Las Silenciosas

Las Silenciosas como mejor las conocen en la colonia Anáhuac, es el nombre que reciben las señoras que te atienden, por permanecer calladas mientras lo hacen y pertenece a un puesto ambulante que consta de un bracero, un comal y tres bancos a la altura de la banqueta, que ocupan las mismas dos señoras, amasando y preparando las suculentas gorditas y un joven dándole aire al carbón para prenderlo y fungiendo como ayudante de las creadoras. Dos botes uno con frijoles, otro con masa y dos ollas de peltre, son la clave del sabor de las gorditas, salsa verde y salsa roja acompañado de una pizca de queso rallado y cebollita, hacen el mejor banquete de una noche fritanguera.
Las filas que se forman después de las 6 de la tarde esperando a que salga la primer gordita, son larguísimas y son ellas precisamente las que captan la atención de transeúntes y automovilistas, (sobre todo de estos últimos) y generan curiosidad de saber que venden o hasta en algunos casos pensar en que regalan.
La gorditas bien calientes y doradas, verdes, rojas o combinadas, son un delicioso platillo y el pretexto ideal para reunirte y disfrutar en familia, con los amigos o hasta para echar novio, tal y como lo cuentan distintas parejas que desde hace 30 años son sus clientes de excelencia. Su antigüedad las avala.
Así que ya sabes, si tienes buen paladar, no pierdas la oportunidad de probarlas, te recomiendo pedirlas para comer ahí o para ir comiendo, saben lo doble de exquisitas que si las llevas a casa, te gustarán tanto que te aseguro que por lo menos una vez a la semana querrás regresar.