Maracuyá Bar

Excelente experiencia
Llegamos a Maracuyá un viernes de enero de 40° grados.
Apenas nos sentamos nos acercaron pancitos con mayonesa de berenjenas. 10 puntos
Comimos una pizza «Mandala de vegetales» para salir de lo común y la sorpresa fue más que grata, estaba muuuuuuuuuuy buena. Todo esto acompañado de una limonada bien refrescante.
Teniendo que destacar que la atención fue excelente y los precios acordes a lo ofrecido.
Me guardo la quinta estrella para la próxima. ¡Super recomendado!
* Solo ofrecen pizzas — quesadillas y tablas

Maracuya es un bar ubicado a media cuadra de la avenida Rafael Nuñez detrás de sushiclub. Es un lugar super pintoresco, bastante amplio con muchas mesas, todas con un estilo diferente. Tiene un estilo playero, con cañas, sillas coloridas, luces tenues, música linda, muy romántico y agradable.
Fui con un grupo de amigas así que pude probar varias cosas del menú el cual deberían pulir ya que tiene una muy buena idea. Yo pedí una ensalada de pollo (pollo con curry, lechuga, crutons, trocitos de queso y a pedido mio, palta) en mi opinión estaba muy rica, pero tenia muchísimo queso y la palta es lo único que le falta a la ensalada, no me hizo falta condimentarla porque el pollo y la palta hacían todo su trabajo. Otra de mis amigas pidió una ensalada «de la huerta» que estaba muy buena también. Mis otras amigas pidieron una pizza, mitad graten de brocoli (brocoli a la crema gratinado con queso parmesano) y mitad mandala de vegetales (zanahoria, zuchini, repollos y «un touch artístico» que sin duda esta en la presentación) pude probar un poco del mandala de vegetales y estaba muy rica, parecían las típicas pizzas caseras de toda madre.
La carta de bebidas también es muy amplia pero tiene sus defectos y es que deberían controlar las medidas de cada trago, pedimos dos cocoloco (malibu, maracuyá y limón) y eran algo diferentes con respecto a las medidas del licor, pero estaba rico de todas formas. Una de mis amigas pidio un agua de maracuyá (maracuyá, smirnoff orange y naranja) y era lo mismo que tomar jugo de naranja aguado, no tenia maracuyá. Pedimos tambien un mojito, que estaba bueno, no es una ciencia el mojito, y tambien un amarula frozen (amarula, helado de crema y frutillas), este ultimo es mas de mostre como un milkshake de típico helado cassata con dejos de amarula, no me disgusto, pero de nuevo hay que mejorar las medidas.
La atención es muy buena, siempre muy atentos a cualquier necesidad y corroborando que no haya ningún problema y no pierden el ritmo cuando el lugar se llena, y si que se llena!
Sin dudas es un muy lindo lugar para alguna juntada improvisada, para pasar un buen momento y ponerse al día con las charlas. Creo que tiene una idea muy buena pero deberían mejorar esos toques en la cocina y la barra. Fuera de eso me encanto el lugar!

El lugar es espectacular, el ambiente, la música, la gente todo genera un lugar super acogedor y descontracturado. La atención es muy buena y las pizzas que pedimos son excelentes. Se puede comprar cervezas de litro y si te sobra algo lo podés pedir para llevar. Cuidado que en momentos del año hay que reservar, nosotros en enero no tuvimos problemas, pero es cierto que llegamos temprano (21hrs), se comienza a llenar alrededor de las 22hrs.

Muy linda ambientación, tranquilo y acogedor. Las pizzas muy ricas. Lo único q noté es q la carta es muy escasa, sólo se limita a pizzas y algunas tablas o quesadillas. Siendo tan lindo el lugar, podría tener más opciones en la carta o aunque sea tener algo brasileño ya q el nombre hace referencia a una fruta exótica del hermano país.

