Iglesia “Padre Rafael Cantilo”

Bueno, sí, ya sé, es la tercer iglesia que reseño (y aparentemente no será la última). Otra vez tengo que decir que quedo anonadada con la arquitectura. Estaba por volver a casa, esperaba el 130 en la parada de Oroño y Uruguay, y sonaron las campanas de la Iglesia. No sé por qué se me dio por ir a mirar desde la puerta y de repente me agarró un dejo de atrevimiento y pisé las escalinatas. Entré. Me senté en la última fila, estaba por empezar la misa. Iban llegando los fieles.
Me sentí un espanto, así que saqué una foto y salí. Me llaman la atención las formas, las alturas que alcanzan los techos, los vidrios de todos los colores. Pensé que tal vez todo estuviese ingeniosamente pensado para provocar ese pavor que sienten los fieles cuando ingresan a la casa de su Dios.
Una vez afuera, fotografié la cúpula, que es hermosa. Blanca, siempre llena de palomas. Venía el bondi. De milagro no se me escapó. Tuve que correr porque ya estaba en el semáforo esperando la luz verde para doblar por Uruguay.