Tacos del Brodi

¿Ven mi foto de perfil? Estoy comiendo en el puesto del Brodi. Ni siquiera sé si el puesto tiene un nombre oficial, pero al taquero todos lo conocemos por ese sobrenombre, de modo que así le digo también a su puesto: los tacos del Brodi.
Puedo empezar puntualizando el dato más random: al Brodi le cae gordo que no le pongas la debida atención, le choca repetir las cosas. La gente suele llegar a preguntar de qué tiene tacos. El Brodi despliega verbalmente el menú completo, añadiendo al final lo que no tiene: «Nomás ya no me queda queso», por ejemplo. Y entonces algún cliente perspicaz hace su pedido: «Bueno, dame uno de cecina enchilada con queso» ¿Comprenden el porqué de su enojo y frustración? Pese a todo, el Brodi siempre acompaña su servicio con un gesto más que amable.
Además, sus tacos son exquisitos. Servidos con patatas fritas como guarnición, y frijoles negros enteros, son la dieta cotidiana de los godines que laboran en los alrededores (sí, yo también marché entre esas filas) y de los estudiantes que merodean por ahí.