Meh.
Este es, ni más ni menos, un bar de ir a tomar un porrón.
Es grande, tiene un espacio interior, un patio al aire libre para fumadores y un patio cubierto para días frescos, éso está muy bueno. La decoración está repetida mil veces en mil lugares, esa mezcla de bar de playa, nostalgia pop, patria grande y post-​yoga, que deleita y aburre a grandes y chicos. Para completar el panorama, en un televisor estaban pasando un partido de rugby y un corro de lugareños lo disfrutaba muchísimo.
La atención está bien, es correcta, aunque fui en una noche en que la ocupación estaba por debajo de la mitad, bien igual, nada de lo que quejarse.
La carta es la carta de un bar sin pretensión alguna de nada más que de vender pizza y cervezas, sí, hay un par de cosas de comida mexicana y alguna cosa más, pero viendo el nivel de la pizza, sinceramente no me atrevería a pedir nada más de comer.
Amo la pizza, me parece muy difícil que una pizza esté fea, a ésta no la pude terminar. La masa es SÚPER finita, pero aun así estaba cruda, lo que fue toda una curiosidad, porque el queso estaba quemado. Los toppings pobres (el pesto más desabrido que caminó esta tierra de dolor) y en poca cantidad.
Con los tragos pasa lo mismo, tomé un gin tonic, que debe ser uno de los cocteles más difíciles de arruinar en el mundo, pero bueno, lo sirven de la manera de los cobardes:
hielo, limon y gin (¹⁄₅ del vaso, tristeza) y la botellita de tónica adjunta.
Para lo que vale mi opinión, pienso que NO. Los cocteles (los clásicos como los de autor) tienen una receta, tienen unas proporciones determinadas y los que se prestan a interpretación, se prestan a la interpretación del cantinero, si atendés una barra, jugate y prepará un trago como a vos te parece que se prepara, si el cliente lo quiere de otra, que se lo tome en su casa, no seas el tibio que lo da desensamblado para que lo arme a su antojo.
El resto de la carta de tragos es muy sencilla, tragos simples y despojados de encanto, gancia con algo, fernet, caipi-​cosas y etc.
Estacionar se puede sin dramas sobre la calle, pero hay que ponerse con 20 peso para los naranjitas.

Muy lindo bar, de precios accesibles, decoración interesante y excelente atención.
Tanto para ir en pareja alguna noche no tan fría (es mas bien al aire libre) como para ir a una cena temprana con los chicos, la verdad muy bien todo. La comida es variada y buena, y la atención es de lo mejor en este tipo de lugar.
Los precios son razonables, la ambientación del lugar también es buena y la limpieza también (en el salón y los baños).
La verdad una excelente opción para tomar algo o cenar en familia (temprano, después la onda es mucho mas de bar).

Bitácora del caminante: Pag. 54 Noches de cena Vegana
En el corazón de uno de los barrios más opulentos de la ciudad de Córdoba, se esconde en una de esas casonas, este pequeño bar/​restaurante dotado de colores y texturas diversas, que dejan a la luz la sensibilidad de materiales nobles como la madera y piedra, que conforman los detalles de esta casa ecléctica. En una de esas noches prometedoras de anécdotas interminables y de risas infinitas, con mis amigos decidimos conocer este lugar que tanto nos habían hablado, con la mala suerte de no haber llevado mi cámara ni mi modesto celular para apropiarme de algunas imágenes, me quedo con todo guardado en mi memoria, y la gratitud de la sorpresa que nos llevamos al entrar.
Con una carta de comidas, totalmente innovadora, fabricada con materiales recuperados, de igual manera que sus muebles y objetos de decoración, nos proponemos a leer esta carta de comidas ricas y de autor, con la sorpresa de tener menú vegetariano y más interesante aun, VEGANO, motivo por el cual con un grito de alegría llamo al mozo y hago mi pedido, ni que decir de lo bien que cenamos y la excelente atención que nos dieron.

Barsito hippie en el cerro de las rosas.
Manejado por una familia de viajeros este bar/​restaurante te va a alejar de Córdoba.
La atención siempre muy muy buena. El ambiente muy lindo y súper original con materiales reciclados.
Lo que me gusta de maracuya es su simpleza. Esta en una de restaurantes y bares de gran infraestructura pero en mi opinión es el mejor de la zona. El servicio es casi personalizado y te hacen sentir siempre como en tu casa.
Altamente recomendado!

Un lindo lugar para un after bah para cualquier hora, tiene una decoración fantástica la atención es buena, muy atentos todos incluso un hombre que parece ser el encargado o dueño, cubriendo si al mozo/​moza se le paso algo.
Es un lugar amplio apropiado para grupos y la comida es sabrosa. Es muy cómodo y tiene mesas y sillones lo que hace que te puedas relajar muy bien.
Recomendable para ir seguido y probar las opciones de la carta.

