Como todo pequeño local, cuando se emprende un proyecto es difícil iniciarlo, porque las ganas ahí están de otra forma, ¿por qué querer hacerlo?, pero, ¿cómo continuas?, cómo haces para que la flojera y malos vicios no te alcancen y te consuman. Cuando te comprometes a hacer algo, lo que sea y por más insignificante que parezca, no lo es, nunca lo es. Veo abierto este negocio siempre pero hay algo en él que aún no ha llamado a la gente, algo le falta, promoverlo mejor, realizar promociones o aplica algún viernes 2X1 en planchado de camisas; pero algo urgente debe hacer para que se acerquen a él. Los precios no varían a comparación de otras planchadurías, la docena la cobran igual que varios locales, y el trato se distingue por la amabilidad con la que hacen la chamba, en tiempos y bolsillo llevan las de ganar así que, ¡a echarle ganas para que no perder el sueño de ser tu propio jefe!