Bistrot Arlequin

Excelente comida francesa tradicional. La mejor relación precio calidad.
La sopa de cebolla es deliciosa. Los filetes con cualquiera de las salsas son una maravilla. De postre la tarta de limón imperdible.
Tienen descorche lo cual es perfecto.

Agradable sorpresa al privar las pizzas. Están súper buenas. Hay una ir tiene ajo que es mi preferida. Con hambre recomiendo pedir la grande para 2 personas. La atención no es así como muy buena pero Los precios son accesibles.
Puedes pedirla para recoge en el local o hablar y averiguar si tienen servicio a domicilio hasta tu casa u oficina. Asumo que la zona de reparto es solo de algunas cuadras a la redonda.

Había escuchado cientos de veces sobre este lugar, y aunque no soy gran fan de la comida francesa decidí darle una oportunidad.
Situado en uno de mis espacios favoritos de la colonia Cuahutémoc, es un pequeño bistro que invita a querer entrar. Una vez instalada me di a la tarea de ordenar y me decepcionó bastante que gran parte de las entradas eran de pescado y marisco, así como su reducida carta. La ternera sabía deliciosa, pero la pasta que acompañaba era simple y sin chiste, como si no valiera la pena probarla.
Lo cierto es que el lugar es más una buena propuesta que no llegó a más. Seguro los franceses van con nostalgia porque obtienen una muestra decente de su tradición culinaria, y muchos mexicanos suelen ir por snobismo puro, pero el lugar deja mucho que desear al paladar y a la cartera.

Parfait pour un diner romantique. Jolie quartier et les escargots sont magnifiques. De Tres bon prixs

Un pequeño bistro francés cerca de Reforma. La comida y la atención son muy buenas y tiene una tienda Gourmet y una pizzería de los mismos dueños a lado. El restaurante de junto también es de ellos, aunque el menú es similar, hay platillos que vale la pena probar. No importa en cual te sientes pide las cartas de los dos!

De tan familiar, no podría defraudar. Todos los años de venir aquí y aunque pido siempre lo mismo (caracoles, cordero y crème brulée), se por mis amigos que todo lo demás en la carta es igual de bueno.

Uno de mis lugares favoritos en la Ciudad de México. La carta de vinos es buena, la atención también y está muy céntrico

Hace unos años le hubiera dado 4 estrellas sin dudarlo, pero creo q ha caído un poco, y no lo digo porque el staff ya no son chicas francesas de ojos verdes y gente en la cocina parlando francés, bueno lo de la gente en la cocina tal vez si tenga algo q ver, no necesariamente.
Tampoco es despreciable, La comida es buena (unos platos más q otros), por ej la sopa de cebolla, tiene un toque especial y un ingrediente secreto, q les voy a revelar: Nuez!, sí! Les queda bien la vdd.
mm, bueno, y si esta rico y agradable porque 3 estrellas?, porque ha caído? bueno, pues el problema es, q puedes pedir los filetes en la salsa d tu elección termino medio y diciendo al mesero «lo quiero rojo todavía» y q te lo den pasado de ¾, eso para mi es darle en la madre al filete, me pasó. También, otro día con la tarta d tomate, me la dieron muy reseca ya no sabe igual y ese mismo día el salmón q pedí termino medio me lo dieron cocido. Entonces, dependes de la suerte y animo del restaurante, también aplica para el servicio, los meseros no son los más entrenados para ser amables.
Creo q andas pagando con un vininito, una entrada y plato fuerte, entre 300 y 400 p/​persona.

Came here with a group of 5 while staying at the nearby Marquis Reforma. It seemed a bit strange to go out for French food while in Mexico, but this restaurant (and it’s sister restaurant next door) has good reviews, took reservations, and was within walking distance.
The staff were extremely nice and gave us the wifi password so we could use google translate the menu, and we had the option of ordering from both restaurants (they are connected by their shared kitchen in the middle). They have a good selection of local Mexican craft beers as well as a number of imports, especially Belgian wheats.
We started with their delicious warm, crusty rolls and compound butter, and then shared three appetizers: fondue, goat cheese tart, and something delicious with potatoes, cheese, and bacon. All were delicious!
We were pretty full after this, so decided to share two entrees, steak au poivre and a salmon dish. The steak was ordered medium but came out closer to rare. I didn’t mind, but it bothered some of my table mates. The salmon was actually pretty well done, but the sauce it came with was great.
One of the staff members also gave us a recommendation for a taco stand, where I ate the best al pastor of my life two days later. I would go back to both places if I was back in Mexico City!

