Fuimos a cenar un miércoles a la noche, como no era fin de semana y caímos temprano podíamos elegir cualquier mesa. Tipo diez y media se llenó y entre la gente y el partido de fútbol que había se puso un poco ruidoso. Pedimos de entrada empanadas de carne, que la verdad estaban muy buenas, pero me decían que hay muchas más ricas en Tucumán que dejan la vara demasiado alta, pero eran ricas. Tienen muchas variedades de pizzas, ensaladas, pastas y otras cosas. Las pizzas vienen de tres tamaños, grande, chica y mini. Pedimos una pizza grande y una chica, sólo 2 o 3 cm de diferencia entre ellas, una de jamón crudo y rúcula que estaba muy salada para mi gusto y otra con verduras grilladas que estaba mejor. No me pareció la pizza más rica pero bien, como de cualquier pizzería. Lo que no me gustó fue la atención, el mozo muy despistado, volado, no se, tampoco era buena onda. No se fijaba si necesitabas algo y si lo querías llamar ni bola. Cuando pedimos la cuenta se la tuvimos que pedir a otro mozo que estaba medio al pedo dando vueltas y su respuesta fue ahí le digo a mi compañero que venga. No entendí, el también le puede pedir la cuenta al cajero, cero ganas de atenderte realmente. Yo no se si volvería, quizás si no me queda otra, pero no lo recomiendo.