La famosísima Tintorería Cris debe ser tan vieja como la colonia misma, desde que llegué a vivir aquí(hace 17 años), recuerdo con mucha nostalgia el vapor saliendo de los respiraderos a todas horas y con el que, por cierto, una vez me queme al dejar de chica el pie si querer cerca del vapor. Eso no alejó el cariño que tengo del lugar en mis memorias. Pues bien, caso de éxito y que se sigue manteniendo en pie en el de Doña Cris y su descendencia, pues debo señalar que ella ya pasó a mejor vida. Sin embargo los hijos y nietos de la señora continuaron el negocio y aquí siguen ofreciendo un excelente servicio, de barrio, auténtico y con la calidad que los distingue del resto, pues todos nos conocemos de toda la vida. Además son muy puntuales en las entregan, no quedan mal, y si de plano no pueden con la chamba, son honestos y te recomiendan buscar en otro lado porque ellos no saben cómo lidiar con X o Y mancha.