Mi restaurante francés preferido del DF. Pequeñito y buena comida, además de un buen servicio. La selección de vinos no es excelente, pero mas que suficiente para disfrutar de una buena comida. Recomiendo la tabla de quesos! ;)

A friend of a friend visited here a couple of years ago and said «What am I doing at a Parisian bistro in Mexico City?» He meant why wasn’t he eating one of the regional Mexican foods. His comment was actually a compliment.
I started the meal with a goat cheese tart served with greens tossed in (possibly raspberry) vinegar — I don’t believe there was oil so I wouldn’t call it a vinegarette. The tart was divine (some might complain the crust was overcooked — I wouldn’t.)
The entre was Medallions (beef) Bourguignonne. Heaven! There was a teeny tiny problem: it was served with french fries!!! Uh-​oh! I’m not in the US anymore. LOL My partner, who is Mexican, noted that french fries are very popular in Latin American countries and very often served with higher end preparations. French fries… I don’t know… but I do know that they were well prepared (but no ketchup).
I was especially impressed with the basket of bread containing several types which was refreshed after the starter! Thank you!!!
The small complaint I have has to do with the service after the entre (no dessert). But it should be noted that there was a shift change during the meal, so another wait person was following up (or not following up as in this case.)
So 4 and a half stars.

Empezaré diciendo que es un logro que una gourmet picky (melindrosa) como yo, le de 5 estrellas a un lugar, pero Bistrot Arlequín es como un apapacho casero, con una gran carta de vinos.
Los medallones a las 4 pimientas son únicos, y una percepción similar tengo del resto de los platillos tradicionales franceses. Siempre es una palomita cuando ves a gente que llega y es reconocida como en casa. Un lugar sencillo, más no simple, que se presta para una comida de reflexión a solas, un festejo o un date.
(No dejen de pedir postre con café)

Súper buen servicio y la comida es deliciosa, un excelente restaurante muy recomendable

Aunque todo el mundo siempre ha hablado maravillas de este lugar, la verdad es que las veces que he venido es porque me quedo de ver con alguien. El personal que había antes era super insolente, y adentro hacia calor y olías a fritito y afuera tenían tres mesas (ahora ya se ampliaron). Si llegabas sin reserva te trataban como perro y si llegabas con reserva eran muy exigentes con la tolerancia. A la hora de la comida, nunca ha sido malo, pero no es lo que la gente dice que es. Ahora tiene diferente personal (el anterior lo llevaron a su nueva sucursal) que guarda el mismo estilo (soy mesero mientras me hago famoso o que se yo). Como dato chistoso, me salió un vidrio filoso en mi vaso con hielos. Después de una quesque investigación por parte de ellos, regresaron a decirme que no la hiciera de jamón porque no era vidrio, era un pedazo filoso de plástico y que yo era un chillón. Le comenté que todavía no soy fakir y que un pedazo de algo filoso en mi vaso es algo que todavía no está en mi dieta. Al final nos dieron de cortesía dos cafés y un postre servido en un vaso roto (lo juro), pero con todo y todo, la cuenta final (cara) no refleja ni el servicio, ni las instalaciones ni la comida. En fin, sigo sin encontrar motivos para regresar aquí por mi cuenta. No aceptan Amex

Lastima, lastima, lastima. Un lugar que brillaba por su comida, su servido casual y francés así como el ambiente. Concurrido por la col cuahutemoc y alrededores. Fuimos una reserva de 4 el jueves pasado. Para empezar la sopa de cebolla parecía engrudo de color café, sin ningún toque a cebolla, el pan remojado y no horneado o togado para que de ese cruce junto con la sopa, la ensalada de tocino y queso de cabra sin chiste, grande y simple como su sabor, sin nada que le diera un toque especial, los filetes roquefort y mostaza, eran plastas de salsa muy pastosa al paladar con mínimo sabor y el cordero también era cromo engrudo, con mantequilla y crema sin ningún sabor a aquello que los hizo famosos. Platillos que siempre hemos pedido y por segunda vez no fue lo de antes. Haaaa y los caracoles, muy muy pequeños y muy caros… lo que salvo el menú fue las peras al vino tinto…
Un lugar para convivir, un lugar para estar con los amigos o la familia disfrutando. Que lastima, que lastima, que lastima.
Se durmieron e n su laureles… deseo que tomen nota de esta experiencia y lo arreglen para seguir en ese pequeño bistro francés que tanto añoramos…

Servicio lento pero atento. En general les falta un poco de sal a los platillos. La presentación de los mismos es agradable, sencillos. El estofado de ternera me decepciono un poco. Una meZcolanza de los ingredientes dan una textura extraña y la pasta que acompaña esta preparada de lo más simple. La selección de vinos es buena, el salmón a la Toscana es recomendable, la tarta de manzana y el pay de limón son deliciosos (aunque un poco empalagoso).

Para todos los amantes de la comida francesa y del los restaurantes que harán tele transportarte a Montmartre y su romántico ambiente, el lugar de elección es el ya famoso Bistrot Arlequin. El lugar es increíble muy sencillo como cualquier café francés, pero realmente se siente el ambiente tan cómodo que te quedaras hasta 3 horas sentado mientras comes un delicioso filete Bourguignonne mientras tomas una copa de vino, pero no olvides sobre todo pedir un Crème Brulée o un Foundant de Chocolate que son totalmente la especialidad de este lugar, pero si lo que quieres es algo que te quite el frio no olvides la tradicional sopa de Cebolla una de las mejores de la ciudad, y ni que decir de unos buenos Caracoles, así que si tu lo que quieres es irte un ratito de la ciudad y sentirte en Francia, ven te va encantar.

