Manolo’s

Si le preguntaras a mi estomago sobre un lugar para desayunar rico en el centro, que no sean lo clásicos huevos ni los típicos antojitos yucatecos sino que por el contrario tenga variedad de platillos, sin dudarlo te respondería ¡Vamos a Manolo’s!
Tiene muchas opciones pero lo más aclamado por los comensales son las flautas, pero es que con toda razón ya sean verdes o de mole son una delicia, tiene el sazón ideal, son grandes y rellenas (bien rellenas) de pollo, acompañadas de queso, lechuga y crema, mmmm para chuparse los dedos. Pero como mis fotos lo demuestran también me gustan las gorditas y las empanadas.
El costo puede ser alto ya que dos flautas cuestan cuarenta pesos y si eres de «buen» comer seguro pedirás algo más y con el refresco gastaras aproximadamente entre sesenta y setenta pesos, pero si puedes gastar esta cantidad no te arrepentirás de cada peso gastado.
Lamentablemente tiene un grave problema, el sabor es tan bueno que el lugar ya les queda muy chico, siempre está lleno y como seguramente al llegar te toca esperar pues ya es sabido por todos que no puedes tardar mucho porque siempre puede ser que haya alguien parado viéndote fijamente generando presión para que te levantes de la mesa. Fuera de esto el lugar es perfecto para comer, ya que lo que más importa es el sabor.

Mi señora madre que es amante de los lugarcitos de comida del centro, tipo loncherías, fondas, taquerías y demás me llevó un día a este lugar, me dijo: te voy a invitar a comer unas flautas que te vas a chupar los dedos; ante una invitación de mi amá no podía resistirme así que accedí aunque de antemano sabía que no se me antojaban mucho las flautas.
Llegamos al lugar y no había mesa disponible, mi mamá insistió en que esperáramos y yo pensaba: muero de hambre, ni que estuvieran tan buenos. Estaba a punto de hacerle un berrinche a mi madre cuando unos sujetos desocuparon la última mesita.
Cuando nos tomaron la orden decidí de último momento cambiar mi orden (típico de mí), rechacé la oferta de las flautas y pedí unas sincronizadas a pesar de la advertencia de mi progenitora que me decía que me arrepentiría de no probarlas.
Llegó nuestro orden y a pesar de que la sincronizada tenía muy buen sabor, descuidé a mi madre dos segundos y le robé un bocado de sus flautas de mole y fue en ese entonces en que comprobé una vez más que las madres siempre saben lo que dicen, yo quería unas flautas como esas pero era demasiado tarde ya me había gastado mi comida y estaba llena a todo lo que da.
Llevo meses queriendo ir por esas flautas, capricho que no he cumplido porque el lugar sólo abre por las mañanas.

¡¡Aaargh, Manolo’s! este puesto es ma-​ra-​vi-​llo-​so, me lo presentó mi amigo C, que es el rey de los almuerzos contundentes, sabrosos y baratos, un trío perfecto si te gusta hincar el diente sin dejar pelona la billetera. Fue amor a primera mordida, o más bien a primera vista: cuando vi llegar mi plato de flautas combinadas (una de salsa verde y una de mole), supe que lo nuestro era de verdad, y hasta ahora no me arrepiento de nada.
La jugada en este lugar son las flautas. Te las sirven a la velocidad de la luz, con un montón de moleo salsa, romanita o crema, según sea el caso. Vienen rellenas de bastante pollo y con un sazón bastante rico. A la hora del almuerzo, es casi imposible encontar un lugar, tienes que esperar un par de minutos antes que se desocupe una silla. Y eso sí, tienes que evitar hacer sobremesa para darle chance al siguiente comensal que seguramente estará impaciente por sus flautas.
Sobre las otras opciones del menú no puedo hablar, nunca las he probado, y la verdad casi nunca veo a gente comiendo otra cosa que las flautas. Por mi parte es todo lo que tengo que decir al respecto, y C, si estás leyendo esto: te luciste.