considero que sea un lugar con onda, para divertirse y pasarla bien. Pero gustos son gustos.
Tengo mis razones. Quizás ya estoy vieja pero no soporto el amontonamiento de gente salvo que sea un buen recital. El sólo hecho de pensar que tengo que rotar por un lugar atestado de personas defendiendo a capa y espada el vaso de cerveza que llevo en la mano, me deja sin energías. (Pensamiento al margen: no sé bien cómo es el tema, pero creo que van a dejar ingresar gente hasta que un día se venga abajo el piso de arriba).
Agrego además que en el intento de ser un lugar con onda perdió personalidad.
Puntos a favor: en Loca Ella podés comer algo si vas temprano, después olvidate hacerlo en medio del caos. Además corren las mesas a la hora del baile. Otro punto, las personas que aman la salsa, el reggaeton y derivados, se aguantan todos los contra y pasan la noche más que contentos. Incluso existen fanáticos que deciden festejar en el lugar el cumpleaños. Así el rock que sonaba ahí hace muchos años, quedó sepultado.
Última cuestión que rescato, es uno de los pocos lugares que van quedando en la ciudad para los que tenemos más de 25 años (?). Si, Loca Ella.