Soho

Soho es un lindo barcito que va mucha gente del barrio, es un local chico pero re bien ambientado.
Lo primero que te llama la atención es la pintura que está en una pared. Muy linda. Además el lugar está muy iluminado. Esta bueno para ir a la tarde donde te sentas afuera en la sombrita y esta el viento.
En un típico bar por lo que no vas a encontrar nada fuera de lo común. Pero hacen ricos tostados. Te lo recomiendo con un licuado. Queda muy rico. Sino un café o una cerveza depende de la época del año.
La atención es buena, los mozos muy amables y la ubicación es muy buena. Es un lindo lugar para ir a merendar o con un grupo de amigos a la tarde a tomarse una cerveza. Siempre encontrar alguien del barrio por ahí.

El lugar esta piola, en una esquina de Urca donde no abundan los cafecitos como en la Nuñez, si bien esta zona de Urca tiene bastantes locales, no abundan para sentarse tranquilo.
Esta esquina ola zona en si es bastante concurrida y en esas 2 cuadras es una buena opción para sentarse en la vereda y pedirse un tostado o unas medialunas con un rico café con leche.
Tienen una barra con buenas opciones para tomarse algun trago a la tardecita o una cervecita en la vereda, pero a la tardecita, antes es bastante caluroso y no hay donde repararse.
La atención es buena los chicos son bastante piolas, son rapidos, no hay mucha gente, ya que durante el día las sillas afueras reciben bastante sol y te morís de calor, adentro esta bien, es fresco, pero chiquito.
Es fácil estacionar, ya que la zona no es muy concurrida y las calles aledañas siempre tienen espacio.

Fui a caer este pintoresco barcito buscando un lugar para estacionar cerca de otros bares de la Menendez Pidal. Si viste la peli «Los Agentes del Destino» podrías pensar que fui guiada hasta ahí…posiblemente.
Conseguí lugar en frente y cansada de la vorágine del día y con muchas ganas de tomar un café con leche, entré nomás. El local es pequeño, muy chiquito pero lo que tiene de grande es lo acogedor. Hay una gran pintura en una de sus paredes y tiene lindas ventanas que te dejan ver el escenario de la calle dándote, a su vez, intimidad. Apenas se escucha la bulliociosa y transitada Menendez Pidal.
No pedí algo del otro mundo, una merienda light pero las tostadas y el café de leche estaban riquísimos.
Las chicas que te atienden muy simpáticas y atentas a ver si necesitas algo, muy lejos del tipico caso que prácticamente tienes que lanzar una bengala para que te presenten atención.
Recuerdo que justo se cortó la luz y tenía que ir al baño, las chicas me dieron una velita lo cual me resultó muy gracioso. El baño no escapa a las estrechas dimensiones del lugar… mini, mini pero no deja de ser tierno por su decoración y limpieza.
Te recomiendo que le des una oportunidad si andas por la zona… te saca de contexto.