Pertutti

Es un muy buen lugar ubicado en Las Lomitas, la parte más «top» por así decirlo de Lomas de Zamora. Ubicado en una esquina es un restaurante amplio con 2 pisos, mesas en la vereda y es muy espacioso. Tiene pelotero para los chicos, un sushi bar y estacionamiento. La comida es variada, eso sí es un poco caro para mi gusto. Esta bueno para ir una vez cada tanto.
En fin, es un lugar que esta muy bien para ir con familia o amigos

No es una locura, es más bien para ir con familia y comer rico. Depende la fecha puede haber gran demanda y la atención baja un poco,
Destaco el sushi, muy rico y piezas grandes.
Las meriendas se volvieron un clásico los domingos. La merienda Pertutti es muy buena y abundante. En realción precio y calidad vale la pena.

El lugar al principio fue un boom por el tamaño y atención, luego decayó bastante. La última vez que fui fue la cena para Navidad y estuvo acorde a lo que buscaba, con shows. Veo que la parte de panadería para llevar se modernizó y quedó muy bien, pero sigue siendo dudosa la atención de los camareros.

Pertutti es uno de esos lugares que arrancó muy bien y después, debido a la constante demanda, bajó el nivel. Y lo digo con certeza porque recién vengo de ahí y me quedó una sensación de disconformidad que se viene repitiendo.
Llegamos y el lugar estaba casi lleno, de suerte nos sentamos en una mesa al lado de la puerta, lo cual significó morirnos de frío cada vez que alguien abríà la puerta. No solo eso, sino que toooda la gente que estaba esperando una mesa se apoyaba en la nuestra y nos miraba mientras comíamos.
Al sentarnos, la panera ya estaba en la mesa, y cuando noté que los grisines estaban duros me di cuenta de que esa panera podía haber estado ahí por un par de horas.
La atención es rápida, obviamente, ya que quieren que te vayas y así atender más gente. Me pedí unos ravioles de calabaza que estaban crudos con una salsa de cuatro quesos que parecía recalentada en el microondas. De hecho encontré un pedazo de algo (no sé si era queso, ricota o qué) y era verdaderamente horrible y poco apetecible.
Simplemente nos queríamos ir, ni siquiera pedimos postre.

El lugar tiene una ubicación envidiable en una de las esquinas más transitadas de lomas de zamora. Es una mole, enorme, dos pisos. Venden desde sushi, hasta pastas, pizza, productos de panadería, se toma el té, se cena, se almuerza. Pero como dicen, el que mucho abarca poco aprieta.
Fui a tomar el te con una amiga y su mamá. Yo llegué unos veinte minutos después que ellas (el lugar explotaba de gente) así que me tomé el trabajo de buscar mi propia silla y acercarla a la mesa en la que se encontraban ellas. Pero nadie me atendía, así que me levanté a buscar una carta para elegir qué tomar. Llamé al mozo para avisarle que quería pedir, y de muy mala manera me dijo «pero ustedes ya pidieron», sin notar que había una tercera persona en la mesa. Finalmente me tomó el pedido; una merienda light, que incluía un jugo exprimido, un café, y tostadas con mermelada dietética. Adivinen cuánto tardó en llegar lo mío. Dale, tiren un número. Seguro que se quedan cortos, ya que demoró más de una hora (repito: tostadas, café y jugo), y no fueron capaces de hacer coincidir los dos pedidos.
Cuando por fin arribaron mis tostadas, consulté especialmente si la mermelada era light (lo sé, soy una hincha huevos, pero me quería asegurar) y me dijeron que sí. Pues resulta que no lo era, ya que era la misma que la que incluíà la merienda de mi amiga. El motivo por el cual yo pedí light fue que estoy a dieta, simplemente, pero ¿qué pasa si no puedo comer azúcar? Me pareció pésima la atención, y se lo dije al mozo. Me pidió disculpas, que estaban llenos de gente.
Si tenés mil mesas y no sos capaz de poner personal acorde al número de comensales, achicá el lugar, sacá mesas, o contratá más gente. En conclusión, no solo no volvería sino que desaliento a cualquier persona a que pase por ninguna de las sucursales de este lugar híbrido, horrible y de mala atención.

