Si eres de los que a veces tiene antojo ¡pero no sabe de qué!, en este negocio encontrarás algo, sin broncas. Por la tarde-noche ya está todo listo, puedes comenzar un escaneo por todo lo que tienen a ver qué se te antoja, pero muy seguramente lo primero que atraerá tu olfato serán esos riquísimos esquites. Y es que al llegar, verás esa gran cazuela al centro del puesto, es imposible no acercarte y quedarte en ese lugar, para oler y por el calorsito que transmite el anafre en el que los cuecen. Esos esquites son mi opción favorita, los preparan con muchas cosas, cebollitas cambray, cilantro, perejil… pero lo que les da un sabor tan único son las patitas de pollo con las que los ponen a cocer, a mucha gente les dan asco, pero créanme que les dan un sabor muy rico, sólo pidan esquites sin patitas y ya. Qué decir de los elotes, venden de esos de granos grandes, el chilito que les ponen es preparado en casa, no es el piquín tradicional; las papas fritas también son buenas; las papas a la francesa deliciosas(aunque cada vez te echan menos, oops!, pero hay de varios tamaños); si vas por algo dulcesón, están los plátanos fritos con lechera, mermelada y crema; o las manzanas caramelizadas; cereal de azúcar; camote o higos caramelizados… Todo muy bien, la verdad. Ah! sino te late que te digan«manto» o «manta» no vayas, a todos les dice así la dueña, tiene su estilo y es amable, aunque tiene una hija mal encarada que cuando está en el negocio es grosera para despachar, pero ya cuando pruebes lo que compraste verás que eso es lo de menos.