AMOESTOSLUGARES! Los bodegones me pueden, la comida casera también y más en un lugar con historia y relajado. Claro que si buscas algo impoluto, organizado, en silencio esto no está ni cerca pero si te copa comer bien, casero, mucho, en un ambiente ameno, bienvenido seas!!! Ideal para ir en familia o con amigos, se come bien y a buen precio. La atención es estupenda, siempre con muy buena onda. La comida es muy buena, se nota que es fresca y casera, simple, nada rebuscado, donde una milanesa es una milanesa, no hay persona que no encuentre algo que le guste en este lugar. Es casi para reemplazar el almuerzo típico de domingos en familia cuando no quieran cocinar. Las pastas son mágicas!
Judith S.
Rating des Ortes: 3 Rosario, Argentina
¿Qué decir de El Luchador??? Aunque parezca que voy a hablar mal del bar, nada que ver. Lo banco a muerte, quedan muy pocos de estos bodegones en la ciudad. Y este es original porque viene del origen, auténtico, nada de andar fingiendo y comprando muebles al azar para dar la estética de bar viejo. Con mucho respeto, digo que es un bar de «mala muerte» de aquella vieja Pichincha de mala muerte, con aspecto viejo, como lleno de tierra, casi diría sucio, luz escasa… Me ha inspirado más de una historia literaria. Mi papá vivió cerca hace muchos años(¡me sorprende que siga abierto!) y a él le encantaba que te atendieran como si fueras parte de la familia, que la comida fuese tan casera y que pudiera comer comida tan sencilla como un bife a la plancha. La verdad que eso es raro en estos días en que domina la comida gourmet, ¿no es cierto? Es divertido ir ahí. No vas a encontrar nada sofisticado, pero juro que tampoco vas a encontrar un lugar igual.
Rocío E.
Rating des Ortes: 3 Rosario, Argentina
El tiempo se detuvo en esta esquina, en este bar pintado de marinero. El tiempo se ha salido de sus goznes en esta ochava. Es un bar para habitués, para vecinos históricos. Creo que este tipo de lugar es más selecto que el Jockey Club. Pero es una experiencia ir, en vez de al bar de cerveza artesanal Fenicia, que está a menos de 50 metros, al Luchador. Abre desde la mañana y los fines de semana espera que sus parroquianos beban las últimas copas entrada la madrugada. Celebro que todavía queden bares así, mechados acá y allá con los modernos. El Luchador tiene un menú argentino, más que nada carne y vino. Si un vegetariano pregunta qué puede comer, le llevan una ensalada de lechuga y tomate. Y sin embargo ahí está, firme, en una zona que quedó intacta tras la fiebre de Pichincha. Se puede decir que acá, empieza y termina, el barrio Pichincha.