De lo lujoso a lo sencillo, diría yo que hay un gran paso, pero en cuanto a sabor y calidad eso se reduce al mínimo., esto me sucedió cuando entre a este lugar y después de haber visitado restaurantes ostentosos en Polanco y la Condesa. El cambio fue radical pero al probar los deliciosos guisados me di cuenta de que la apariencia es algo trivial si lo que buscas en realidad es sabor y no algo superfluo. El mole de olla resulto sorprendentemente sabroso, el sabor del guisado con la carne que lleva es algo que no puedes perderte, los chilaquiles y tostadas de tinga tienen lo suyo. Cada día cambian el menú ejecutivo, que como muchos saben consiste en la sopa o crema, seguida de una deliciosa entrada para después comenzar con el plato fuerte o guisado y finalizar con el postre. El agua de frutas es otra de las ventajas y hay de la dulce y famosa horchata hasta la jamaica, guayaba, melón, sandía o piña. En definitiva es un lugar que en su mayoría frecuentan oficinistas y a veces amas de casa con sus pequeños después de salir de la escuela.
Alejandro F.
Rating des Ortes: 4 Mexico City, México
Este es uno de esos lugares chiquitos, chiquitos, poco ostentosos, tanto que uno se pregunta cómo es que siguen abiertos, pero que después pruebas su comida y entonces entiendes a qué se debe. Muchas veces había pasado por aquí, pero en la gran mayoría de ellas no había reparado siquiera en el lugar, así de sencillo es. Se encuentra en la planta baja de una casa, las mesitas y las sillas no han sido cambiadas en años, por no decir décadas, pero eso es parte de su encanto. Se sirve lo típico, enchiladas, chilaquiles, enfrijoladas y demás platillos mexicanos, todo de muy buen sabor, aunque los postres no son lo mejor. Los precios son super accesibles, aunque el servicio merece un tache porque es MUY lento.