Suipacha Pool

Exelente lugar para jugar al pool, tomar o comer algo y pasar un muy lindo momento. Para los exquisitos del pool las mesas en exelente estado, una mesa la podés pedir y jugar x tiempo, el resto es con fichas. Bien ambientado y muy buena atención.

A Suipacha Pool lo descubrí una noche de lunes invernal… Estaba en rol de anfitriona de unos amigos chilenos y los cite en una cervecería artesanal de calle Francia, sin embargo, ese local los lunes permanece cerrado! Así que debía reprogramar rápidamente… Fue fácil dejarme seducir por su colorido cartel luminoso que tiene la forma de triángulo con bolas de Pool… Enseguida, propuse ir a ver de que se trataba y de este modo conocí a Suipacha Poll.
Cada día tienen promociones especiales, el lunes es noche de pizzas dos por una, así que de arranque nos conquistó, los ingredientes y sabores fueron muy buenos! Acompañamos con la típica quilmes cerveza argentina! La pasamos bien, aunque el mozo por momentos se olvidaba que estábamos en el piso de arriba y demoraba su atención…
Volví a ir a Suipacha Pool y es interesante la mística del sitio! Parece fuera de época, lindo para escaparse de la vida rutinaria.

Vivo en Rosario, que es una ciudad chica, o pueblo grande, mejor dicho, a mi parecer. Y cuando de comercios destacados de trata, hay algunos que rompen con el común de todos los lugares con sus carteles espectaculares o corpóreos de diversas formas. En el Bar Suipacha Pool, de Salta 3002, lo que primero va a llamarte la atención, es el triángulo gigante repleto de bolas de pool que tiene en su frente. Así que de lejos podés verlo y sabés que allí, ante todo, los palos, las tizas y las 16 bolas de pool son la vedette de ese comercio. Cada vez que vamos con mis amigos a ese bar, es porque queremos estar tranquilos tomando unas cervezas y jugando algunas partidas. Somos de la vieja escuela, un grupo que no los va a contentar una tarde frente a una televisión conectada a una play station. A nosotros nos gusta en desafío real, de carne y huevo, poder reírnos con anécdotas contadas diez veces mientras hacemos que la bola 8 esquive los agujeros y pueda hacerse más larga la charla, de esa partida de por medio. Te recomiendo que vayas a Suipacha Pool Bar y no dudes que vas a pasar una noche de esas inolvidables que las anécdotas de las juntadas de asados con amigos van a sacar a flote una que otra vez.

Rosario tiene opciones para todos lo gustos y para los amantes del pool este es el bar indicado. A mi en particular me fascina el cartel, con las bolas giratorias es muy creativo y único en la ciudad. El bar siempre esta lleno de grupos de chicos tomando cerveza y jugando al pool, se pasan horas. En mi caso he ido en compañía masculina tratando de que aprenda a jugar y amar el billar. La verdad que es divertido pero no es lo mío, igual me gusta ir a pasar el rato y descontracturar, acá cada uno hace la suya y si bien el ambiente lo frecuentan hombres en su mayoría, también hay día de chicas. El bar tiene minutas y pizzas, la mayorista siempre pide cervezas, Carlitos y las pizzas del lugar que son bastante buenas y los previos también. Tienen varias mesas de pool. La atención es muy buena. Un lugar diferente para salir de la rutina y pasar un rato agradable jugando al pool.

Suipacha Pool es el causante de risas y bochornos, en mi caso que carezco de coordinación pero me sobra sentido del humor! El lugar es barbaro! sobre todo si tenes un grupo que tiene paciencia con gente como uno que no sabe ni apoyar un taco y se piensa que una tiza es igual a un labial! (así de mal andamos! jajajaja). A esta altura está claro que yo no voy a competir en ningún torneo internacional, ni siquiera voy por la gloria, yo voy para estar con los amigos y para pasar el buen rato y en eso en el Suipacha uno se lo pasa bomba! Siempre que fuí, nunca nos tocó esperar mucho por una mesa, la comida es rica, siempre picamos alguna minuta antes o después de jugar, depende de cuando tenemos la mesa y claro, la bebida fluye, infaltable. El lugar es acogedor y hay gente a toda hora, la esquina es muy transitada y es fácil encontrar un taxi.
Abre a partír de las 15hs y cierra tarde, nunca lo cerré, así que no les puedo decir exactamente a que hora cierra :) (si lo abrí ;))

La casa de pool por excelencia en la ciudad!
Ubicada sobre calle Salta llama la atención en primer lugar un gran cartel con bolas de pool giratorias y gigantes! Muy buena publicidad!
Dentro del bar por supuesto contas con varias mesas para jugar, servicio de comidas rápidas y bebidas.
Los chicos que trabajan allí realmente tienen la mejor onda! No solo se divierten con uno ya seas bueno o malo jugando (soy malisima) sino que además, me pasó a mi, hasta te ayudan con el juego! y encima te llevan lo que pediste! Unos genios!
Siempre que vamos pedimos la infaltable pizza especial (exquisita) mas un par de cervezas.
Tienen buenas promociones durante la semana y happy hour para aprovechar!
Recomendando totalmente, si queres jugar pool tenes que concocer este bar!

Si hablamos de una actividad que no tiene horario es jugar al pool, y tenes que ir al Suipacha Pool. ¿Dónde sino? La verdad que son años de ir a la misma esquina con la esperanza de mejorar o aunque sea no dar lástima. Pero bueno, uno hace lo que puede.
Durante mucho tiempo en mi adolescencia fuimos con varios amigos e hicimos campeonatos largos como la noche misma. Siempre buena onda, el encargado ya se había aprendido mi número de socio porque te dan una tarjetita para juntar puntos (100% marketing bien hecho). He llegado a cambiarlos por un guante de 3 dedos que muy humildemente doné a personas que le iban a dar mejor uso.
Pizzas que llenan y deliciosas. Siempre con porrones fríos, preferentemete Stout. Dan palitos en vez de maní para picar.
El bar tiene dos pisos y un extraño sector con computadores que sobrevive de la época de los cibers. Arriba tiene timbres para llamar al mozo. Hay promociones casi todos los días. Los jueves las chicas juegan gratis, miércoles hay happy hour de pizzas y cosas por el estilo.
Un atractivo no menor de esa esquina son las bolas que giran sobre calle salta. Marquesina que fue restaurada más de una vez, por vandalismo o piedras naturales.