Por mucho uno de los mejores restaurantes en la colonia Cuauhtémoc y de los lugares más renombrados de la cocina francesa en el DF.
Es importante que para asegurar la atención reserve con anticipación ya que es un lugar famoso y siempre tiene gente, por lo que es probable que si no reservas, se vean obligados a negarte el servicio.
Este Bistro a pesar de ser un lugar de comida Francesa, la atmósfera y el ambiente es muy relajado ya que no es necesario vestir de cierta forma o lograr cierto comportamiento.
Las opciones del menú no son muchas pero la realidad es que cualquiera de sus platillos es muy bueno.
Desde las entradas hasta el postre los sabores son exquisitos y siempre acompañados por un buen vino y la mejor atención de su personal, que por lo regular resulta ser de nacionalidad francesa.

Hace más de diez años, este restaurante francés se instaló donde antes estaba una antigua y tradicional reparadora de calzado. Un día, de pronto, al caminar por ahí, vi que estaban haciendo una remodelación del lugar y varias semanas después se inauguraba el Bistrot Arlequin. Yo fui de las primeras personas que probó el lugar y quedé encantada. La comida es «sencillamente» francesa, la clásica sopa de cebolla y tiernos medallones de filete aderezados con diferentes salsas, entre varios platillos más.
Lo extraordinario del Arlequin es su amplia carta de vinos de diversas partes del mundo y sus cervezas mexicanas artesanales e importadas. Una copa de buen vino acompañada de una mousse de foie para pasar la tarde es uno de esos placeres para disfrutar en este magnífico y acogedor espacio de la colonia Cuauhtémoc.

Para cenar o comer rico en un ambiente muy relajado. Este lugar es pionero de los restaurantes nuevos y relajados de la zona. Muy frecuentado por los empleados de las embajadas del rumbo la experiencia puede ser cosmopolita sin mayor pretensión.
De los recomendabilísimo: De las entradas: la sopa de cebolla; la tarta de jitomate o la e cebolla. De plato fuerte: El medallón de filete a las 4 pimientas. Para el postre el crumble. La carta de vinos es muy amplia y buena. Y la mayoría de las veces, la recomendación del «garçon» suele ser buena. La decoración es más que sencilla, inspirada en una fonda y adornada con algunas pinturas de arlequines, en referencia al nombre. Adentro puede ser ruidoso. Afuera, tienes la ventaja de la enorme banqueta de la plaza Juanacatlán. Los meseros suelen ser franceses de actitud amable y atenta. Es razonable el precio vs. La calidad.

Cuando voy con mi hermana compartimos lo siguiente:
una de las tartas,
una ensalada,
dos estofados (mi preferido es el de cordero con champiñones en una salsa cremosa de curry).
De postre, un créme brulée y dos cafes.
Todo eso para los dos. Quedamos más que satisfechos.
De beber hay una extensa carta de vinos, no dudes en solicitar una recomendación que considere tu presupuesto. También hay cervezas artesanales e importadas, como la Calavera y Duvel.
Muy cerca esta el Cinepolis Diana y el Cinemex Reforma, para que organices un plan completo.

En una pequeña esquina de la colonia Cuauhtémoc, se encuentra este restaurante francés del que seguro te enamoras.
Con sus poquitas sillas tanto dentro como fuera, los meseros, casi todos extranjeros, se hacen un poco bolas para tratar de atender a toda la gente que quiere ir a probar sus platillos. Lo mejor es que hagas reservación o que llegues temprano, así te evitarás gentíos. A la hora de la cena el lugar ya se vació más, así que esa también es otra opción.
Unos caracoles a la mantequilla, un filete a la mostaza y una Orangina son mi menú preferido para tener uno de los mejores días. Ya si te quedó espacio, puedes pedir un café o un postre para no hacerles el feo.

Un bistro Frances en toda la extinción de la palabra. El dueño es un Frances que trajo su idea a México y la puso en marcha. Su decoración es discreta y práctica, y su cocina es totalmente tradicional.
La sopa de cebolla es la mejor de México, preparada en un horno de piedra y servida en tazones de barro. El platillo que se debe de probar es el cordero junto con una buena copa de vino o una cerveza artesanal.
El servicio puede llegar a ser frenético a la hora de la comida ya que llega mucha gente y tienen que preparar muchos platillos.
El ambiente es relajado y casi siempre está lleno de extranjeros, no es totalmente informal pero tampoco es obligado asistir de traje.
Bistro arlequín es una gran opción para una comida informal con los amigos.