Cámara o Ermita del Secreto

Este lugar se disfruta más con guía.
Pero si solo quieres caminar por un lugar tranquilo y sentir que estas en provincia a unos cuantos pasos de la ciudad, de seguro este lugar será de tus favoritos.
Esta capilla que parece sencilla es uno de los vestigios que quedan del México de hace años, se dice que los mojes venían aquí a rezar al terminar su voto de silencio y la única palabra que escuchaban del otro era un –amen hermano– y eso era todo.
Definitivamente la historia se escucha mejor con un guía y ya que andan por esta capilla pueden darse el rol por los alrededores, es un camino cansado y más por el empedrado pero vale mucho la pena.

Esta pequeña ermita está escondida entre las casonas enormes y silenciosas de Chimalistac. Es una glorieta triangular que forman los callejones Secreto, Fresno y del Huerto, entre Paseo del Río y Prior. Las sombras de los árboles altos de alrededor, así como el casi nulo tráfico (a casi ningún chilango le gusta «el empedrado» porque «lastima» sus coches), hace que esta ermita sea un refugio para los que busquen un poco de paz y tranquilidad.
Fue construida por frailes carmelitas en 1626 y desde entonces guarda los secretos de todo aquel que murmure alguna pena entre sus muros. Como la lengua de plata de Jeremías Springfield, dicha leyenda es mito mezclado con verdad, ya que el techo es una bóveda que genera un fenómeno acústico en el que al murmurar en un rincón, el murmullo se escucha en el ángulo opuesto. Ven por lo menos a darte una vuelta, el camino te relajará.