Pipiolo

carne asada de todo tipo! hay peinecillo, arrachera, chorizo, etc!
les recomiendo las quesadillas son lo mejor del mundo! la horchata tambien!

Uno de los mejores lugares para comer en familia, sus opciones de alimentos son de lo mejor en sabor y calidad.
Lo que hace especial este lugar es la tradición que vive aún de hacer las tortillas a mano y de igual forma hacer unas exquisitas salsas.
La combinación con tradición y sabor se ve reflejada en el servicio, amabilidad, calidad y de igual forma el que los platillos sean servidos en vajilla de barro.
Por último, les recomiendo la nueva ensalada de nopales, deliciosa y por último pero no menos importante; ¡las quesadillas!
Todos saben que con las quesadillas me matan y este lugar se luce al hacerlas, muy buenas.

No como carne, pero desde que era niña me gustan mucho las quesadillas, los frijoles y las salsas de aquí. Pipiolo es un lugar clásico en la ciudad para comer en familia. Los platillos son abundantes y de buena calidad.
Lo mejor:
— El uniforme de los meseros, son como el logotipo.
— El buen servicio que ofrecen.
— La amabilidad de todos los que ahí trabajan.
— La abundancia en los platillos.
— Si pides para llevar, te ponen muchas salsas, tortillas, cebollitas asadas y tostaditas.
Todas las personas que conozco y comen carne me han dicho que está muy buena, yo me quedo con las quesadillas de tortilla recién hecha.

Fui a comer con un amigo buscando algo típico de gdl, llegamos y vimos la carta, no se nos hizo caro, pedimos un filete pipiolo, unas quesadillas, agua de horchata y un flan, todo muy bueno pero a la hora de la cuenta fueron casi 700 pesos, lo que se nos hizo excesivamente caro, la atención de la gente es buenísima, todo esta muy limpio y rico, pero los precios se me hicieron un poco elevados.

Fui un domingo que estábamos por estos rumbos, así que decidimos llegar al pipiolo, es un restaurante tradicional y familiar, donde venden chorizo, carne asada, frijoles, chorizo con queso y mas.
Pedimos dos ordenes para 3 personas y nos alcanzo muy bien, iba con mi mama y hermana, quedamos llenas, pedimos de asada y chorizo, yo de postre pedí un flan pero creo que no lo debí pedir porque casi doy botonaso, de precio no están caro unos 80 pesos por persona maso menos y quedas muy bien.

Cuando me puse a dieta tenía permitido cenar carne asada y la verdad me daba algo de flojera hacerla en mi casa. Por eso me hice super fan de este lugar.
Y es que ya sea arrachera, peinecillo o chorizo, el sabor resultaba increíblemente rico.
Y cómo olvidar los frijolitos que te sirven al ladito y las tortillas hechas a mano que tampoco podía comer, solo la ensaladita de nopales. Pero con esas dos cosas tenía.
Hoy ya puedo comer de todo, incluso la deliciosa agua de horchata que te sirven en jarrito de barro.
La atención de los meseros es muy amable y servicial. Me parece muy alegre su atuendo color amarillo, siento que estoy viendo a los empleados de la línea aerea Magnicharters o al revés.

Para los que les gusta comer una muy buena carne asada, éste es el lugar, acompañada de frijoles y cebollitas. En lo personal me gusta ir a cenar quesadillas con carne azada o con chorizo, acompañarlos de agua de horchata. Al centro de la mesa te llevan salsas, guacamole, pico de gallo, limones y cebolla. También hay peine chillo, pierna de puerco, cabrito, chuleta, queso fundido etc. Todo te lo sirven en platos y vasos de barro, que mejora el sabor de los alimentos.
Es un restaurant típico en Guadalajara, es sencillo y agradable para cenar a gusto, el servicio es muy bueno, y los precios también lo son. Pasarás un buen rato!

No se si sea el único que pensó que este negocio vendía pollos rostizados o algo por el estilo, por que como muchos saben su logo es precisamente un pollo, pero por mucho tiempo viví engañado pensando así hasta que un día por azares del destino comí ahí. Recuerdo que cuando llegamos mi familia y yo al restaurant me pareció un lugar muy mexicano, de hecho se me figuro haber entrado a una casa antigua en un pueblo, digamos como una casa de adobe para ser exactos. Al leer la carta me di cuenta de que no era lo que yo pensaba y que se trataba de un lugar que su platillo principal era la carne asada, cosa que no me desagrado pues es algo que suelo comer bastante seguido y que nunca me logra enfadarme. En aquella ocasión pedimos un plato con carne asada que venía en tiras, un queso fundido y yo aparte pedí un plato de frijoles charros. En verdad quede maravillado porque a pesar de que frecuentemente como esta comida, me pareció que tenía un sabor peculiar porque estaba muy blandita y jugosa pero sin exagerar en sus condimentos además de que el queso estaba muy sabroso, de hecho no podía dejar de comer y termine con una indigestión bárbara, así que pensé «este fue un pollito con mucho sabor a res». Sinceramente no recuerdo haber visto gran variedad en su menú pero creo que no hace falta porque lo que ofrecen es bastante bueno y en promedio se gasta 200 pesos por persona pero definitivamente es un lugar para una ocasión especial.