Típico lugar para compartir con la familia o grupo de amigos. Tiene una gran variedad de platos y su pastelería es exquisita. El lugar es muy grande, cuenta con 2 pisos mas espacios al aire libre, espacio para fumadores, tiene un Sushi bar incluido y una panadería y espacio de juegos para niños. y ademas estacionamiento. Mucha Luz, siempre bien luminoso y hay bastante ruido ambiente.

Un servicio normal, el café no es el mejor, el jugo exprimido se disputa el sabor entre naranja y jugo de naranja en polvo, los tostados son los mismos que haces en tu casa, la atención es buena, el estacionamiento es un punto a favor sobre todo en esta zona que es difícil estacionar, bueno para trabajar y hacer negocios, pero no para agasajar a alguien especial.

Un local normal para ir a comer cuando no podes decidirte por algo en especial, platos tradicionales y abundantes. La opción de sushi es bastante buena.
Los desayunos y meriendas con facturas y tortas de elaboración propia son muy recomendables.
Si van en pareja, o no le gustan los niños, eviten la planta alta, es un constante griterío de niños entrando y saliendo del pelotero.

No soy fan de Pertutti. Conozco varios de sus locales y mucha gente que lo ama casi incondicionalmente, pero a mi no me sorprende. He ido más de una vez a almorzar o merendar, y no me termina de convencer el estilo del lugar (a lo Plaza del Carmen), ni el café, ni las opciones de almuerzo (carnes no como, las pastas son fideos normales, y las ensaladas poco destacables). Lo dulce es muy rico, pero no es algo que me suena encantar en un lugar, así que no logra compensar lo tristes que son sus tostados, y la mediocridad de los platos que pude comer ahí.
Por otro lado, y si bien el salón es enorme y lleno de mesas (otra cosa que me choca un poco), no suele estar a capacidad máxima, e independiente de que haya mucha o poca gente, la atención es siempre muy cordial y bastante rápida. Los precios, si bien no son lo que llamaría ‘económicos’, no están del todo mal. La experiencia general no es mala, pero no me parece que merezca tan buena prensa, por lo menos de parte de la gente que me lo ha recomendado. Está bien, te saca del paso, pero no deja de ser una cafetería normal, con –por momentos– aires de gourmet.

Fui a cenar con mi novio a este lugar y nos gustó mucho. Es un restaurant grande en el corazón de Las Lomitas, zona que se puso muy de moda últimamente en el sur de Buenos Aires. Tiene dos pisos llenos de mesas y también otras bien acomodadas en su propio sector de la vereda. Es un lugar donde un sábado a la noche se mezclan cumpleaños familiares, reuniones de ex compañeros y citas románticas, por lo que suele ser un poco ruidoso, pero la buena atención lo compensa.
Apenas llegamos nos recibieron con una copa de champagne de cortesía y nos ubicaron en una mesa muy linda frente al ventanal del piso superior. Lo más memorable de este lugar, aunque la comida estaba excelente, fue la canasta de pan: venía con muchas variedades de pan y grisines, acompañados con varias salsitas. Se dieron cuenta que eso ya da una buena presentación al lugar. Muy recomendado para cualquier situación o reunión! Abre también al mediodía.

Fui a almorzar con mis amigas varias veces acá, porque tienen una buena variedad de ensaladas y son muy ricas.
Es un restaurant con platos tradicionales: carnes, pastas, ensaladas. Lo que destaco es que tiene muy buenos panes: bastoncitos, saborizados, etc. Son muy ricos para comprar y llevar para cuando tenés una cena por ejemplo, en vez de poner la clásica baguette o cualquier otro de supermercado.
También tienen muy buenos sanguchitos de miga, de los más ricos que probé. Tienen muchísmo relleno y pan re húmedo. Son mucho más caros que la media, lo mismo los panes, pero son muy muy frescos y muy ricos. Trabajan por encargo y lo mejor de todo: tienen delivery. Aún los sábados y con poco tiempo de anticipación, te llevan las cosas a tu casa.
Si comen ahí tiene un patio techado y otro al aire libro, ambos divinos. Y pelotero en el piso de arriba si van con niños.