Lago Menor de Chapultepec

Es e lugar ideal para muchos momentos de la vida: romance, ejercitarse, pasear, remar, desayunar, comer o cenar… Incluso para llevar a cabo eventos sociales de diversa índole. Hasta un antro existe allí. Cuenta con espacios artísticos, museos, parque temático y hasta colinda con un panteón.

Esta es una de las zonas más abandonadas de la ya de por sí abandonada segunda sección del Bosque de Chapultepec. Poco importa que el restaurante Del Bosque se encuentre en una de sus orillas, pues el olvido es patente por donde se camine. A pesar de esto, este espacio es uno de mis preferidos en Chapultepec, ya que tiene un profundo aire melancólico otoñal que no pierde ni en los mejores momentos de la primavera.
En sus buenos momentos, el trenecito de esta sección pasaba cerca de él haciendo que cientos de voces infantiles se escucharan en sus alrededores. Hoy es difícil ver a alguien pasear por ahí, quien lo hace es, por lo regular, porque cayó a ahí por mera casualidad.
Una de las cosas que más me gustan de aquí es un grupo de patos y gansos (que ha de contar, tal vez, con más de 20 individuos) que conviven con toda tranquilidad en la orilla del lago, dando la impresión de que han hecho de este lugar una versión de su hábitat natural.