Cuando se trata de tradiciones tapatías este lugar siempre forma parte de la preferencia de muchas familias, en gran medida gracias al sabor y calidad de sus famosas carnes.
Para mí el filete Pipiolo es la mejor opción ya que se trata de la clásica carne asada, acompañada por Los complementos de costumbre como pueden ser: cebollas asadas, frijoles, salsas y tortillas, todo un manjar muy mexicano que es del gusto de casi todo el mundo.
Te recomiendo que para finalizar pidas de postre una rica jericalla que es como un flan pero al estilo tapatío, pero ve preparado porque aquí no aceptan tarjetas lo que puede ser algo incómodo para muchos.

Este es uno de los lugares favoritos de los tapatíos a la hora de comer una rica carne asada, es un verdadero clásico pues desde hace décadas ofrecen un excelente servicio a buenos precios.
Desde que era niño ha sido uno de los lugares favoritos de mi familia, nuestro favorito es el peinecillo de res, perfectamente asado y jugoso, cada orden viene acompañada de tortillas recién hechas, tostaditas, frijoles de la olla y una generosas cantidad de distintas salsas picadas, guacamole y de molcajete. Cada comida debe ser acompañada por un delicioso y fresco jarrito con agua de horchata, sin duda es una de las mejores horchatas que he probado en la ciudad. ¿De postre? No hay duda, una jericalla, pura tradición tapatía.
Si vas a cenar o comer es importante que sepas que aquí no hay cubiertos pues la tradición es que la carne se come con las manos, solo te dan cucharitas para las salsas y los frijoles, el resto está en tus manos. Otra cosa importante es que no aceptan ningún tipo de tarjeta para pagar, sólo efectivo, por lo que más vale que llegues preparado con unos 400 pesos por el consumo de 3 personas.

Las tradicionales carnes asadas Pipiolo son muy ricas y con excelente servicio. Se ubica en un punto muy comercial de esta ciudad, a 3 minutos de López Mateos, a unas calles de Chapultepec y en una zona de muchas oficinas, por lo que será común encontrar casi lleno el lugar a la hora de comida por lo que te sugiero reservar.
Mi favorito para empezar es el choriqueso, que acompañado del guacamole y tortillas de mano, controlan mi apetito de cara al platillo principal. La carta ofrece variedad, hay chuleta de res y puerco, cabrito adobado, pierna de puerco, pero lo que yo he probado y repetido cada vez que voy es el tradicional filete Pipiolo que prácticamente es la carnita asada tradicional. No faltarán los frijolitos y cebollitas cambray asadas, además el agua de horchata servida en cantarito le da ese agradable toque de frescura para acompañar la comida.
En el tema del montaje del platillo se sacan un «10», en lo personal soy fan de los platitos de barro pues le dan ese toque muy mexicano a esta comida. En cuanto a salsas, también cubren lo típico y necesario de la carne asada; pico de gallo, salsa roja, verde y guacamole, claro, sin olvidar los clásicos nopalitos.
Sin duda alguna es una gran opción para una reunión de negocios no tan formal o para ir a comer con los amigos de la oficina.

Es uno de mis restaurantes favoritos para comer carne asada. Y eso se viene a hacer acá, comer rico por un buenísimo precio en una atmósfera cálida, sin pretensiones.
Adoro ese feeling vintage que me hace regresar a mi infancia, cuando venía a este restaurante y me daban una bolita de masa para entretenerme a mí y al hambre mientras llegaba mi plato.
Mi favorito absoluto es el peinecillo, con su cazuelita de frijoles de la olla y unas cebollitas es todo lo que necesito para ser feliz esa tarde. Pero también hay quesos fundidos, chuleta de puerco alambres y para bajar la comida agüita de horchata.

Ufff unas deliciosas carnes que vienen acompañadas de frijoles, tortillas, cebollitas, guacamole y puedes pedir aparte un queso fundido para completar tu comida en uno de los restaurantes que desde que era niño visitaba.
Es un servicio muy rápido el que tienen, entras y prácticamente ya te están tomando la orden; te recomiendo sus aguas de horchata son muy buenas y para finalizar con un buen postre, puedes pedir una jericaya, un postre típico.
En lo personal se me hacen algo caras, pero eso sí su sabor lo vale.

Delicioso!!! Te gusta la carne asada, los frijolitos, cebollitas, queso fundido, guacamole y más. Seguro tienes que venir a pipiolo. Tiene diferentes sucursales pero a mi me queda más cerca la de Américas. Desde que entra es olor es riquísimo y ya quieres empezar a ordenar. Los meseros te acompañan a tu mesa y te entregan la carta y de ahí a comer se ha dicho.
Estas deliciosas carnes, quesos y comida en general que te ofrece el pipiolo de verdad que se sienten de calidad. Y se preparan en asador servidos en los típicos platos de barro. a poco no se te hace agua la boca. Pero no creas que estas hablando de un restaurante nuevo o que a penas esta arrancando, carnes asadas Pipiolo lleva más de cuarenta años en la ciudad y claro las sucursales han crecido por su estupendo sazón y servicio.
El lugar es familiar y no necesitas instalar todo en tu casa porque en realidad es como si lo hicieras en tu casa, del asador a tu plato, y todo muy bien servido. De verdad ve a comer una tarde de fin de semana y veras que no miento. Buen provecho!