Este es el cotillón elegido por«las mamis» del Jardín para salir del paso en diversas circunstancias, así que ahí fui cuando tuve que buscar galera para el lookete de caballero para el 25 de Mayo, una vincha de cuchillo sangriento para Halloween, las bolsitas para la sorpre del cumpleaños y muchísimas cosas. Hasta que no tenés niños en edad escolar no tenés idea de la cantidad de cosas que se vuelven TANNECESARIAS. Situación sobre la cual uno suele tener un discurso irónico, pero cuando estás en el baile, bailás y no lo mirás desde la puerta. Miramelindo cuenta con dos locales, de los cuales voy siempre al de calle Elorza pasando las vías porque es más grande y tiene el tipo de cosas que busco. En sí el local es un tanto caótico, con mil cosas por todos lados, en estanterías, en cajas en el suelo y colgando del techo. De hecho, hace poco cambiaron la disposición de los mostradores y ganaron algo de movilidad dentro del local. Hay mucho, muchísimo, para ver. La atención es normal, ni muy muy ni tan tan. Amables. Los precios suelen ser un poquito más caros que en ciertos cotillones de Rosario pero si vas por cosas puntuales no vale la pena realmente el viaje, gastás más en combustible y perdés tiempo, que como todos sabemos: es oro!