La ambientación es buena, uno se siente en un ambiente medianamente familiar y la atención es muy cordial. Se habían quedado sin Agnolotis de ricota y nuez(se ve que eran muy buenos) Entrada: Papas fritas con jamón y cheddar, no muy buen aspecto pero buen sabor. Tortilla española: No estaba mal, tampoco una locura, hubiese preferido que estuviese a término medio, me pareció un poco seca. Rabas: Excelentes, muy tiernas. Plato principal: Sorrentinos negros de salmón con salsa de camarones: Excelentes, sabor suave y ligeramente ahumado. La «lasaña» no estaba mal pero NO era lasaña. Era masa casera, sí, pero su secuencia era masa, muzzarela, jamón, verdura, masa, salsa filetto… no me jodan! Eso es una tarta rara. Milanesa rellena a la fugazzeta con rúcula, parmesano y tomates cherry: Estaba bien, llamó la atención lo tierna que estaba la carne, las cebollas podrían haberlas obviado porque eran pocas. Postre: Panqueques con dulce de leche, dos bochas de helado una frutilla con crema y salsa de frutos del bosque: El helado estaba bueno, los panqueques tenían una delgada capa de caramelo que estaba perfecta pero la salsa de frutos del bosque era una total mentira y venían con las cerezas de gelatina que nunca nadie quiere y sobra en las comidas de navidad(igual las comí porque odio tirar comida). Ojo que cobran cubiertos!