Maracuyá Bar es como dar una vuelta por nuestros países latinoamericanos en un mismo lugar. El ambiente con mucho, color, texturas y aromas. Súper cálido, excelente ambientación. Luz cálida y velas para la noche. Para el mediodía ofrece luz natural. Buena atención y excelente música acorde al lugar. Altamente recomendable los sandwichitos de bondiola y sus pizzas. De muchas variedades, una mejor que otra. Porciones abundantes y sabrosas. La ensala César una linda opción para el mediodia de escapada de oficina. Ideal para arrancar con un after de jueves de regreso a casa luego de la ofi.

Una tarde noche de fin de semana charlando con un amigo sin saber qué hacer, propuso una salida de cuatro a este lugar.
Lo había sentido nombrar varias veces a Maracuyá, pero nunca había tenido la oportunidad de ir, y me sorprendía que pasando regularmente por la zona, no había visto nunca este local. Esto es porque Maracuyá se encuentra a unos 30 metros de la avenida Rafael Núñez, en una de sus calles laterales, además la entrada pasa casi desapercibida entre otros locales comerciales. Realmente cuando uno entra parece que estuviera transportándose a algún lugar latinoamericano, distinto de Argentina.
La decoración es muy buena, muchos colores, cuadros y todo esto al aire libre.
Cabe aclarar que recomiendo este lugar, pero para una noche de primavera o verano, ya que si hace frío no tiene espacio completamente cerrado.
La atención fue muy buena, si bien no había demasiada gente, el pedido vino rápido. Optamos por una pizza con champiñones que estaba realmente bien, y tiene algunas opciones muy interesantes para vegetarianos, y unas quesadillas muy ricas.
Los precios son similares a cualquier lugar de la zona, no son elevados. Un muy buen lugar para ir en pareja o en grupos pequeños

Sin dudas, este resto bar tiene toda la onda y se lleva los mejores premios! Está ubicado en el medio de una galería a media cuadra de Av. Rafael Nuñez. Tiene una parte techada, decorada con objetos antiguos reciclados, con mesas y sillones de distintas formas por todo el salón. En la parte de afuera, mesas con sombrillas y unas lámparas increíbles, además de candelabros rústicos que hacen que el lugar luzca pintoresco y cálido.
Ahora bien, pasemos a la sección de sus cartas. Si hablamos de la comida que ofrecen, la gente muere por la pizza de pollo al curry. Son exiquitas!!! Además tienen opciones como, fajitas, tacos, ensaladas y sándwiches de todo tipo.
Respecto a la carta de bebidas, se dice que el mojito de Maracuyá es uno de los mejores de la ciudad. Todos los que tengan malibú, no hay que dejar de probarlos. Tambíen tienen una variedad en cervezas, bebida sin alcohol y otro tipo de tragos.
No hay que dejar de mencionar que Martes y Domingos ofrecen 2×1 en tragos y una promo «pizza + cerveza» a $ 90. Lo cual es accesible, no?
Si querés festejar tú cumple, tienen un espacio dentro del salón específicamente destinado para eventos. Lo cual es genial y te ofrecen promos!
Grupo de Amigos, Amigas, parejas y compañeros de trabajo. Es un lugar que invita a todo tipo de gente!
RECOMENDACIÓN: VIERNES Y SÁBADOS, reservar mesa. Se llena y la espera es larga!
Buena música, rica comida, exquisitos tragos, excelente atención, precios accesibles, que más pedir?

Si nunca fuiste a Maracuya, es difícil encontrarlo ya que en la entrada de la galería que ocupa casi en su totalidad hay locales comerciales, por lo que es necesario ingresar unos metros para descubrir la gran cantidad de mesas y entrar en el ambiente que es totalmente diferente al de la zona.
Maracuya cuenta con dos sectores: uno completamente al aire libre con mesas de madera cuadrada comunes y otro cubierto con mesas y sectores de living (cuando inauguró el bar, en este sector se podía fumar ya que no está cerrado con paredes sino con toldos, sin embargo ya no se permite más esta posibilidad).
La decoración del bar es muy colorida y está inspirada en un recorrido por Latinoamérica. El baño de mujeres, aunque chico, es muy lindo y alegre. Mi detalle preferido del lugar son los individuales que son tapas de la revista Life plastificadas. Aprovechando la belleza del lugar, algunas tardes el bar se transforma y se convierte en una ferias de arte, ropa y artesanías.
Maracuya es un bar ideal para primeras citas o salidas románticas por los ítems de la carta, el espíritu relajado del lugar y la buena onda de la gente.