Taquería El Ecuataco

Bienvenido a la taquería de uno de los campeones en la división de pesos pesados de la lucha libre mexicana. El XXXXX (no puedo decir su nombre), tuvo la fabulosa idea de abrir un local de tacos que la palabra jamás alcanzaría a reproducir. El sabor es único, como los topes suicidas que patentó el difunto Oro. La comida es pura Vitamina T, necesaria para el cuerpo y el desgaste anímico: Tacos y Tortas. La gente que merodea por esos lares, aquellos que frecuentan y se soban la barriga antes de abalanzarse sobre su salsa con taco ―ya que los aderezos picantes en El Ecuataco, son una maravilla―, no son fresas ni juniors; no van a las taquerías por moda o para bajarse la papalina. Son señores y señoras de barrio, humildes y encantadores. Bébete una cerveza clara y prueba el pastor mientras observas como masas musculares entran y salen del lugar, se ríen y se la pasan de palique toda la tarde, bebiendo vorazmente, como sólo un luchador o un dipsómano a punto de acabarse lo haría. No llevas más de 100; con eso basta, y sobra.