Da Silva

Entrar al cielo debe sentirse como cuando uno entra en Da Silva: calientito, con un olor delicioso y la promesa de confort para el alma.
Mi favorito es el rollo de nuez, pero tienen muchas opciones para todos los gustos. También hay un panquecito de almendra muy recomendable y las galletas son garantía para cuando uno quiere quedar bien.
Es caro pero lo vale.
En ocasiones he sentido que el pan no está tan fresco, pero al final la mayoría de las veces es muy bueno. Es una parada obligada si te gusta el buen pan dulce.

Por favor, vuelvan a vender Cantal (postre de queso de cabra con mermelada de zarzamora) en tamaño individual! Es una delicia y ahora sólo lo ofrecen en pastel completo :/

El pan de Da Silva es sin duda una de las panaderías artesanales mas influyentes y ricas en la Ciudad de México. Hace poco tuvieron su festival de Cronuts (la de frutos rojos me supo buenísima), y en general todo su pan es realmente delicioso. No dejen de probar los Pretzels, son muy buenos!
En especial la de Polanco es muy buena (ya que abrió otras sucursales), porque es donde se concentra todo el sabor, el amor y sobretodo la tradición. Si pasan por Da Silva sólo y pasaron a «ver», están en serios problemas, Ja!

This is THE place to get your sweets. I got their macaroons — crunchy shell and creamy filling; simply amazing! — and some dark chocolate bits — smooth and fantastic! This place doesn’t have a seating area, but you can enjoy the goodies in a nearby square with a cappuccino from Joselo café. Highly recommended combo!
Not cheap, but worth every peso.

No sé qué trato habrán pactado, porque, aunque se supone que los pastéis de Belém se preparan con una receta que es más secreta que la fórmula de la coca cola y que unas monjas lisboetas la tienen resguardada en el convento de los Jerónimos, los que venden aquí en Da Silva son tan buenos como los originales. Son el mejor postre del mundo y no estoy exagerando. ¿Cómo puede ser que cuatro ingredientes tan básicos como son la leche, el azúcar, el huevo y la harina puedan convertirse en algo tan exquisito? Esto es a lo que yo llamo emergencia, una propiedad no reducible.
En Da Silva, además, ahora venden cronuts.

Otra panaderia y pastelería artesanal de toda la vida que existía mucho antes que todas las nuevas que también se dicen artesanales. (y que no lo dudo, sólo esta lo era ya honestamente hace tiempo).
A manera de marketing super primario, el olor que sale de este local te va guiando, aún a través del olor de al lado que es el Butchers de hamburguesas.
Baguettes, panes y pasteles se elaboran en la parte de atrás, en lo que se ve que el pan no puede ser más fresco.
Mis favoritos: el pastel de chocolate y la baguette rústica. Cierran hasta las 8.

La palabra «Artesanal» se ha vuelto a mi parecer algo tan utilizado como la palabra «light», pero después de comer en la panadería Da Silva ubicada en Polanco; a uno no le cabe duda que las personas trabajando aquí cuidadosamente el pan y pasteles son magos o artesanos.
Esta pequeña pastelería de Paulina y Eduardo Da Silva, con aires europeos es un verdadero problema para los amantes de los carbohidratos en todas sus presentaciones. Sólo en la parte salada hay más de 25 opciones. El Pan de jitomate deshidratado, el de ajo son muy buenos; el de espinaca o con aceitunas normales o Kalamata son simplemente una adicción.
Pero si lo tuyo es lo dulce, también Da Silva tiene de todo. Si vas de pasada, una concha, chocolatín, croissant o su imperdonable pastel de nata, que es pequeño en tamaño pero algo obligado en este lugar. Otras opciones es la chocolatería o los coloridos macarons, merengues, eclairs y ya si gustas compartir, un favorito mío es la tarta de frutas.
Un lugar altamente recomendado.

Una de las primeras panaderías «artesanales» que conocí en la ciudad. Hasta la fecha una de las mejores.
Con sus panes de temporada como el pan de muerto y la rosca de reyes no me ha ido tan bien, pero sus panes de todos los días son muy buenos. Entre los salados el pan con aceitunas es de los más famosos. Si más bien vas con antojo dulce, las conchas son unas de las mejores del DF y sus orejas son muy buenas.
También tienen algunos pastelitos que son igualmente ricos y macarrones respetables.

Muchas veces cuando estoy en Polanco en la tarde, veo que Da Silva ya cerró y me da coraje que no llegué más temprano. Cuando está abierto es dificil resistirme a entrar y comprarme algún antojo, namas con el olor de pan recién horneado se me hace agua la boca. A mi me encantan los postres y el pan dulce y el suyo es delicioso. El pastelito de avellana no tiene igual, es deeelicioso. Los macarrones también son muy ricos.
A veces los fines de semana paso temprano a comprar un pan grande para rebanar –mi favorito es el campestre estilo francés– que a la hora de la comida va excelente para acompañar todo lo salado y si sobra un poco, con mermelada para el postre.
Es mejor pasar temprano porque cuando se les termina el pan, cierran. En especial el fin de semana muchas cosas se terminan rápido.

Hace algunos años, la familia Da Silva llegó de Portugal a México y pusieron el restaurante «La Casa Portuguesa». Paralelamente, se abrió una pequeña panadería, cuyas recetas era únicas y por lo mismo, se convirtió rápidamente en un referente de Polanco.
Hoy en día cuentan con varias sucursales alrededor de la ciudad, sin embargo, ésta siempre será con la que empezó todo. Mi amor por Da Silva empezó con el pastel de manzana. No soy mucho de postres, y lo dulce me llega a costar mucho trabajo, pero con esto me dejé ir como gorda en tobogán (hay además pastelitos individuales… el diablo). Después del pastel de manzana probé de todo: los cuernitos, el pan de agua, chocolates y macarrones; no tengo una sola queja, vale mucho la pena hacer la inversión en una muy buena repostería.

La panadería Da Silva es conocidísima por su pastel de nata. Incluso el restaurante que esta a unas cuadras, la Casa Portuguesa, compra ese postre para sus comensales. Pero todo lo que venden también es delicioso. Muchos se atreven a decir que es la mejor panadería de toda la ciudad. Puedo decir que la calidad es excelente pero los precios si son elevados, aunque no te vas a arrepentir de gastarle.
Esta es la primera de lo que hoy son muchas sucursales. Los dueños Eduardo y Paulina Da Silva empezaron este negocio hace 14 años. A diferencia de muchas panaderías, el pan todavía se cocina en los hornos de piedra tradicionales. Ya tienen más de 30 variedades de pan salado como pan de campiña, centeno, bagels; 18 de pan dulce como pan de canela y brioches; postres de alta repostería entre ellos macarons, tartas y pasteles; galletas, chocolates y mermeladas. En sus productos de temporada tienen tronco de navidad, rosca de reyes, pan de muertos y el tradicional panettone italiano.