Encuadernación Cervantes

Encuadernar un libro es un trabajo delicado que requiere paciencia artesanal. En un mundo en que los libros parece que son un objeto en extinción, hay quienes nos encontramos con un libro muy querido ya muy desvencijado por el paso del tiempo y la falta de cuidado. Incluso algún accidente que desprendió las cubiertas o partió el libro.
En este sitio le devuelven, transforman, mejoran las condiciones más maltrechas a un libro querido o importante en nuestra vida. El encargado de lograrlo es Mateo González que después de entender nuestra solicitud ofrece alternativas de materiales: cuero o vinil, con relieve, doraditos o no. Después de algunos días, tendremos nuevamente con nosotros un libro renovado y listo para seguir acompañándonos muchos años más. Esperemos con mejor trato. Pero nunca se sabe.

Este sin duda es uno de los servicios más interesantes de la colonia Cuauhtemoc y he constatado que uno de los más finos, pese al bajo perfil de su fachada. La encuadernación es un oficio de exactitudes y de «bienhechez», no admite irse chueco ni dejar manchas, debe combinar calidad en los materiales y buen gusto en la elección de tapas, guardas y títulos sobre el lomo; siento que uno encuaderna libros que verdaderamente valora y que quiere que perduren. Por ejemplo, yo llegué con una primera edición de uno de mis autores favoritos que mi perra tuvo a bien masticar en un ataque de aburrición. Descubierto el daño pude rehacer el rompecabezas salvando al menos las palabras y ya con todo el manojo reorganizado lo llevé a encuadernar aquí. El resultado fue estupendo, y creo que el libro durará cien años. El maestro encuadernador es un hombre meticuloso que conoce su oficio a la perfección, siempre abierto a la charla y con el ansia del hombre del renacimiento, que siempre quiere aprender algo nuevo y mejorar su técnica. Francamente ya no puede mejorar más.

El oficio de encuadernador parece que pronto será una actividad en vías de extinción con el surgimiento de los libros electrónicos, pero no, aún le quedan muchos años de vida. Todavía hay nostálgicos que desean preservar sus libros en buenas condiciones y darle su toque personal seleccionando el color, la piel o simplemente el vinil que envolverá sus libros… y otros para los que encuadernar un libro que todavía usan es prioritario. Es entonces cuando una persona como el señor Mateo González Alvarado entra en acción para reparar y encuadernar todo tipo de textos, desde un informe anual hasta un antiguo ejemplar de El Quijote. Este negocio tiene ya 25 años de existencia y goza de una enorme reputación entre los vecinos de la colonia Cuauhtémoc y más allá de estos límites.