La Chilanguita Satelite

Nada en este lugar vale la pena. El ambiente es como de Cd Neza, no de Satélite. La comida es malísima. El servicio fatal. Lo único que vale la pena son los paquetes, si es que quieres acabar hasta las chanclas. Pero nadie que se jacte de tener algo de dignidad debería de poner un pie en La Chilanguita.

En el Norte de la Ciudad ya podrás encontrar sucursales de la mayoría de restaurantes que se ubican en el Distrito Federal.
La Chilangüita es un restaurante que llama mucho la atención por su diseño exterior que tiene colores brillantes casi néón en su fachada, la cual, también incluye una gigantesca serpiente a relieve de 20 metros por 60 cm de ancho.
Y sus eternas promociones entre las que destacan la lunes de Foráneos y consiste en que si eres un visitante al D. F y Zona Metropolitana del Valle de México la Chilangüita te brinda un caluroso recibimiento al regalarte una botella en tu consumo.
Los martes regalan botellas a aquellos que vayan a festejar su cumpleaños; los jueves son de pozole y las botellas al 50% de descuento; los El sábados son «Cheleros» por lo que podrás conseguir las cervezas al 2×1.
El lugar tiene un concepto divertido y la comida es buena tipo Tex– Mex carne, tacos a la parrilla, pescados y mariscos, lo que tienen de bueno el chef lo tienen de desatentos los meseros. ¿Será que son insuficientes para atender un lugar tan grande?

Ya he contado mis experiencias anteriores en dos sucursales de «La chilanguita» Mundo E y Masaryk, ahora toca el turno de la que se encuentra en Satélite, ya que fue la primera que conocí. Era el cumple de una amiga de la Universidad y como buena norteña enamorada de Satélite decidio festejarlo en ese lugar.
Curiosamente era sábado también y para no variar hasta el gorro de gente, le marque a mi amiga para que saliera por mi, entramos y un par de sujetos mal encarados me pidieron el IFE para poder ingresar. Ya adentro estaban bebiendo una botella de whiskey, no tenía mucho antojo de vino por lo que pedí un cubetazo de cervezas junto con otra amiga.
El ambiente era totalmente de fiesta, había una banda que comenzó cantando rolas ochenteras estilo Flans y Timbiriche, la gente prendida coreando y bailando, llegaron las salsas, cumbia y electrónica, aquello se volvió una discoteca. Ya entrada la fiesta la promoción de la noche «cantando por un pomo», la persona que mejor cantará se llevaba la botella que quisiera, desgraciadamente mi amiga no ganó por lo que tuvimos que conformarnos con los 5 minutos de perlas negras a 40 pesos.
La fiesta se armo en grande, me la pase super bien y las promociones bastante buenas, eso si la propina no la aplicaron a fuerza y con el 15% (aún no subía el iva al 16%), ya ni reclamamos, ya que los meseros que nos atendieron se aplicaron, aunque de repente se tardaban con los pedidos. En definitiva es un buen lugar para agarrar la fiesta en viernes o sabado, incluso cualquier día de la semana con sus promociones.