Mercado Retro La Huella

Une super expérience que cette balade au mercado retro, en profitant d’un dimanche ensoleillé !
Le mercado retro, c’est un mélange de marché aux puces, de bric à brac rétro et de stands d’artisans. Les passants s’y baladent tranquillement et c’est réellement une sortie agréable.
La plupart des prix sont affichés et certains vendeurs parlent un peu anglais, dans l’ensemble l’accueil est très sympa. Trois heures de balade et je né me suis jamais sentie embêtée… et j’aurais pu repartir avec les souvenirs les plus étranges du monde. Je me suis contentée d’un peu d’artisanat et des jolies boucles d’oreilles d’une grand-​mère qui vidait son grenier.
Le marché se trouve au bout de l’avenue Oroño, au bord de l’eau.

¿Querés comprar platos?, andá al mercado retro. ¿Perdiste un muñequito de esa colección que tenías de chico?, anda al mercado retro. ¿Coleccionás vinilos?, anda al mercado retro. Y así CON TODO LO QUE NECESITES. En este mercado, encontrás de todo y para todos los gustos.
Los puestos se ubican en una plaza, a penas pasás los silos Davis desde el centro. Yo iba mucho de chica porque mi casa es un pequeño museo de cosas antiguas. Comprábamos de todo. Desde ventiladores hasta las estatuitas de cocacola del mundial Francia 98. Es que me faltaba uno solo y lo RE necesitaba.
Venden pins, y venden ropa. A veces nueva y a veces usada. Teteras, joyería, artículos de colección. Los feriantes son en general muy amables, te dejan ver, tocar y examinar a fondo la mercadería. Pero siempre hay un mala onda que no quiere que toques, ni que saques fotos, ni que te acerques mucho a nada. No se, no deben vender mucho esos…
Está sólo los domingos y feriados de 10:00 a 19:00 y es de esa hora a esa hora. A las siete de la tarde ya casi todos los puestos están desarmados y la gente esperando sus transportes. Así que vayan temprano y con tiempo!

Es un mercado de antigüedades y arte popular al aire libre situado en el parque de Av. Rivadavia y Alvear entre la Feria del Boulevard y El Roperito que es la feria de ropa usada.
En éste se puede encontrar de todo, sólo hay que tener paciencia y saber buscar. Los puestos están montados en gacebos y cada uno vende lo suyo. Hay stands más específicos que sólo venden viejos libros, por ejemplo, y otros que reúnen un popurrí de antigüedades.
Lo que usualmente se puede encontrar es mucha vajilla, al estilo juego de té de la abuela, muy lindos. También es común encontrarse con postales o colecciones de vinilos y de muñequitos. Hay bijouterie, accesorios y también viejos electrodomésticos. Varios puestos tienen cámaras de foto o de video que son una belleza (unas super 8 que son para morirse! Andan y todo ojo).
Es un paseo no apto para alérgicos, porque los ácaros se hacen un festín!
Esta feria está gestionada por la Municipalidad y todos los años se incluyen nuevos puestos a través de concursos y fiscalizaciones.
Funciona los domingos y feriados únicamente, siempre que haya buen tiempo porque como es al aire libre, si llueve se levanta.

Es un paseo típico de domingos y feriados, ideal para curiosos y nostálgicos. Allí hay una buena cantidad de puestos que venden antigüedades de todo tipo: adornos, teléfonos con dial, vajilla, posters, ropa usada, libros, revistas, joyas, etc. Hay que revisar bien la ropa sobre todo, porque se encuentran cosas muy buenas, sobre todo de invierno (sacos, sweaters). Un lindo plan es salir temprano, caminar en dirección al río por Bv. Oroño, que los domingos es sólo para tránsito peatonal y llegar al mercado a recorrer los puestitos. No es mala idea ir con los padres o los abuelos, que seguro nos aportan información útil de lo que está en venta.
Está abierto desde las 10 hasta las 19.

La Huella es una especie de feria retro de Rosario ubicada en Av. Rivadavia y Santiago, a unos pasos de Bv. Oroño. Es de amplia extensión con muchos stands, más que nada de indumentaria. Creo que lo mejor de visitar la feria es que uno puede encontrarse con prendas clásicas que todavía se usan, o prendas vintage que volvieron a usarse que ya no se consiguen más en otros lados. Y lo mejor mejor de todo son los precios! Al haber muchos stands con mucha cantidad de ropa, recomiendo ir varias veces para revolver bien y encontrar la prenda que a uno le guste. Tal vez a primera vista parezca un montón de ropa vieja o pasada de moda, pero se pueden encontrar cosas buenas y lindas si uno se da maña y se pone a buscar. Algo que me resultó incómodo fueron los probadores. Como la feria es al aire libre, solo cuelgan cortinas, y si mal no recuerdo, no hay espejo, y si había, no había mucho lugar para moverse y ver bien la prenda. De todas maneras, la recomiendo visitarla no solo para comprar cosa, sino para pasear un rato en un lugar hermoso de la ciudad.

La Huella consiste en un mercado de objetos de uso cotidiano, cuya característica principal es la de tener más de 25 años de antigüedad, del que participan 70 puestos. Esta feria se inauguró en 2002, a partir de la iniciativa del artista plástico Dante Taparelli y la Secretaría de Cultura y Educación Municipal, y tiene como objetivo recuperar parte de la memoria de la ciudad, en un paseo turístico que incluye la zona de Pichincha.
Se trata de un verdadero shopping a cielo abierto, donde se pueden apreciar y comprar una gran variedad de objetos: vajillas y utensilios de cocina, bijouterie, indumentaria, libros, afiches y revistas, elementos decorativos, pequeños muebles, juguetes, fotografías, y otros objetos.
Siempre que paso por la feria me muero de nostalgia al ver los casettes (cosa que, supongo, debe pasarnos a todos los que crecimos en los noventa), y jamás me voy sin haber comprado algún libro o par de aritos.
La Huella es una linda opción para pasar una tarde de domingo distinta, viajando un poco por el túnel del tiempo y disfrutando, a la vez, del parque y unos mates con amigos.