Tandem

Tandem es versátil lo mismo puedes ir a tomar un café y platicar u organizar una reunión con tus amigos. Lo he visitado en varias ocasiones y lo que me sorprendió esta última vez fue que ahora tienen permiso de tener mesas fuera del loca, esto favorece muchisimo a la banda que fuma por que no tiene que salir cada vez que quiere echar el. cigarro o en su defecto disfrutar del aire fresco cuando el lugar esta repleto.
Para compartir recomiendo la pizza, pidela con tiempo por que la verdad es que se tardan. El sabor y la variedad son lo buenos sin ser r extraordinarios.
Lo que si es muy especial es que todos los tragos y bebidas se piden y pagan ennla barra lo que simplifica las cuentas en grupos grandes, cuando terminas te vas y listo

Compartimos, mis amigos y yo, una entrada rica y una deliciosa pizza. La limonada me supo muy bien! Me gustó el lugar porque era un jueves y no estaba lleno. El servicio fue relativamente rápido. Tuve q insistir para q me dieran la clave del wifi
Lo recomendo!

Lo que más me gustó es que no hay mucha gente, pagas las bebidas conforme lo pides y la comida es muy buena.

No se que tiene el tandem que me atrapa, me encanta ke este oscuro, su decoracion cabaretesca, tiene musica del top 40 de los early 00’s lo cual no esta nada mal.
Su locacion tampoco esta nada mal, no me ha tocado probar la comida, nisiquiera sabia ke tenian menu! Pero ayer que fui al parecer todo el mundo en mi mesa habia comido, lo recomiendo si quieres ponerte romantico con alguien, sentarse en esas mesitas con la lampara arriba, no se, piensalo ;*

Standard issue neighborhood bar. I like the exposed brick wall, vintage posters and chandeliers. Didn’t try any food but drinks were fine… Nothing fancy and no mixed drink or wine menu but plenty of liquor and beer to choose from.

Sin tanto alarde de Pub irlandés, este lugar se alza como el primero de su tipo en el DF. Aquí puedes chelear a gusto, y claro, la opción es tomar una Carlsberg o una Guinness, aunque también hay chelas de Grupo Modelo. Después la opción es cambiar a whisky, Jack & Coke (mi favorito), o tu trago de preferencia ya que la carta es muy amplia.
La música no es su fuerte y como puedes llegar y escuchar a Arcade Fire, también te pueden sorprender con rolas de Shakira, así que podemos decir que hay para todos. Otra onda en el Tandem es ir cuando hay DJ, aquí sí que prende mucho mejor, aunque se llena brutalmente.
Como buen pub irlandés tendrás que ir a la barra por tus tragos y pagarlos ahí, así que no habrá problemas ni enredos con las cuentas (este es un tema que a muchos no les gusta, pero la tradición irlandesa así es), solo que antes de pararte por tu trago no olvides pedir algo del menú (si es que vas a comer), porque se tardan un poquito y honestamente el servicio no es el mejor, aunque la comida sí está rica: la hamburguesa de pavo está buena, lo mismo que las pizzas y las alitas, aunque nos quedaron a deber el fish & chips.
El Tandem está un poco alejado de la escena condesera nocturna y un poquito escondido, pero al llegar lo reconocerás porque su entrada está llena de gente (es la zona de fumar), y siempre hay lugar afuera para estacionarse. Un tip: saliendo y sobre la misma calle, pasando Río Nazas, hay un puestito casero de quesadillas que están deliciosas.
Aceptan tarjetas de crédito.

Conozco este lugar desde hace unos 10 años y la verdad es que no ha cambiado un ápice, sigue teniendo la misma atmósfera de siempre, aunque creo que ahora me gusta un poco más. Se trata de un baresín muy estilo pub inglés, con sillones de piel y paredes de madera, luces tenues y con una selección musical no siempre acertada. Con todo, el lugar recrea un ambiente muy bohemio, evocador y hasta sugestivo. Lo que no me late del todo es que tiene que pararte hasta la barra para pedir tu bebida y pagarla en el momento, pero bueno, la verdad es que esa pequeña incomodidad se ve recompensada con el buen momento que siempre paso ahí.
Una de las cosas que me sorprende es la poca gente que asiste al Tandem, y es que, por lo regular, cuando uno ve un lugar vacío, inmediatamente piensa que hay algo de malo en él, pero ésta es una gran excepción. Si andan por la Cuauhtémoc o incluso Zona Rosa y buscan un lugar agusto y sin complicaciones, aquí lo van a encontrar.

En una tranquila esquina de la colonia Cuauhtémoc se ubica esta taberna tapizada en madera y dos escalones por debajo del nivel de la banqueta. Estar adentro genera una acogedora y cálida sensación.
Entre semana es ideal para un encuentro íntimo, casi secreto, pues es común encontrarla vacía. Los jueves, viernes y sábados es concurrida por oficinistas y vecinos de la zona, la mayoría treintañeros.
La oferta de bebidas es como en las bodas, de cada destilado hay una o dos opciones. Venden cervezas nacionales y, de importación, cuentan con Guinness y Carlsberg. De comer hay arrachera, pizzetas, hamburguesas, alitas y antojitos.