Pulques La Botijona

Una de las pulquerías clásicas del centro de Xochimilco, el lugar está muy céntrico en la calle de Morelos, la variedad de curados no es tan amplia todos los días, hay entre 4 – 6 pero cambian en la semana, definitivo el de coco es de los mejores, pero hay de nuez, avena, natural. El lugar es limpio y los precios justos, $ 40 el curado.

Que pulque tan Rico. Recuerden que el pulque era una bebida prehispánica, Reyes y Sacerdotes lo utilizaron por muchos años. Esta pulqueria está perfecta a un estilo antiguo y su pulque estaba delicioso y fresco. Me gustó mucho el sabor de coco. riquísimo

Baratos, poco trepadores, frescos y a nada de ser tan sanos como un bisteck, hablo del pulque que tanto en blanco como en curado son absolutamente buenos en este legendario local que es destacado hasta en la legendaria «Ruta del Pulque» en la delegación Xochimilco, es una de las surtidoras pulqueras tradicionales de la zona conocida como «La Botijona».
Se trata de un local sencillo rodeado de ambulantes que mercan música corsaria y microbuses que van a lo recóndito de Xochi, que ofrece desde 15 pavitos el vaso chico de blanco y a 20 pesos el de curado, que puede ser de mandarina, avena, betabel, piña, limón, coco, jitomate, apio, nuez, mamey, mango, café y otras menudencias, así mismo, se ofrece la venta del «nectar de los dioses» por jarra, que vale a 25 del águila la de blanco, a 40 todas las variedades de curados, excepto el de piñon, que eleva su precio a 70 machacantes. Si uno quiere hacer un día de campo o vienes de pasada para treparse a las trajineras, puedes traer sus botellas de refresco grandes y llenarlas con varios litros para aguantar el trayecto en los canales xochimilcas acompañado por los amigos y unos buenos «pulmex».
Por si eres fresón y no le entras a los también llamados «Pulmones» el local ofrece cerveza fría del grupo Modelo, desde 15 pesos la media hasta 60 con las llamadas megas, pero sin duda la especialidad de la casa son los curados, que puedes acompañar con su botana mientras ves algo en la pantalla que tiene el local o escuchar música variada de la rockola del sitio.
De lo que recrodaba de ahí es que en el piso de este inmueble había aserrín, como las típicas pulquerías de antaño, por si dicho nectar se caía o el borracho del local decidía expulsar todo lo consumido sobre el suelo y así era más facil recoger lo caído y donde uno por pocos duros podía surtirse con una buena cantidad de blanco o curado, pero ahora el asunto es más civilizado y el piso ya es «normal» como en muchos bares ahora, pero en sí la esencia se mantiene pese a todo y es sin duda uno de los sitios sureños que no puedes perderte tras el resurgimiento de las Pulcatas.